Arte y poesía: vigencia de toda expresión lúdica, gesto o acto non servil en tiempos tan obscuros como los actuales. Disertaciones sobre el culto añejo de ciertos antagonismos: individuo vs estado, ocio y contemplación vs labor de androides, dinero vs riqueza. Ensayos de libre tema, sección sobre ars poética, un muestrario de literatura universal y una selección poética del editor. Luis Alejandro Contreras Loynaz.
Si en Venezuela estilamos ser toderos, ese envite de torear la vida en cuanta empresa se nos plante ante la vista, yo debo decir que he sido -y acaso aún soy- un fervoroso nadero, suerte de lance para nadar en las enaguas de la susodicha. Pues en lugar de ser un profesional en todo, he sido un amateur en nadas; en el más feliz de los casos, un entendedor, siempre a la chista callando. Las naderías suelen causar gran fascinación sobre las almas distraídas, entre las que me incluyo, y no sé que hado les haya legado su encanto a las primeras. Y, aunque cursé más de cien créditos en la Escuela de Letras de la UCV, nunca me mortificó el comprobar que ese sistema de jerarquías con que el hombre gusta de mortificarse la carne, también hubiese ganado espacios en ese querido recinto y que, en virtud de ello, hubiese materias que disfrutaban de cierta prelación sobre otras. Iba por puro gusto. Nada hay como explayarse. El resto es aburrido y desmesuradamente empalagoso. Por otra parte, ¿quién no tuvo, alguna vez, que pasar por el trance de mancillarse las manos al hacer algún oficio? Pocos, muy pocos.
Una de esas prosas de Ramos
Sucre que secuestran la imaginación cavilante. Cada frase es una joya de
proposiciones, una propuesta de la épica que como piedras de un rosario se
juntan, la una a la otra, para componer una aquilatada semblanza lírica, que ha
intitulado “Las virtudes”. Sin más, acá dejamos la apretada glosa.
Salud!
lacl
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LAS VIRTUDES José Antonio
Ramos Sucre
Recuerdo el festejo de las
nupcias en la noche transparente. Un artista nómade rozaba con una pluma las cuerdas
metálicas de un instrumento de su invención. El sonido secundaba el efluvio de
los jazmines. Yo soñaba en el arribo inmediato de un califa.
El cortejo de las vírgenes
disipó en un instante el sinsabor de mi niñez pensativa. Sus nombres musicales,
de origen italiano, circulaban en medio de alabanzas. Ningún mortal sino Dante
pudo referir un caso de igual felicidad. Yo suspiraba y sonreía al mismo
tiempo.
La fiesta sucedía al luto de
la guerra y demostraba una vitalidad inmune. Los vecinos se habían sacrificado
con altivez y honraban el ejemplo de sus mártires. Yo no advertí sino el
vestigio del conflicto en los montes de la ciudad, el día de retirarme para
siempre. La brisa enderezaba por un mismo camino los arreboles y la nave de la
ausencia.
El cortejo de las vírgenes, de
sonrisa tímida, ha desaparecido del mundo. He adivinado sus voces, reunidas en
un cántico, al perderme voluntariamente en el limbo de la esperanza. Un río de
plata divide al sesgo una pradera de la eternidad y un ciervo, el de San
Huberto, muestra la pesadumbre del viernes santo. Yo me recreo en el episodio
de mi infancia y en la ilusión de las voces y fío en morir a la vista de los
ojos diamantinos.
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Notre Dame y el origen de la polifonía | Discantus - FUNDACIÓN JUAN MARCH
Carta de Fina García Marruz a Eugenio Florit Junio 11 de 1956
Antes que nada, perdóneme esta tinta florida, o mejor,
sangrienta. No se trata de ninguna predilección truculenta sino de que se ha
acabado el pomo de tinta y he cogido el lápiz de calificar de Cintio.
