Arte y poesía: vigencia de toda expresión lúdica, gesto o acto non servil en tiempos tan obscuros como los actuales. Disertaciones sobre el culto añejo de ciertos antagonismos: individuo vs estado, ocio y contemplación vs labor de androides, dinero vs riqueza. Ensayos de libre tema, sección sobre ars poética, un muestrario de literatura universal y una selección poética del editor. Luis Alejandro Contreras Loynaz.
Si en Venezuela estilamos ser toderos, ese envite de torear la vida en cuanta empresa se nos plante ante la vista, yo debo decir que he sido -y acaso aún soy- un fervoroso nadero, suerte de lance para nadar en las enaguas de la susodicha. Pues en lugar de ser un profesional en todo, he sido un amateur en nadas; en el más feliz de los casos, un entendedor, siempre a la chista callando. Las naderías suelen causar gran fascinación sobre las almas distraídas, entre las que me incluyo, y no sé que hado les haya legado su encanto a las primeras. Y, aunque cursé más de cien créditos en la Escuela de Letras de la UCV, nunca me mortificó el comprobar que ese sistema de jerarquías con que el hombre gusta de mortificarse la carne, también hubiese ganado espacios en ese querido recinto y que, en virtud de ello, hubiese materias que disfrutaban de cierta prelación sobre otras. Iba por puro gusto. Nada hay como explayarse. El resto es aburrido y desmesuradamente empalagoso. Por otra parte, ¿quién no tuvo, alguna vez, que pasar por el trance de mancillarse las manos al hacer algún oficio? Pocos, muy pocos.
Hablando del afuera. Si el afuera puede decir algo del adentro…
Dos puntos
:
- ...mirar no es cómo miran unos ojos, sino cómo mira una cara. Uno no mira sólo con los ojos, uno mira con toda la cara…
- El que con la cara no mira, en realidad, no está mirando. Probablemente esté sojuzgando.
- Porque la cara entera, no una facción, es espejo del alma. Una cara, eso sí, destensada, dispuesta a expresar lo percibido.
- La faz un poco resplandece cuando sus ojos miran.
lacl, 20 de Diciembre, 2020. En llegando…
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Rebento
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Vivimos empecinados en desconocer el lado no humano de nuestra esencia. Allí reside nuestro talón de Aquiles.
lacl, Impronta del adagio., 26 / 12 / 2018
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Nunca en mi vida, me parece, he vivido un año tan atribulado de situaciones extremas o disímiles, tan cargado de sincrónicos obstáculos, ni tan signado por el espíritu de la prueba.
¿Cuál es la razón de que haya de sucederme esto a mí -me pregunto entre susurros- si hace ya tanto que no soy un crío?
Y entonces sale mi estremecido corazón a decirme, recargado de ebriedad: porque estás vivo...
Comentario al margen: Lamentablemente, sigue la constante de la angustia repartida a manos llenas. Y tan sencillo que pareciera ser el camino para vaciar esas manos de angustia y colmarlas de dones a ser compartidos con el prójimo; pero no, el lema de Don Anselmo está verdaderamente vigente. lacl.
Tiempos modernos.
¿Cuál ha de ser la razón de que las multitudes marchen solas, más que individuadas, resquebrajadas?
No lo sé, pero un signo a atender es que esa despedazada humanidad marche siempre con las manos puestas en el hígado y atenta a una rápida e iracunda respuesta a quien se le ocurra expresarle alguna incomprensión, así haya sido una amorosa incomprensión. Hay tanta exasperación esparcida por los campos que el lema es, sempiternamente, “dispara primero, pregunta después”.
Anselmo Di Testarutto, Apotegmas contra la peste, Turín, 1935.
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Una entrada, palabra o boceto; un mero adjetivo que todo lo desnuda y a todo se adosa, define nuestros días: lo implacable.
Ser implacables en todo, ésta es la consigna que hoy se imparte a cada niño en biberones de angustia.
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Apotegmas contra la peste, Anselmo di Testarutto, Turín, 1935.
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El séptimo arte.
Cuando el humor y la ironía entran al servicio de las buenas causas.
Ayer * tuvimos el honor y el inmenso agrado de comparecer a una peña literaria que yo aprecio mucho. La Peña Sinenomine. Compromiso potenciado a la enésima capa del firmamento de los afectos, pues a esa peña y sus integrantes les conocí por la gracia de nuestro querido Sael Ibáñez. La idea, en principio, era un poco conversar sobre el acto creador de la palabra, pero sin pautas preconcebidas, un poco yendo al amor del agua, cosa que hicimos, pues nada hay más fascinante que conversar sin derrotero fijo; pero -obviamente- yo no podía ir con el foco puesto en otra cosa que no fuera memorar y, más aún, celebrar a un ser tan desprendido y espléndido como Sael.
