Arte y poesía: vigencia de toda expresión lúdica, gesto o acto non servil en tiempos tan obscuros como los actuales. Disertaciones sobre el culto añejo de ciertos antagonismos: individuo vs estado, ocio y contemplación vs labor de androides, dinero vs riqueza. Ensayos de libre tema, sección sobre ars poética, un muestrario de literatura universal y una selección poética del editor. Luis Alejandro Contreras Loynaz.
Si en Venezuela estilamos ser toderos, ese envite de torear la vida en cuanta empresa se nos plante ante la vista, yo debo decir que he sido -y acaso aún soy- un fervoroso nadero, suerte de lance para nadar en las enaguas de la susodicha. Pues en lugar de ser un profesional en todo, he sido un amateur en nadas; en el más feliz de los casos, un entendedor, siempre a la chista callando. Las naderías suelen causar gran fascinación sobre las almas distraídas, entre las que me incluyo, y no sé que hado les haya legado su encanto a las primeras. Y, aunque cursé más de cien créditos en la Escuela de Letras de la UCV, nunca me mortificó el comprobar que ese sistema de jerarquías con que el hombre gusta de mortificarse la carne, también hubiese ganado espacios en ese querido recinto y que, en virtud de ello, hubiese materias que disfrutaban de cierta prelación sobre otras. Iba por puro gusto. Nada hay como explayarse. El resto es aburrido y desmesuradamente empalagoso. Por otra parte, ¿quién no tuvo, alguna vez, que pasar por el trance de mancillarse las manos al hacer algún oficio? Pocos, muy pocos.
Un documento que me costó rescatar del foso de los recuerdos. Fue una ardua pesquisa
la que tuve que emprender para volver a degustarlo. Andaba perdido en el muro de
una página personal. Las “fachadas personales” se tornan un laberinto entre
tanta información que nos cruzamos unos a otros. Y yo tan sólo quería dar con
el enlace por volver a escuchar la letanía y el canto… Lo comparto ahora en
este blog, que me sirve de archivo y bitácora, repitiendo las palabras escritas
el día en que lo subí, cual graffiti, a mi fachada, mientras cursábamos las aguas de otro Noviembre … Salud! lacl .
* * * * *
Este hallazgo
se lo debo a Yineska.
Ella sabe que
no soy un orador a la manera “templaria”, para referirme a la que imponen las
iglesias, de arrodillamientos y entre compartidas meas culpas en los recintos
de una secta, porque siempre he intuido que nuestro verdadero templo es el
cosmos…
Pero, como le
dijera a ella, esto es orar… Nada de filípicas para imponer un credo sustentado
en un decálogo de garantías, nada de promesas del esperanzado premio de una
confortable vida en el más allá, si -y solo si- uno se arrodilla ante un
listado de mandamientos esbozado por una cofradía, con la única intención de
hipnotizar almas y meterlas en un corral.
Cuán distinto
a ese pacto de salvación que se nos has pretendido imponer, a moros y
cristianos, con el “antiguo testamento”, como tan bien señalara Erich Auerbach
en su libro “Mímesis”, en el capítulo que versa sobre “La cicatriz de Ulises”…
Por cierto que
la voz que reza este poema del espíritu mucho se asemeja, en el timbre, la entonación
y la pausa al leer, a la del desaparecido poeta palestino Mahmoud Darwix (o
Darwish); casi me atrevería a apostar que es Darwix quien lee…
Otra cosa
digna de anotar es que es un madre y padre nuestro, no un padre nuestro…
Las fotos forman parte del extraordinario film Baraka... Igualmente dejamos el enlace del film, pues nos parece que no desentona. para nada...
Esto me lo han
compartido hace un momento. Y es parte de ese necesario balance en lo que toca
a reflexionar sobre barbaries. Toda religión ha padecido su proceso
inquisitorio. Por desgracia, muchas naciones de las que profesan el Islam,
justifican la barbarie poniendo la mano sobre el Corán. Y eso no es otra cosa
que apoyarse en escrituras y creencias sagradas para justificar lo que las
contraría... En realidad, es una cuestión de poder, no de culto espiritual...