Acaba de llegarnos su libro, y la hermosa dedicatoria. ¿Así
que nos regala nada menos que el 2do ejemplar? Usted paga, como decía Martí, “a
mar por río”. De todas maneras la gratitud es tan bonita que no importa que sea
totalmente injustificada en su caso (pues mucho más tenemos que agradecer
nosotros) para que uno se sienta como si todo estuviera bien. Tan bueno es
usted que no repara si el “Obra anterior” quedó un poco alto (Cintio no pudo
evitarlo) y no nos dice ninguna velada queja. Al libro, lo he vuelto a leer
esta mañana (en ese 2do ejemplar dedicado, que no es el mismo que tenemos aquí)
y no me ha quedado más remedio que acordarme de aquella pregunta de Juan Ramón de
si era lo mismo un poema por la mañana con sol que a la tarde con lluvia, etc,
pues me ha parecido a esta hora, distinto.
El poema “El Deseo” lo leímos con Feijóo, que le gustó
muchísimo. “Es un poema humilde de verdad” decía él. Y es verdad que es humilde,
es decir, difícil. Lo más raro de todo ¿no lo cree usted?
El libro me ha parecido hoy, no sé por qué, mucho menos
sereno de lo que lo vi al principio, aunque uno vuelva a encontrarse con esa
calidad
“pareja” en versos como
“ni el dulce movimiento
que las hojas del olmo
van al aire esparciendo”
tan siglo XIX cubano, con esa cualidad, que ha perdido hoy
tanto el verso, de ocupar el espacio sin amontonamiento de las sílabas, con
vuelo sereno en que el ala se mueve sólo imperceptiblemente.
Uno se da cuenta de que su verdadera poesía nunca ha sido
en el fondo, juanramoniana, pese a que Ud mismo, quizás, lo desease así, no
sólo porque su “Doble acento” estaba ya escrito cuando llegó Juan Ramón sino
porque lo mejor de lo que ha escrito después pertenece totalmente, en sus ecos
más profundos, a una tradición que podemos llamar nuestra. Y le advierto que no
estoy entre los que tienen a menos (¡todo lo contrario!) proceder de alguien, y
muchísimo menos cuando ese alguien es un poeta como Juan Ramón, el más amado de
todos. Es que sencillamente creo que esta famosa “influencia” es algo que no se
ha visto con claridad, en el caso suyo. Para mí, lo esencial de Doble acento
fue el descubrimiento de un verso que rompía la cesura, que parecía poder
prolongarse infinitamente, con algo de brazo de mar, que no tenía nada que ver
con el verso más o menos largo withmaniano o nerudiano, ya que en el suyo una
traba interior parecía haberse roto y era como un vehículo que hubiese agotado
ya el impulso que lo hacía moverse y que todavía siguiera un poco más, con algo
del avance del agua en la playa: “adónde iré cuando se pare el corazón y mis
manos se caigan hacia el suelo para abrirse un pedazo de silencio”.
No sé si esto que le digo le parezca cierto, es muy posible
que me haya expresado con torpeza a pesar de verlo con toda claridad. Claro que
las “Estatuas” y el “Martirio” son otra cosa —y quizás lo más bello— pero de
todos modos (y le hablo de la impresión lejanísima de una 1ra lectura) para mí
lo “nuevo” fue lo otro.
Y para acabar (pues la carta se va haciendo demasiado
larga) le diré que de todo el libro el poema que prefiero es “El otro ardor”,
poema que Cintio y yo coincidimos en encontrar muy en la atmósfera del Dante,
sobre todo el final de un terceto: “como junto a la luz queda la cera (esa
“cera” tan de imagen del Dante, esa “luz” y esa comparación que se coge todo el
verso y a veces todo el terceto) y en el que empieza: “Como cruje al morir la
enredadera”.
Gracias por recordarme otra vez y por dejarme disfrutar en
su libro los serenos grises suyos, los ardores sencillos, “el sol que brilla
apenas”.
Ya sabe con cuánto afecto lo recuerda siempre
Fina
PD: El manuscrito original de esta carta se encuentra entre
la papelería de Eugenio Florit custodiada por la Cuban Heritage Collection de
la Universidad de Miami.
FOTOS. Arriba. Entre otros, Fina García Marruz, Dulce María Loynaz, Cintio
Vitier, y Eliseo Diego...
Fina García-Marruz - Una dulce nevada está cayendo
Y resulta que es Troya, Don Juan. Y vaya si es Troya.
Destrucción total. Todo por querer cercenarse, unos a otros, las libertades...
