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La mujer de la República platónica. Sobre el particular, no hay
ninguna ofensa contra la mujer heroica de la poesía, tampoco contra la mujer
ateniense. La voz de la naturaleza habla a través de ellas con un sabio sentido
(Pitia, Diótima). Tácito. Que el lugar ocupado por la mujer en Grecia haya sido
antinatural es algo que se rebate por los grandes hombres que de ellas
nacieron. Es difícil corromper a la mujer: permanece igual: insignificancia de
la esencia de la familia. El niño es educado para el Estado. Si el Estado es
malo y es enajenado de su determinación cultural, la educación de la familia es
una ayuda necesaria. Esto es lo afeminado en nuestra cultura, lo
que afemina la concepción del mundo: los hombres griegos son crueles como la
naturaleza. Las representaciones ilusorias de las mujeres son distintas que las
de los hombres: dependiendo de que unas u otras venzan en la educación tendrá la
cultura algo femenino o masculino. El amor fraterno de Antígona. Para el Estado
la mujer es la noche: dicho más exactamente, el sueño: el hombre es la vigilia.
Ella no simula, es siempre igual, una recaída en la naturaleza curativa. En ella
sueñan las generaciones futuras. ¿Por qué la cultura no ha sido femenina? A
pesar de Helena, a pesar de Dioniso.
Lugar correcto
de la mujer: despedazamiento de la familia. ¿No es en eso el hombre peor a
causa de las horribles exigencias que el Estado le plantea? La mujer tiene que
dar a luz, y por eso tiene que vivir, como
la planta, de la mejor profesión del hombre, Láthe biósas. * No trabajan,
son holgazanes según Hesiodo.
* Láthe biósas. “Pasa desapercibido mientras
vivas”. Ese es el ideal del sabio epicúreo.
Friedrich
Nietzsche. Fragmentos póstumos sobre política.
Editorial Trotta, Madrid, 2004.
Portada de otra gran obra suya, aún cuando el propio Nietzsche la rechazara: El nacimiento de la tragedia.