Los palestinos las tienen duras en todas partes…
Un poema
Ashraf Fayadh
Asilo
Asilo: estar
en una cola. Que te den un trozo de pan. Estar de pie: algo que tu abuelo solía
hacer sin saber por qué. La patria: una tarjeta para poner en tu billetera. Dinero:
papeles que tienen imágenes de los líderes. La Foto: tu sustitución, a la
espera de tu regreso. Y el regreso: una criatura mitológica… de los cuentos de
tu abuela. Final de la primera lección.
El poeta
palestino Ashraf Fayadh ha sido condenado a muerte por un tribunal saudí, por
renunciar al islam en sus libros. El tribunal anunció la decisión el martes y
el escritor tiene ahora 30 días para apelar la sentencia. El libro Instructions
Within, publicado en 2008 propaga, según la acusación, el ateísmo y los
pensamientos destructivos en la sociedad. “Estoy en shock, pero era la decisión
que esperaba, aunque no hice nada que merezca la pena de muerte”, dijo Fayadh
al diario británico The Guardian.
Ashraf Fayadh
fue detenido por primera vez en agosto de 2013, tras la denuncia de un lector,
que afirmaba que su obra promovía el ateísmo. Salió en libertad bajo fianza el
día después pero volvería a la cárcel el 28 de enero de 2014. La Mutaween, la
policía religiosa saudí, le retiró el DNI y, en una primera sentencia, en mayo
del año pasado, fue condenado a cuatro años de prisión y 800 latigazos. Después
de recurrir, un nuevo juicio le sentenció a la pena de muerte.
“Durante año y
medio siguieron intimidándole, diciendo que había nuevas pruebas”, cuenta la
activista por los derechos humanos Mona Kareem, que lideró una petición para la
liberación del poeta, firmada por varios nombres de la cultura saudí.
“Condenamos los actos de intimidación hacia Ashraf Fayadh como parte de una
campaña mayor, incitando al odio contra los escritores y utilizando el Islam
para frenar la libertad de expresión”, se puede leer en la petición.
“Ni siquiera
tuvo representación legal porque le retiraron su DNI al arrestarle en enero.
Para el segundo juicio le cambiaron el juez y el fiscal. El nuevo juez ni habló
con él”, denuncia Kareem.
Latigazos
Sus amigos afirman
que la verdadera razón de su detención es un vídeo hecho por Fayadh, donde se
ve a la policía dando latigazos a un hombre en público. Denuncian también que
fue increpado varias veces por fumar y llevar el pelo largo. “Me han acusado de
ser ateo y propagar ideas destructivas en la sociedad pero el libro al que se
refieren hablaba simplemente de mí experiencia como refugiado Palestino, sobre
temas culturales y filosóficos. Pero los extremistas religiosos han considerado
que eran ideas destructivas en contra de dios”, dice el poeta.
Para Mona
Kareem, la condena también está relacionada con la discriminación que sufren
los refugiados – o bidoon, apátridas- en el Golfo, estatuto que sigue teniendo
Fayadh, aunque ya ha nacido en Arábia Saudí.
En el primer
juicio, dos agentes de la policía declararon que Fayadh había blasfemado en
público, promoviendo el ateísmo entre la gente joven y le acusaron de mantener
relaciones con mujeres, enseñando algunas fotos de su móvil, como prueba.
Fayahd negó la acusación diciendo, según los documentos del tribunal, que era
“un musulmán fiel”.
Ashraf Fayadh,
de 35 años, es uno de los líderes de la nueva escena artística saudí. Además de
poeta ha sido curador de exposiciones en la Bienal de Venecia y en Jeddah y es
también miembro de organización artística británico-saudí, Edge of Arabia.
Este caso se
suma al de otros, como el bloguero Raif Badawi que está condenado a 10 años de
prisión y 1.000 latigazos por insultar el Islam.
Quise
anoche tejer unas palabras, pero el cansancio, altivo como un draconiano
especulador del orden sensitivo, imperaba a placer sobre el deseo que nace del
corazón. Unas viejas glosas y fragmentos sobre angustia… Esta colecta va dedicada a Mery Sananes, por conversaciones recientes sobre la angustia.
Salud!
lacl
*
* * * *
De
una sección del “Cuaderno elefante” que lleva por título “Aforismos
retaliativos y otros apuntes”. Todavía no me explico la razón de ese
título.
***
Aquel que se jacta de no
padecer la más mínima angustia por la fuerza que ejercen
los patrones colectivos sobre la vida del hombre,
o es un mentecato o
alguien temeroso de vivir.
***
Hay quien llega a hacer
mofa de quienes padecen tal angustia.