De Don Juan David García Bacca:
"...El derecho a la libertad es anterior y superior a
todo otro derecho concreto.
Y aquí va a ser Troya: aquí, la piedra de toque del hombre
libre, del universitario libre, del ciudadano libre. Llegada esa hora de la
verdad, y ha llegado ya, veremos quién prefiere ser marxista a ser libre y dar
libertad, quién prefiere ser católico a ser libre y dar libertad..."
Pretendo el tiempo de la contemplación, tempo en el que la
duración se inhibe y, sin embargo, lo colma todo.
lacl, 26 06 2019
(ENMIENDA)
Quiero el tiempo de la contemplación, en el que el tiempo
se inhibe y, sin embargo, lo colma todo.
lacl, 24 06 2019
(PRIMER BOCETO)
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Hay instantes que duran infinitos, me parece a mí, aunque
sea una ilusión la que me lo sugiera. Pero si mi tiempo personal, por así
decir, se ensancha de alguna manera ante una experiencia como las que se apoyan
en el diálogo con las cosas que nos trascienden, sea un guijarro en el camino o
uno que flota en el cosmos, entonces algo me dice que la duración es algo
distinto al tiempo que me vive y en el que paso mis horas, latidos y
respiraciones...
lacl, 20 / 05 / 2020
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(Ante una discusión o debate en las redes sociales sobre
comunismo, capitalismo, etcétera… )
Temo que sea un tema que me excede.
Mi tiempo interior me reclama que le atienda, que no desvíe la mirada a las lidias
infructuosas. Bastante expresé ya mi enfermedad sagrada en el pasado. Es
imposible dialogar con sistemas encasquetados, como les denominara, alguna vez,
Rafael Cadenas, nuestro querido poeta, en sus Anotaciones. Así que prefiero
centrarme en otros aspectos de la complicada cuestión que implica una porfía en
la que la “enfermedad sagrada” (Heráclito) va a tener siempre la última palabra…
Voy a apoyarme en el aguafiestas de Cioran:
“…Fiel a sus apariencias, el violento no se desanima,
vuelve a empezar y se obstina, ya que no puede dispensarse de sufrir. ¿Que se
encarniza en la perdición de los otros? Es el rodeo que toma para llegar a su
propia perdición. Bajo su aire seguro de sí, bajo sus fanfarronadas, se esconde
un apasionado de la desdicha. De este modo, es también entre los violentos
donde se encuentran los enemigos de sí mismos. Y todos nosotros somos
violentos, rabiosos que, por haber perdido la llave de la quietud, no tienen ya
acceso más que a los secretos del desgarramiento…”
Cómo han cambiado los tiempos… Tomasso Campanella escribió:
“…Los sacerdotes contemplan aquello que se ha de hacer. Los gobernantes mandan
las cosas que aquellos contemplan. Los soldados y los artesanos ejecutan las
cosas mandadas y contempladas…”
Por inversión de valores, Ludovico de Aquitania dice que “…hoy los soldados
imponen la quimera que los desposeídos desean fervientemente creer que
aquellos contemplan. Los gobernantes hacen lo que los soldados mandan. Los
sacerdotes imprecan a los cielos, pues ya no logran contemplar. Artesanos,
sacerdotes y gobernantes son un remedo de especies extinguidas…”
Anselmo Di Testarutto, Apotegmas contra la peste, Turín,
1935.
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Sufren de una demoledora intemperie, mas no lo perciben.
Apotegmas contra la peste, Anselmo Di Testarutto, Turín,
1935.
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Esperemos que las minorías
trepen en la mayoría salvaguardando el espíritu de minoría...
Anselmo Di Testarutto,
Apotegmas contra la peste, Turín, 1935
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Dosifican
todos los bienes y servicios de que depende la ciudadanía y que, como un buen
padre, debe administrar un gobierno para una manoseada noción de Estado.
Dosificando los servicios de agua, luz, gas, comunicaciones y bienes como los
de la salud e higiene, la seguridad social, la estabilidad laboral, el derecho
a una economía estable, ganando el necesario pan de cada día, dosifican la
pobreza, racionan la calle y cercenan, todas nuestras libertades.