Teníamos, además, otro motivo de muy fuerte asidero en el corazón: este año recibimos un maravilloso e inesperado regalo. Un querido amigo, Aurelio me llamó un día para informarme que Sael nos había dejado una sorpresa luego de su injusta e inesperada partida, un libro de poemas listo para entrar en el horno, como un amasado pan del alma. Me contactaba para preguntarme si yo estaría dispuesto a leer y corregir el libro, pues contaban con la desprendida mano y corazón de una persona que financiaría la publicación del poemario. Mi respuesta fue un rotundo sí colmado de alegría, tarea que haría con sumo gusto en el decurso de los siguientes días y semanas. Ya tomando un poquito más de confianza les pregunté si me estaría permitido escribirle un breve prólogo, pedido al que accedieron de inmediato. He sido sumamente cauteloso con respecto a esta libro de Sael, pues supongo que será presentado, en algún momento, en una de las pocas librerías que aún se empeñan en abrir puertas a los comensales de la letra; otra razón, menos digna de ser divulgada, se basa en el hecho de que este año no ha sido el más llevadero de los ya vividos por un servidor, pero debo añadir que me han estado picando las manos, con ganas de publicar alguna esquela sobre esta belleza que nos legara Sael. El título es sugerente, Fragmentario absoluto, que nos toca muy de cerca. No pocas fueron las conversas con Sael en las que hilvanábamos nuestras ideas, nuestra imaginación y nuestro sentir sobre esa fragmentaria cualidad que signa la vida moderna y prescribe la quiebra del humanismo. Claro que la palabra convoca hacia otros derroteros: uno mismo termina por escribir fragmentariamente. Es natural que sea así, no podemos evadir el aire que se respira. Y no siempre podemos contar con senderos y atajos reales que nos conduzcan hacia otros respiraderos, en los que podamos explayarnos a gusto, sin bridas, en los que haga mutis el bullicio humano. Pero nos quedan la soledad y ese rinconcito de la casa en el que podemos dar rienda suelta a la imago apalabrada, para cruzar los confines del cosmos en un tris. Allí veo a Sael, sentado, a veces caminando, o sirviéndose un par de onzas de ron seco para volver a sentarse y continuar garabateando. Espero con ansias que este poemario pueda ser presentado pronto en algún lugar de la ciudad. Por los momentos voy a divulgar sólo un poema, pues tiene mucho que ver con ese desprendido y entusiasta corazón que avivó siempre sus pasos y que siempre apostó por una vida en creación.
El libro está disponible en Amazon. Dejo la carátula y más abajo el enlace. **
Salud, lacl.
Vivir artísticamente.
Para escribir necesité
siempre
vivir artísticamente.
Vivir artísticamente no es
adornar un propósito
no es
acariciar resultados
no es
azuzar la voluntad
Vivir artísticamente requiere
estímulo de estímulos, no ley
ni despliegue de ideas
precisa
sonoridad de sonoridades
hacia donde confluyen todas las artes
implica
aprender, también desaprender
capacidad de sedimentar el olvido
vivir artísticamente genera
suspensión, sorpresas
disposición de mantenerse en ellas
Para escribir necesité
siempre
vivir artísticamente.
* El encuentro se realizó el sábado 17 de diciembre de 2022. Esta nota la he escrito el 18...
una tramoya de telas levantada -en tan sólo tres días-
en el más apartado recodo de una olvidada parcela
del inmensurable cementerio mecánico.
Me creía loco
porque no calzaba
ningún número.
Me creía loco
por una imperturbable y maniática tendencia
de querer desandar las enseñanzas sin misterio,
por el anhelo de ver con mis ojos
y no con el ciego anhelo con el que otros ojos vieron.
Era un sobrante,
un amante silencioso.
Me abstenía.
Porque me creía loco.
Adoraba las migajas de pan
tanto como salir a caminar
cuando llovía.
Gustaba ir al cine por las noches,
me introducía en las gentes como en las imágenes
y luego barajaba todo en el camino a casa,
armaba historias ni más ni menos ilusas
que las historias fílmicas,
ni más ni menos sumidas en el ensueño
de vida de las gentes que observaba
en las funciones,
ni más ni menos ilusas que la mágica,
gozosa y piadosa soledad
del regreso a mi guarida.
Porque estaba loco,
ardorosa y crepitantemente loco.
Pero,
me creía loco y, a fuerza de creerlo,
deserté un día.
Abandoné la búsqueda.