Pobre. Teme verse en el
espejo.
***
¿Por qué no pensar que la
angustia es connatural al vivir, como la agonía? ¿Y con más razón en tiempos
como los actuales, cuando creyendo que habíamos descifrado los misterios,
cuando pensando que ya nos habíamos acostumbrado al clamor ambulante que decretaba
la muerte de dios, nos tocó vernos desnudos y desamparados ante una ansiedad
sin continente, nos atacó una experiencia de vacuo extrañamiento, una sensación
de otredad desarraigada?
Un perspicaz Johan
Huizinga hablaba del carácter agonal del
hombre y de su hija, la civilización. Rechazar este postulado es como rechazar
que corra sangre en nuestras venas. Pero sucede que cuando, grosso modo, el
hombre acepta su tesitura agonal, lo hace tan sólo para justificar la
competencia con sus pares y no para aspirar a una elevación de su espíritu.
Toma el rábano por las hojas.
* * * * *
De
uno de los contados intentos narrativos que he tanteado en mi vida. Se trata de
un breve fragmento de Monólogo del espita. Es el soliloquio que se larga un
borracho para con un amigo, sin percatarse de que éste se ha quedado dormido y
de que a quien habla es a las sombras… El Monólogo del espita forma parte de
una narración que versa sobre las peripecias de un grupo de marginados lidiando
ante un poder detentado por una secta de homicidas.
“…Pero la nube de la
tristeza que nos crece por dentro, como una flor capaz de copar nuestra
garganta y sofocar nuestros respiros, es como un hombre dentro de un hombre que
camina en una soga extendida, sobre los celajes de la respiración. Es la náusea
no compartida, no declarada, no confesada y que se niega angustia. Es el amor
asordado y el aura de la angustia que se niega náusea. Pero allí está,
alumbrando el pecho como un corazón en la boca. Nadie puede negarlo. Es la
única certeza de la vida desoída…”
* * * * *
Un
fragmento que atesoro como un rezo…
[… El mismo Marco Aurelio,
que gastó sus días en administrar todo un impero, pudo expresar en ocasiones
tal sensación desoladora del extrañamiento: “Toda la vida del cuerpo humano es
una corriente que fluye; su existencia, una pelea y una estancia en un país
extranjero, y su fama póstuma, puro olvido” …]
E. R. Dodds, Paganos y cristianos en una época de angustia, uno de
los más extraordinarios libros que haya leído en toda mi vida.
* * * * *
Un
breve saludo enviado a mi hijo…
Bebamos la vida satisfaciendo
las ansias. Ella es una hermosa mujer silente. A veces sonríe ante nuestro
angustiado y solemne teatrino. Y nosotros solemos olvidar que tras las ciudades
sólo quedará su sonrisa...
Un abrazo, chamaco.
En la calle...
* * * * *
Y
un par de textos recogidos en la letra “n” de una agenda telefónica, luego intitulada Cuadernario…
n
(1.)
No
quiero hablar del poder,
ni
quiero hablar de la fuerza.
No
siento gana alguna en dejarme ganar
por
el lustre de una estreñida razón.
Sospecho
que todos estamos
agotados
de
tanto discurrir por la
angustia
que,
como
un bebedizo,
debemos
empinarnos
de
un trago.
Quisiera
tan sólo sorber,
gota
a gota,
el
rocío de las flores
imperfectas,
mecidas
por la brisa
del
silencio
de
la enajenación
¿Por
cuál razón no podríamos amarnos
en
el olvido de lo ajeno?
Estar
enajenado es estar enamorado
de
todo aquello que no soy,
lanzar
al olvido, y sin saberlo,
el
maquillaje ritual que cotidianamente
anteponemos
a un espejo sin reflejo
¿Cómo
encontrar
la
postura perfecta,
la
postura del espíritu,
para
arrodillarme
ante
el altar de la imaginación
enajenada?
Una
colmena de luz,
frente
al acecho
del
verbo
(2.)
