Fábula sobre por qué poder priva sobre poesía y poetas
Salud, vino y poesía -dije como para despedirme de mi amigo poeta-, sólo por contrarrestar una consigna muy de moda….
Ya sé -me dijo. Patria, socialismo o muerte. Ante este giro, parece haber tres opciones para escoger una: la menos mala es Patria.
Cierto es -le repliqué-, siempre y cuando sea para el afecto y no para el fanatismo. Desafortunadamente, casi todos los gobiernos se aprovechan de esa noción de manoseada patria para agitar las turbas y llevarlas a los mataderos. Yo no creo que haya más de diez políticos de buen corazón... el político de hoy, a mi modo de ver, debe reconquistar, primero su condición de ser humano, redimir el humanismo. Sería como una suerte de regreso al pasado, pero esta vez para recoger frutos primarios, no como hacen ciertos políticos, que van al pasado para recoger insignias de herrumbroso cobre...
Es difícil...el problema es que hay diferentes niveles de políticos. Y hay que tener cuidado con lo opuesto: son un mal necesario; como acaso lo es el pueblo para ellos: friegan a esa abstracción llamada pueblo...
Sí, estamos totalmente de acuerdo. Por eso es que no creo en la mayor parte de ellos. Creo en los pocos que se atreven a remover las propias bases de la política de hoy. Y aun de ellos hay que cuidarse! Es que vivimos en un mundo desvalorizado... Y los bienes naturales significan muy poco para el común de la gente. Por eso, mucha gente que no siente como las mayorías, optan por el aislamiento o el anonimato...
Pero no olvides que Hitler destrozó a los partidos políticos alemanes porque “eran los malos”.
El verdadero político debería ser un sabio o filósofo, un acucioso investigador. Así lo fue en la Grecia antigua y aun así distó mucho de ser una república perfecta. Yo no critico a los partidos, per se, lo que critico es la pérdida de espíritu en el hombre, en general, de aquello que los clásicos llamaron bien común… Se ha perdido sensibilidad…
Sí, lo que dices es cierto, pero hay un tono algo utópico en eso, como en todo y que siempre es bienvenido, pero el político, como casi todo, se gesta sobre la marcha de su entorno, por eso se tuerce buscando su espacio competitivo y se mueve en torno a los dividendos del poder, por eso tiene que haber un poder superior llamado pueblo y que pueda ejercer su venganza.
Sí, estamos totalmente de acuerdo. Por eso es que no creo en la mayoría de ellos, como te dije, sino en los pocos que se atreven a remover las tambaleantes bases del status.
Así es...Pericles, uno solo, Ghandi, uno solo Mandela, uno solo…
La frase que más quiero de Vallejo no es la de un poema, sino una suerte de aforismo insertado en una glosa: decía algo así como que para hacer la revolución hay que primero revolucionar la sensibilidad humana...
Vallejo: mejor imposible
Pero no perdamos de vista que Mandela no llegó solo... Gandhi menos...En la antigua Grecia sólo podían ser senadores los ancianos: 64 si mal no recuerdo...
Cierto es, pero volviendo a lo anterior, especialmente sobre Mandela y Pericles, es que teniendo ya todo en las manos, fueron capaces de ceder su puesto al futuro… aunque Pericles como que se arrepintió algo tarde.
¡Interesantísima observación! pero, bueno, suele suceder eso con el arrepentimiento, ¿no?
Debería haber una especie de bono de poder canjeable y ponderable...que se vea un plan con objetivos, incluso antes de lanzarse tras el poder. Si no cumplen, pa´fuera!
Pero si de lo que se aprovechan es de la intangibilidad del poder, ningún político (o casi ninguno) desearía eso...
En la película "El teléfono blanco" alguien dice: “y al final nos dimos cuenta de que no había fascistas en Italia” (después de que todos lo eran). ¡Hay una inercia histórica–histérica que nos dirige en masa!
Por eso es que siempre abogo por lo pequeño, el regreso al individuo, sin olvidar lo colectivo, el regreso o rescate del pasado, en lugar de vivir pensando en conquistar un imponderable futuro en el espacio, esto es, la mentira de pocos que indigesta a tantos…
Qué bueno lo que dices! Lo comparto al 100 por 100.
… y por eso llevo siempre esta pequeña Beretta en el cinturón, es práctica y útil, como el estudio del enemigo. Manos arriba, desgraciado, vas preso, por atentar contra el Estado.
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El autor de esta charada se hace llamar Perico de los Palotes y dice vivir Chipre, aunque afirma que siempre se da un par de anuales escapadas al parisino Crazy Horse.
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Todas las reproducciones pertenecen al archivo de John Heartfield (quien tuvo la honra de hacerse llamar Helmut Herzfeld, mientras estuvo conviviendo muy amigablemente con Monsieur Hitler y su comitiva, en su Alemania natal).
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