Comencé a mirar cada objeto,
cada forma,
cada cosa,
en una fría y restringida sucesión de líneas,
como un fin en sí.
Olvidé mis preguntas.
Aprendí a olvidarlas deteniendo mis ojos
en las vitrinas de los negocios.
Fue un arduo trabajo.
Rigurosa templanza.
Fuelle y martillo forjaron en mí
la apariencia broncínea.
Y aprendí a mirar los rostros como a vitrinas.
Conseguí un suiche donde encender las sonrisas.
Mas ahora, finalmente, recibo esta nueva oleada
de desasosiego.
Porque he perdido el suiche
y de nada vale que, a tientas, lo busque en este tiempo
de absurda y enceguecedora claridad.
Porque en esta hora de trance
me acorralan mil imágenes,
porque me harté de vitrinas
y de los rostros sin facciones.
Y no tengo adónde ir,
ni me preocupa demasiado.
Porque tuve que apurar el vino incierto de la ética,
tuve que hincarme de rodillas
ante la limpia honorabilidad del dinero
y besar sus pies inmaculados.
Bendita sea esta nueva oleada de desasosiego,
porque sé que se avienen días de náusea,
porque he atisbado la hora de detener la máquina.
Porque, en la lejanía, vislumbro el rostro
ante el que habré de detenerme.
.
Este y una colecta de unos veinte o treinta textos que le acompañan, vienen de una serie de intentos, amagos y borrones de un muy añejo cuaderno que lleva por título "Libro de trance y hallazgo", nombre que, al día de hoy, a un servidor le luce algo altisonante, pero que no cambio en honor a la veracidad. Aunque al principio reza “In il mezzo del camin”, en clara alusión al famoso pasaje de la Divina Comedia y el estadio o edad en la vida de una persona, no significa que lo haya escrito a la edad en que se presume se fijaba por aquellos días “il mezzo del camin”, que era alrededor de los 35 años. estaba yo algo más joven. En realidad, el verso de Dante nos sirvió de apoyo para un decir “Adiós a todo eso”, un poco a la manera en que Graves despachaba aquello que había vivido hasta cierta fase de su vida; en un momento en el cual uno llega a una encrucijada que sabe ya, definitiva, y por la que -en consecuencia- toma el camino que le ha estado aguardando toda su vida, el momento en que, si bien no sabes lo que eres o quien eres, sabes muy bien hacia donde irás y a quién o qué honrarás, al menos, en lo que íntima y personalmente significa tomar las riendas de la propia vida; envite que no se asume con orgullo o soberbia, sino con clara entrega a la misión que se reitera o redescubre en esa encrucijada de la vida y no en otra...
Salud!
lacl
Una estampa del ayer.
Guarida de Orfeo
A Sebastián
Agrego esta belleza musical, que me acompaña desde que la escuchara por primera vez. Le decía hace pocos días a mi hijo (quien fue quien me la trajo a la mesa) que es creación que invita a saltar del aburrido carrusel de los caminos cerrados y sin vida en que se convierten, en veces, nuestras rutinarias existencias. Saltar del tedioso y reiterativo OCHO en que desembocan nuestros días, como senderos en los que giramos sobre nosotros mismos, sin permitirnos el goce y regalo de viajar la vida, de vivirla como eso que es: un viaje sin derrotero ni rutas preconcebidas. La vida es un camino abierto como la brisa sobre la que vagan las nubes.
Puede decirse sin exageración que nunca estuvo tan difundido por el mundo como en la actualidad el conocimiento de las grandes ideas producidas por la especie humana y que nunca esas ideas fueron menos efectivas que hoy...
... Y todo esto en un mundo que sigue los principios del egotismo irrestricto, que alimenta un nacionalismo histérico, y que se está preparando para una insensata masacre masiva. Cómo explicar esta discrepancia?
Las ideas no influye profundamente en el hombre cuando sólo se las enseña como ideas y pensamientos...
...
Pero las ideas producen en verdad un efecto sobre el hombre si son vivías por quien las enseña, si son personificadas por el maestro, si aparecen encarnadas. Si un hombre expresa la idea de humildad y es humilde, quienes lo oyen comprenderán qué es la humildad. No sólo la comprenderán, sino que creerán que ese hombre está hablando acerca de una realidad y no meramente pronunciando palabras. Lo mismo vale respecto de todas las ideas que un hombre, un filósofo o un instructor religioso traten de transmitir...
Pues sí, maravillosamente visionario ha sido Vladimir..
Salud, lacl
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VISIÓN
iTe cayó del cielo! bajabas a la mina
con la lámpara de seguridad de tu desesperación
y te detuviste junto a la barra del aguaducho...
y precisamente entonces se te apareció...