No
tenemos palabras,
tenemos
cenizas,
tenemos
polvo
y
algo del aliento de las estrellas
o
una pequeña llama en nuestro seno
somos
polvareda de gestos extraviados,
anuncio
del advenimiento de una edad rica en pobreza
migajas
errantes somos,
nómadas
entre un indescifrable coro de virtudes…
rondando
entre vociferaciones,
entre
estandartes bordados en oro sacudidos al aire
y
no tenemos más que plagios de palabras para falsear o aseverar,
ecos
de una razón sin misterio,
destellos
de un enigma sin sentido
y
la ilusión de un ritmo propio
para
acallar nuestra flama interior
Cuadernario. Luis Alejandro Contreras. Común Presencia Editores,
Colección Los Conjurados, Bogotá, 2007.
Agrego unas
letras escritas esta tarde (15/11/2015) a propósito de la locura desbordada
en todos los corredores del mundo. Muerte repartida a mazazos. Mujeres
asesinando a sus hijos de modo sistemático. Hombres acuchillando a sus esposas,
como si se tratara de una peste. Niños matando a niños. Fanáticos inmolando a
justos y pecadores. Muerte & Cía.
Las escribí,
en medio de una resaca (lo confieso) de padre y señor nuestro, pero las escribí
bajo el acicate de haberme topado con una nota que habla “del peligro” (sic) de
colocar la franja de la bandera francesa en el perfil de una página personal,
como actitud de solidaridad con las víctimas de la hecatombe recientemente
perpetrada en contra de los ciudadanos de París (gente de a pie), pues ello
revelaría una actitud de inconsciencia o de inconsistencia ante los actos de
barbarie, según sean cometidos por los representantes de unos u otros países,
religiones o culturas, como la reciente inmolación pública perpetrada por
fanáticos sunitas en el Líbano, en una zona habitada por chiítas.
¡Nada más
absurdo! Es como decir que si yo me solidarizo con las víctimas de la barbarie
en la acera de la derecha, me estoy desentendiendo adrede de las personas que
han sido víctimas de la barbarie en la acera de la izquierda. El sacrosanto
maniqueísmo en pleno. Eso y no otra cosa es lo que profesan los defensores de
tesis como la que delato.
Hoy hay en el
mundo dos maléficos espectros dogmáticamente imperando: la plutocracia y el
maniqueísmo. Gobiernos que se auto proclaman como seguidores del marxismo,
liderados por expoliadores del erario público, para decir lo menos. Naciones
militaristas híper desarrolladas (únicamente en el ámbito de una ciega tecnología, hay que acotarlo) que se autodenominan como adalides de los
valores del humanismo, mientras acrecientan su economía masacrando el orbe, a
diestra y siniestra. Encumbrados sacerdotes mandando a sus hijos al matadero
con el único y exclusivo fin de irrigar al mundo con ríos de sangre. Y la
muerte allí, desnudándose en la alcoba familiar, en el juego de los niños, en los
templos y en las plazas. Marte, Tánatos, Medusa, la Harpías y las Parcas jamás
pensaron contar con tantos enceguecidos adoradores. No agrego más. Dejo aquí,
un tanto modificadas, mis palabras de esta tarde.
*******
Muerte & Cía.
La raza blanca
(o, si se prefiere, la representación de la cultura occidental) no se destaca
precisamente por haber sido una donadora de venturas para con otras etnias.
Ayer comentaba, en una conversa, que todo hombre recoge lo que cosecha. Tantos
siglos de colonialismo, barbarie e imposición de una supuesta superioridad por
parte de algunas naciones de Occidente sobre tantos otros pueblos y culturas, a
lo ancho y largo del mundo, deja sus huellas de sinsabores entre los hijos de
los pueblos humillados y oprimidos.
Si he decidido
colocar la franja de la bandera francesa tras el rostro de Arthur Rimbaud, es
por destacar al joven Rimbaud (hijo de la buena Francia) y su palabra, la que
precisamente se caracterizó por develar y hacer volar en pedazos todas las
mentiras y falacias del tan cacareado progreso de la cultura occidental. Y en
mi blog personal he colocado aquel memorable poema suyo, “Mañana de
embriaguez”, pero eso sí, acompañado de una buena cantidad de imágenes para
documentar lo acaecido en la “Comuna de París”, en 1871, un suceso de la historia
que las minorías gobernantes de Occidente han sabido mantener tras bastidores.
La barbarie como método. La barbarie empleada como regla para masacrar y
avasallar hasta a los propios hermanos de sangre. Ese sólo poema de Rimbaud
debería bastar a las naciones mal llamadas “más desarrolladas” de Occidente
para rezarlo como “mea culpa”. Y bastaría leer un brevísimo relato, obra
maestra del género, para comprender lo que deseo destacar. Es aquel intitulado
“Una avanzada de progreso”, de ese maestro en el arte de narrar las humanas
bajezas que ha sido Joseph Conrad.
