Oda
a Hölderlin
Amigo
de mi juventud, a ti regreso agradecido
ciertos
atardeceres, cuando entre los saúcos,
en
el jardín que duerme, suena sólo
la
fuente susurrante.
Hoy
nadie te conoce, amigo mío; en estos tiempos nuevos
muchos
se han apartado del encanto tranquilo de la Hélade,
sin
oraciones y sin dioses
prosaicamente
el pueblo camina sobre el polvo.
Mas,
para una secreta multitud de absortos entrañables
a
los que el dios llenó el alma de anhelos
aún
suenan las canciones
de
tu arpa divina.
Cansados
del trabajo regresamos ansiosos
a
la ambrosía nocturna de tus cánticos,
pues
con el batir de sus alas nos envuelve
en
un sueño dorado.
Y
cuando nos hechiza tu canto, arde más fuerte,
más
dolorosamente, hacia el venturoso país del tiempo ido,
hacia
los templos de los griegos,
nuestra
nostalgia interminable.
Versión
provisional de un servidor. No me convencen las traducciones que he encontrado.
Y no aparecen, en mi biblioteca, ninguno de los dos ejemplares de su poesía que
tradujera (si mal no recuerdo, Rodolfo Modern). Esos tomos suelen caminar por la casa, son --como Hesse- caminantes. En lo que aparezca alguno de ellos, cotejo su versión para mejorar la presente.
Montañas
en la noche
El
lago se ha extinguido,
oscuro
duerme el cañaveral
murmurando
en el sueño.
Sobre
el campo extendidas,
anchurosas
montañas amenazan.
No
reposan.
Hondamente
respiran, se mantienen
Unidas,
unas contra otras.
Respirando
hondamente,
llenas
de oscuras fuerzas, irredentas
en
su pasión devoradora.
Traducción,
Jesús Ruiz
En
la niebla
¡Qué
extraño es vagar en la niebla!
En
soledad piedras y sotos.
No
ve el árbol los otros árboles.
Cada
uno está solo.
Lleno
estaba el mundo de amigos
cuando
aún mi cielo era hermoso.
Al
caer ahora la niebla
los
ha borrado a todos.
¡Qué
extraño es vagar en la niebla!
Ningún
hombre conoce al otro.
Vida
y soledad se confunden.
Cada
uno está solo.
Traducción,
Andrés Holguín
https://www.youtube.com/watch?v=Bq4r-HcRQ5I .