Por qué te afliges, dijo con alegría,
la cosa es muy sencilla:
el que va hacia Dios y renunció ya a todo lo terrenal,
acaba por encontrar la contratierra.
Y el que regresa de Dios, rico de todo, vuelve a dar con el hombre.
Vladimir Holan. Del poemario AVANZANDO, 1943-1948. En la traducción de Forbelsky, título del libro: una noche con Hamlet y otros poemas, BARRAL EDICIONES, Ediciones de bolsillo Barcelona 1970.
¿Sabes, Arturo? por aquellos días una amiga, año 2014, ya no recuerdo si fue la Negra (Elisa) Maggi y otras amistades más, me comentaron que habían aparecido algunos aforismos de "contracorrientes" en El Nacional, pero jamás llegué a ver esa publicación, así que me dije, seguro que estaban viendo visiones. Y ahora veo que tú lo registraste. Gracias. Te pido disculpas por mi sempiterno despiste, pues no lo había visto.
Un abrazo.
...
La fotografía de arriba, que al publicarla aquí ha perdido calidad en su resolución y no permite la lectura, me la había enviado Arturo Alvarez de Armas el 28 de Febrero de 2020, pero como habíamos pasado a recibir, de manera abrupta, una innumerable cantidad de emails diarios por el messenger, me lo había saltado o pasado por alto. Lo leí casi que por golpe de carambola cósmica, el 8 de noviembre de ese mismo año, y -acto seguido- le envié las palabras que abren esta publicación.
Ese maremágnum de emails es, tengo la impresión, signo de estos tiempos, y quizás esté relacionado al asunto de la pandemia y el confinamiento o, acaso más oscuramente, a maquinaciones del infausto y perverso mercadeo moderno. No lo sé. La publicación de Arturo, la cual no se podía compartir en la red de Facebook, que fue por donde me lo envió, reza así:
Arturo Álvarez D Armas
28 de febrero ·
De Luis Alejandro Contreras.
"Aforismos del domingo".
En: Papel Literario. Caracas: 24 de agosto de 2014. P. 6. Sección: Siete Días. El Nacional.
***
Prosigo: He publicado pocos libros, pero eso no significa que no haya escrito unos cuantos más... Nunca me he esmerado demasiado en publicar.
Para la fecha de esa breve nota ya se había publicado Días de bruma, con el mismo sello, libro del que hemos dejado algunos rastros en este mismo blog.
A título post mortem, desearía agregar que "contracorrientes - sentencias en incertidumbre" no es un libro propiamente de aforismos, como bien lo señalara Rafael Cadenas en ocasión de la presentación de su reedición: "es un libro difícil de catalogar". Esa noche el maestro Cadenas dio muestras de su esplendidez, pues presentó, al unísono, una novela de nuestro compadre y hermano Mario Amengual, intitulada "El abismo de los cocuyos", así como "Días de bruma, Apuntes y fragmentos de un escriba griego al servicio del imperio" y la reedición de "contracorrientes - sentencias en incertidumbre", escritos por este servidor.
"contracorrientes...", así, con intencionales minúsculas, es un libro que califico como heterodoxo. Pues allí se juntan anotaciones (recogidas al vuelo y a lo largo de varios años) escritas en cuadernos, en hojas sueltas, en servilletas, en la parte interior de las contra carátulas o en las páginas en blanco de algunos libros, sobre papel periódico, en fin, en cuanta superficie sirviera de asiento para la escritura...
Se compone de esbozos poéticos, adagios, anotaciones breves, memorias, reflexiones en torno a ars poética y ars vivendi, ironías, contradicciones, propuestas y contrapropuestas, quizás emparentadas con el silogismo, entre otras menudencias.
Pensado, de manera adrede, para ser publicado como Opera Prima, si esa junta de esbozos no podía publicarse antes que cualquiera otra cosa que saliera de mi mano, entonces no querría yo publicar nada más... Sirve como mascarón de proa para cualquiera otra cosa que deseara yo publicar en mi vida.
Acaso sea la hora de intentar buscar un editor para algunos otros escritos que preparados están para vestirse de libro, aunque esta es, lo confieso, una tarea que no me luce muy cómoda.