Salud!
lacl
Nota: Como se indica
en el último párrafo, ambas glosas van relacionadas con otro contenido
compartido en mi blog personal, en el que se reproduce uno de los poemas de
Arthur Rimbaud, “Mañana de embriaguez”, del 13 de Noviembre de 2015.
Es uno de los
primeros poemas de Rimbaud que leí en mi vida y puedo decir que me tatuó el
alma... Era un imberbe de edad aproximada a la edad en que Rimbaud comenzara a
escribir sus destellos. Todos sus poemas eran destellos a la luz de los ojos
del adolescente. Lo conocí por obra de un amigo, que se convirtió en un hermano
y compadre de la vida, un tanto mayor que yo, hijo de poeta y poeta él también.
Cuando esas iluminaciones, esa temporada en el infierno, esas mañanas lóbregas,
desenfadadas y encendidas, cuando esos heliotropos concediendo su aquiescencia
a la luz solar, cayeron en mis manos y se desplegaron ante mis ojos, tomaron
por asalto alma y corazón, le pusieron nuevas luces al ver y avivaron los
colores de la vida, para revelarle, no un mundo nuevo, sino la novedad de una manera de tomar por la cintura a ese portento que es la creación, a ese
mundo que, sabíamos, nos habían secuestrado, escamoteado, birlado. Acá
dejamos ese poema que desnuda por dentro la verdadera fisonomía de lo humano,
tan bárbara, asesina y cruel como jamás lo ha sido ninguna otra especie animal
sobre la tierra.
Las fotos son
de la Comuna de París... El tiempo de los asesinos es ya una larga y aciaga
noche.
(lacl)
.
Mañana de embriaguez, Arthur Rimbaud
¡Oh mi Bien!
¡Oh mi Belleza! ¡Fanfarria atroz donde jamás tropiezo!
¡Caballete de hadas! ¡Hurra por la obra increíble y por el cuerpo maravilloso,
por la primera vez! Esto comenzó bajo la risa de los niños, esto terminará por
ellos. Este veneno ha de permanecer en todas nuestras venas, incluso cuando, al
irse la fanfarria, hayamos vuelto a la antigua desarmonía. ¡Oh, ahora somos nosotros
tan dignos de estas torturas!, recojamos fervientemente esta promesa
sobrehumana que hicieron a nuestro cuerpo y alma creados: ¡esta promesa, esta
demencia! ¡La elegancia, la ciencia, la violencia! Nos prometieron enterrar en
la sombra el árbol del bien y del mal, por deportar las honestidades tiránicas y
para que trajésemos nuestro amor puro. Esto comenzó con algunos disgustos y
terminó —al no poder sujetarnos en lo inmediato de esa eternidad—, con
una desbandada de perfumes.
Risa de niños,
discreción de los esclavos, austeridad de las vírgenes, horror por las formas y
los objetos de aquí, sagrados sean por el recuerdo de esta víspera. Esto
comenzó con todo el fasto y ahora termina con ángeles de fuego y de hielo.
Pequeña vigilia
de ebriedad, ¡santa!, aunque sólo sea por la máscara con que nos has
gratificado. ¡Nosotros te afirmamos, método! No olvidamos que ayer glorificaste
cada una de nuestras edades. Tenemos fe en el veneno. Sabemos dar entera nuestra
vida todos los días.
He aquí el
tiempo de los Asesinos.
(Les Illuminations, 1872.)
(Versión: lacl)
MAÑANA DE EMBRIAGUEZ
¡Oh mi Bien! ¡Oh mi Bello! ¡Fanfarria atroz en la que ya no
tropiezo! ¡Mágico potro de tormento! ¡Hurra por la obra inaudita y por el
cuerpo maravilloso, por la primera vez!
Empezó bajo las risas de los niños, acabará por ellas. Este veneno ha de
permanecer en todas nuestras venas aun cuando, agriada la fanfarria, seamos
devueltos a la antigua armonía. ¡Oh, ahora nosotros, tan digno de estas
torturas!, recojamos fervientemente esta sobrehumana promesa hecha a nuestro
cuerpo y a nuestra alma creados: ¡esa promesa, esa demencia! ¡La elegancia, la
ciencia, la violencia! Se nos ha prometido enterrar en la sombra el árbol del
bien y del mal, deportar las honestidades tiránicas, con el fin de que trajésemos
nuestro purísimo amor. Empezó con ciertas repugnancias y acabó, -al no poder
agarrar en el acto esa eternidad, - acabó por una desbandada de perfumes.