Ellos
no quieren que haya el pan de cada día, sino aquel que dosifican. Lo único que
no pueden dosificar, racionar o cercenar es aquello a lo que no pueden echarle
mano, como la luz solar, los visos de la luna, los susurros de la brisa y
nuestro fuero interior, con sus sueños, anhelos y pensamientos...
lacl,
23 de Mayo, 2020
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Al día de hoy estoy agotado de argüir. Así que no diré mayor
cosa de las que ya he dicho. (Creo, nunca se sabe.)
lacl, 23 de Mayo, 2020
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El amor va zurciéndose con hebras que deshilamos del ovillo
de la memoria....
lacl, 24 / 05 / 2020
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¿Es un mundo "globalizado" y
sólo miramos nuestro ombligo?
Tadeuz Holzemberg, 24 de mayo de 2012.-
******* Mozart: Clarinet Concerto in A major, K.622
Un hermoso concierto para Clarinete, con uno de los más
conmovedores adagios que se hayan escuchado en los aires...
Mozart, es un compositor sorprendente, inextinguible.
Como decíamos en días pasados, el tiempo parece estirarse y
encogerse, como un acordeón, durante las fases de hibernación (y, quiérase o no,
de ensimismamiento). Sensación que se acrecienta en un principado al que le han
expoliado prácticamente todos los bienes naturales (lo que, es natural pensar)
a que “deberían” tener derechos todos los ciudadanos de una tribu. No se me
ocurre mejor palabra que ésta, la de tribu, para definirnos como un cuerpo
social que habita una zona geográfica del mundo. Pienso en Mallarmé, pero
también en algunos antropólogos como Malinowski. En fin, no voy a deslindarme,
por el momento, del camino.
Digo que la ilusión del tiempo se encoge y se estira desde
la perspectiva de una mirada personal, íntima, cuando es la persona humana la
que se desmonta de ese arisco potro llamado “mundo”, esto es, aquello que
tenemos por un habitual afuera, el de la interrelación, la camaradería, el
trato; pero, también, el de la lucha agonal entre seres que se ven unos a otros
como eternos contrincantes; un mundo sempiternamente tamizado por lupas y
filtros que imponen una serie de normas y patrones reguladores de toda la humana
actividad, sin que, prácticamente nunca se tenga conciencia de lo divorciados
que puedan estar esos dictados y decálogos que mantienen aherrojados -con velos
cosidos con hilos de acero y titanio- el simple mirar, la llana escucha, el
mero sentir de los vellos de la piel, y hasta nuestra posibilidad de soñar y
ensoñar con el afuera cabal.
Lo cierto es que, sea ilusoria o real, nuestra relación con
tiempo y espacio, en las actuales estaciones -y no me refiero pues, en
exclusiva, a los de la pandemia- podemos llegar a vivir la sensación de que un
día pasa con la celeridad de un minutero reloj de arena…
Pero el afuera del aire, la morada del sol, las
insinuaciones de la luna, nuestra respiración, ese pájaro extraño que
escuchamos por primera vez en nuestro entorno o, incluso, en nuestras vidas,
comienzan a susurrarnos que, al parecer, hay otra vida, latiendo y suspirando,
debajo de aquella que llevamos superpuesta.
lacl, Anotaciones del diario caminar, 17/05/2020
(continuará, espero…)
Nina Simone: A Martin Luther King Why (The King of Love Is Dead)
(Música y letra) Un hermoso himno, conmovedor como el que más. Nina Simone fue igualmente un ser tocado por la gracia.
[Verse 1]
Once upon this planet earth
Lived a man of humble birth
Preaching love and freedom for his fellow man
He was dreaming of a day
Peace would come to earth to stay
And he spread this message all across the land
Turn the other cheek he’d plead
Love thy neighbor was his creed
Pain humiliation death, he did not dread
With his Bible at his side
From his foes he did not hide
It’s hard to think that this great man is dead (Oh yes)
Will the murders never cease
Are thy men or are they beasts?
What do they ever hope, ever hope to gain?
Will my country fall, stand or
fall?
Is it too late for us all?
And did Martin Luther King just die in vain?
[Chorus]
Cos he’d seen the mountain top
And he knew he could not stop
Always living with the threat of death ahead
Folks you’d better stop and think
Cos we’re heading for the brink
What will happen now that he is dead?
