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viernes, 26 de julio de 2024

Invitación, un texto de juventud, lacl / Notas marginales, lacl

 






Un texto de juventud, esto es, vetusto y jovial. lacl, salud!


Invitación


De cualquier modo,

si tu rostro se expande, cobra luz,

es porque por los corredores de una soñada realidad floreces.

En la ciudad cobra flama la vida

y, por encima de todo, eres un astro caído en la montaña

y yo río agua de caballos que te surcan.

Amor se brinda más allá de cualquier "pero" de la ostentación.


Tucantomásbelloqueunpájaroencantodetallosolitarioeneldesierto,

tu canto con praderas y cebras a tropel.


Canta, canta.

Las luces del mundo sueñan otro mundo.

Ven, ven

.

© Luis Alejandro Contreras, de una antiquísima hoja...

***

Notas marginales. 

¿El amor? Sí, tal vez el temprano amor. ¿O, quizás, la gana? También puede ser. Por supuesto, una vívida gana, vertebral, sanguínea, transpiradora y añorosa de todas las cosas bellas o que bellas nos imaginamos. Presumo que fueron gana y amor quienes motivaron un texto como éste, cuando era un mozalbete. Flores en el balcón. O acaso una piedrita envuelta por un papel con un conato de poema estampado en la hoja. 

Gana y amor pueden ser acicates al vivir, aún cuando también puedan desembocar en desencantos o desengaños los derroteros de nuestro deambular. El amor, no hay que olvidarlo, es un camino que viene colmado de espejismos. Mas lo sensitivo y crucial para nuestra experiencia es el camino, tal como nos lo dejó escrito un poeta alejandrino. 

En aquellos años era un asiduo visitante y, más que todo, amante de las rockolas cargadas de nuestros boleros. Y nunca me pareció que la poesía estuviera excluida de esos antros en los que la vida se decantaba entre notas de sentido amor y hasta de cursilería, de vidas queriendo ser vividas. 

Y entonces la vida, inventándose la palabra más larga, inexistente, como promesa.

Sirvieron de morada esos antros para una bohemia que no se amañaba a ese vivir deshabitado en que se convierte la citadina y  empobrecida convivencia del día a día. La vida se abría, esplendorosa, con el día o la noche, la vida prometiéndose siempre, como una novia en el  sinfín del horizonte.

Y hoy la vida continúa su camino, indetenible, abriéndose con el día y la noche. Y en ocasiones se atreve a dejarnos un regalo para recordarnos que gana y amor siguen siendo fuelle de nuestra respiración...


(lacl)

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