En fin, dejaré a continuación el prólogo agregado a la segunda edición, aunque ya estaba escrito antes de publicar la primera edición:
Caro lector: no he pretendido, en modo alguno, “ejercer” aquí una variante de crítica intelectual ni, mucho menos, una rara especie de exégesis poética. Son apenas cinco o seis imágenes obsesivas que se repiten incesantemente, cambiando el color y corte de sus trajes. No es un libro de hallazgos, en el sentido de superación personal, tan en boga en nuestros días; si -hoy por hoy- todavía puede tener algún valor la palabra de un hombre, la confesión, la declaración sincera, puedo decirte que esta colecta de dicciones y contradicciones no ha tenido, en su gestación y orquestación, ninguna intencionalidad dirigida. Si ha de tener alguna, quizás sea la de cierto culto maniático por la poda de las ideas, lo que se traduce en una poda de las palabras (siempre me he encontrado incómodo entre jardines edulcoradamente adornados, me siento como un perfecto farsante). El azar se roba el papel del más terrible seductor; así que siento más bien a este libro, como una reunión -acaso un diálogo- de sorprendimientos (espero sea dispensado por el trance de tener que apelar a palabra inexistente, mas no lo puedo expresar de otra manera); sorprendimiento de la imagen subrepticia, la idea que se impone a fogonazos; sorprendimiento del sueño en la vigilia y de la imago que sale a flote engarzada entre las redes del sueño. Sorprendimiento de un lenguaje que quiere crecer a su capricho, a pesar de unas bien afiladas tijeras. Obviamente, hay en él algo de pensamiento -perogrulladas, tal vez, acaso haya que volver a ellas- pero, ni lo guardo bajo custodia ni lo creo de mi exclusividad, por fortuna. Si tuviera que decir algo, en mi descargo, para complacer o soliviantar el ánimo de los practicantes de la crítica con lupa, los cazadores de analogías, les diría -a riesgo de parecer altaneramente afirmativo- que tengo la certeza de la existencia de coordenadas, correspondencias del espíritu y del pensamiento en la memoria y el olvido; correspondencias del sentido, es decir, del pensamiento vivido, vibrado y de la vida padecida en el alma; correspondencias del instinto bruto, sabiamente animal y del humano sentimiento. Sostengo que tales correspondencias no podrán nunca obedecer a un acto de voluntad individual y que, además, no puede uno decidir alistarse en tales o cuales coordenadas. Se nace siendo instrumento y aunque somos, también, melodía, ni somos el solista, ni el director del coro. Tampoco pongo en duda la existencia de la voz que nos habla quedamente desde el otro lado del frágil espejo que somos; la voz cuyo influjo Robert Graves atribuyó a una Diosa Blanca. Acaso, de este libro, mía sea tan sólo la letra. Pero ya basta. Más no te puedo apuntar, porque ello sería transgredir lo azaroso de su decir.
Algunas panorámicas de la noche del bautizo (14-12-06), en la Librería "Lectura*. Y otras panorámicas de la presentación de la referida reedición en la Librería "El buscón".
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UNA NOTA DEL 1RO. DE OCTUBRE DE 2015: He agregado la carátula de la reedición realizada en Noviembre de 2013 a la de 2006. No sé cuál fue la razón de que la editorial no la tratara como tal, corregida y aumentada, si tomamos en cuenta que en esa reedición se agregó el prólogo reproducido en esta glosa. No colocaron el año 2013 en la ficha bibliográfica de la reedición. Se limitaron a colocar de nuevo el año 2006 como "año de publicación".
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Los epígrafes de contracorrientes (sentencias en incertidumbre) de algún modo sirven, si no de guía temática, al menos sí, de aviso para los navegantes. Aquí los dejo…
«...todo ensayo es vivir...»
Armando Reverón
***
«...llegan momentos en los que uno está vencido...»
Mi padre
***
«...El compromiso irrevocable con cualquier religión
no es sólo un suicidio intelectual: también es
un signo de profunda falta de fe, pues cierra la
mente a cualquier nuevo enfoque sobre el mundo.
La fe es, por sobre todo, apertura: un acto de
confianza hacia lo desconocido...»
Alan Watts
***
«...Cuando la naturaleza se cuida tan poco de la vida
individual, ¿ por qué deberíamos nosotros acariciar
la fantasía de que la nuestra es de excepcional
importancia ? ...»
Robert Louis Stevenson
***
«...Palabras como rasgones.
Escritura inmediata, urgida, penetrante pero
sin “designio” claro.
Letras en la incertidumbre, no belles letres...»
Rafael Cadenas
ALGUNAS ESTAMPAS DE LA PRESENTACIÓN EN LIBRERÍA LECTURA 14 / 12 / 2006
ALGUNAS ESTAMPAS DE LA PRESENTACIÓN EN LIBRERÍA EL BUSCÓN, 26 / 11 / 2013
Borges en la Divina comedia...
Ely Ameling, aquella voz de mis amorosos recuerdos... Mahler.