[Verse 2]
He was for equality
For all people, you and me
Full of love and good will, hate was not his way
He was not a violent man
Bigotry had sealed his fate
We can all shed tears but it won't change a thing
Teach your people, will they ever learn
Must you always kill with burn and burn with guns
And kill with guns and burn
Don't you know how we gotta react? Don't
you know what it will bring?
[Chorus]
Well see he’d seen, the mountaintop
And he knew he could not stop
Always living with the threat of death ahead
Folks you’d better stop and think
Cause everybody knows were on the brink
What’s will happen now that the king of love is dead?
Contemplación
Pretendo el tiempo de la contemplación, tempo en el que la
duración se inhibe y, sin embargo, lo colma todo.
"...Es de curiosa observación que los militares, que abolieron el código
civil y prefirieron el secuestro, la tortura y la ejecucuón clandestina al
ejercicio público de la ley, quieran acogerse ahora a los beneficios de esa
antigualla y busquen buenos defensores. No menos admirable es que haya abogados
que, desinteresadamente, sin duda, se dediquen a resguardar de todo peligro a
sus negadores de ayer..."
(Párrafo final)
La glosa se intitula "El juicio final" y fue
publicada "también" en nuestro suelo, en el diario "El
Nacional" No anoté la fecha en la hoja, pero se puede verificar. Para leer mejor la glosa, abrir las estampas en una ventana y hacer click en zoom.
Salud!
(lacl)
Borges - Entrevista de Antonio Carrizo a Jorge Luis Borges
Una colecta de sus dichos, siempre bienvenidos, el poema con que abre la sección "Ilusiones", de su libro La Conducta de la Vida, un hermoso registro audio visual de sus pensamientos, dichos o aforismos y una breve colecta del mirar... Salud!
lacl
Ralph
Waldo Emerson
Las
universidades son, por supuesto, hostiles a los genios, que al vislumbrar y
utilizar sus propios caminos, desacreditan la rutina; es lo mismo que sucede en
las iglesias y monasterios, que persiguen a los jóvenes santos.
A
la corrupción del hombre le sigue la corrupción del lenguaje.
Somos
observadores por naturaleza, y por lo tanto aprendices. Este es nuestro estado
permanente.
Caminamos
solos en el mundo. Los amigos, tal como los deseamos, son sueños y
fabulaciones.
Aquel
a quien no ha sido mostrada la casa del dolor, sólo ha visto la mitad del
universo.
La
poesía debe ser nueva como la espuma y vieja como la roca.
Un
niño que duerme me hace pensar en un viajero que se adentra en un país muy
lejano.
Solo
es rico aquel que es dueño de su tiempo.
GUARIDA DE LOS POETAS
ILUSIONES, Ralph Waldo
Emerson (*)
Fluyen, fluyen las olas
abominadas,
Desdichadas, adoradas,
Las olas de mutación:
No hay anclaje.
El sueño no lo es, la
muerte no lo es;
Quien parece morir,
vive.
Casa en la que naciste,
Amigos de tu primavera,
El Viejo y la joven
doncella,
El trabajo del día y su
recompensa,
Todo está desvaneciéndose,
Huyendo hacia las
fábulas,
No se les puede atar.
Miras las estrellas a
través de ellos,
A través de los mármoles
traicioneros.
Lo sabes, las estrellas
lejanas,
Las estrellas eternas,
Son fugitivas también,
Y emulan, bajo la
cúpula,
La lenguarada del rayo,
Y el vuelo de las luciérnagas.
Cuando tú regreses
En el tránsito de la
ola,
Contemplando el brillo,
La disipación salvaje,
Y fuera de la agonía
De cambiar y fluir,
El gas se mude a sólido
Y los fantasmas y la nada
Retornen a ser cosas,
Y una maraña sin fin
Sean ley y mundo, --
Entonces primero sabrás
Que en la agitación
salvaje,
Montando sobre Proteus,
Te liberarás hacia el
poder
Y la subsistencia.
(lacl, Versión
provisional)
(*) Poema de apertura
al capítulo Ilusiones, de La conducta de la Vida, de Emerson.