Risa de niños, discreción de esclavos, austeridad de vírgenes, horror
por las figuras y los objetos de aquí, ¡sacrosantos seáis por el recuerdo de
esta vigilia! Empezaba con la mayor zafiedad, y concluye por ángeles de llama y
de hielo.
Breve vigilia de embriaguez, ¡santa!, aunque sólo fuera por la máscara
con que nos has gratificado. ¡Nosotros te afirmamos, método! No olvidamos que
ayer has glorificado cada una de nuestras edades. Tenemos fe en el veneno.
Sabemos dar nuestra vida entera todos los días.
He aquí el
tiempo de los Asesinos.
(No tenemos al autor de esta versión)
Mañana de embriaguez, Arthur Rimbaud
¡Oh mi Bien! ¡Oh mi Belleza! ¡Fanfarria atroz
donde jamás vacilo! ¡Caballete mágico! ¡Hurra por la obra inaudita y por el
cuerpo maravilloso, por la primera vez! Aquello comenzó con el reír de los
niños, terminará por él. Ese veneno ha de permanecer en todas nuestras venas
aun cuando, al irse la fanfarria, hayamos vuelto a la vieja desarmonía. ¡Oh
tiempo presente tan digno para nosotros de esas torturas!, recojamos fervientemente
esa promesa sobrehumana que hicieron a nuestro cuerpo y a nuestra alma creados:
esa promesa, ¡esa demencia! ¡La elegancia, la ciencia, la violencia! Nos
prometieron enterrar en la sombra el árbol del bien y del mal, deportar las
honestidades tiránicas para que introdujéramos nuestro purísimo amor. Aquello
comenzó con algunos sinsabores y terminó —al no poder desde luego asegurarnos
de esa eternidad—, terminó con una desbandada de perfumes.
Reír de los niños, discreción de los esclavos, austeridad de los vírgenes,
horror por las formas y los objetos de aquí, consagrados seáis por el recuerdo
de esa vigilia. Comenzó con todo lo rústico y ahora termina con ángeles de
llama y de hielo.
¡Pequeña, santa vigilia de ebriedad!, aunque sólo fuese por la máscara con que
nos has gratificado. ¡Nosotros te afirmamos, método! No olvidamos que ayer
glorificaste cada una de nuestras edades. Confiamos en el veneno. Sabemos dar
nuestra vida entera todos los días.
Ha llegado el tiempo de los ASESINOS.
(Traducción de Raúl Gustavo
Aguirre)
.
MATINÉE
D’IVRESSE
O mon
Bien ! O mon Beau ! Fanfare atroce où je ne trébuche point !
Chevalet féerique !Hourra
pour l'oeuvre inouïe et pour le corps merveilleux, pour la première fois ! Celacommença
sous les rires des enfants, cela finira par eux. Ce poison va rester dans toutes nos veines, même quand, la fanfare tournant, nous
serons rendu à l'ancienne inharmonie. Omaintenant, nous si digne de ces tortures !
Rassemblons fervemment cette promesse surhumaine faite à notre corps et à notre âme
créés: cette promesse, cette démence !
L'élégance,
la science, la violence ! On nous a promis d'enterrer dans l'ombre l'arbre du
bien et dumal, de déporter les honnêtetés tyranniques, afin que nous amenions
notre très pur amour. Celacommença par quelques dégoûts et cela finit, — ne
pouvant nous saisir sur-le-champ de cetteéternité, — cela finit par une
débandade de parfums.
Rire
des enfants, discrétions des esclaves, austérité des vierges, horreur des
figures et desobjets
d'ici, sacrés soyez-vous par le souvenir de cette veille. Cela commençait par
toute larustrerie,
voici que cela finit par des anges de flamme et de glace.
Petite veille d'ivresse, sainte ! quand ce ne
serait que pour le masque dont tu nous asgratifié. Noust'affirmons, méthode ! Nous n'oublions pas que tu as glorifié hier chacun de
nos âges. Nous
avonsfoi au poison. Nous savons donner notre vie tout entière tous les jours.