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La tesis
hegeliana, una filosofía de la totalidad, al decir de Bertrand Russell, ha
causado mucho daño en el orbe. Se equivocan quienes creen que Marx y Engels
avanzaron mucho con respecto a Hegel. Y se equivocan si creen que la teoría
dialéctica de la historia sólo ha sido apadrinada por depurados comunistas y probos
socialistas. Ha sido apadrinada por totalitaristas, gentes muy allegadas, en
realidad, a las praxis del absolutismo o de cualquier especie de
fundamentalismo, no más. Gentes que piensan, a pie juntillas, su catecismo de
que hay que sacrificar a la parte en beneficio del todo. Nada más hegeliano, en
ese sentido, que la totalitarista aspiración de los pangermanistas del
nacionalsocialismo, y sus credos de limpieza racial. Por supuesto, la noción
del “todo” suele ser muy bien delineada por la parte, esa parte que siempre se caracteriza
por tener la olla muy bien asida por el mango.
Por eso nunca he logrado entender lo que puede alojarse en las almas de quienes se auto-proclaman como "revolucionarios", para saludar -con el mayor de los beneplácitos- a señores como Stalin o Mao y sus clanes de asesinos. Cabecillas de gobiernos totalitarios que no dudaron en podar, de sus naciones, una enorme porción de sus habitantes. ¿Cómo puede alguien avalar el resultado de las purgas y los millones de seres ajusticiados en beneficio del todo? Sólo por causa de la ceguera, la desinformación o el fanatismo. Añadamos otra causa, hay más, pero agreguemos sólo una: ese culto que podríamos denominar como ejercicio del cinismo moderno o “neo-cinismo”, una desvergüenza que no deviene de escuela filosófica alguna, pues no necesita de ella para predicar y practicar la iniquidad, ya que preparación no hace falta mucha para ejercer la infamia. En fin, apartando estas minucias, digamos que -en la práctica- todo resultó al revés. Pues los cabecillas de gobierno, junto a lo más granado de sus sectas adoradoras de la arbitrariedad del todo, casi acabaron con ese todo para instalar “la parte”. La desinformación y la inopia que genera todo fanatismo son tanto o más dañinas que si recogiéramos de nuevo la caja de Pandora y la recargáramos con todos los virus del mundo, habidos y por haber, para dispersarlos a los cuatro vientos.
Por eso nunca he logrado entender lo que puede alojarse en las almas de quienes se auto-proclaman como "revolucionarios", para saludar -con el mayor de los beneplácitos- a señores como Stalin o Mao y sus clanes de asesinos. Cabecillas de gobiernos totalitarios que no dudaron en podar, de sus naciones, una enorme porción de sus habitantes. ¿Cómo puede alguien avalar el resultado de las purgas y los millones de seres ajusticiados en beneficio del todo? Sólo por causa de la ceguera, la desinformación o el fanatismo. Añadamos otra causa, hay más, pero agreguemos sólo una: ese culto que podríamos denominar como ejercicio del cinismo moderno o “neo-cinismo”, una desvergüenza que no deviene de escuela filosófica alguna, pues no necesita de ella para predicar y practicar la iniquidad, ya que preparación no hace falta mucha para ejercer la infamia. En fin, apartando estas minucias, digamos que -en la práctica- todo resultó al revés. Pues los cabecillas de gobierno, junto a lo más granado de sus sectas adoradoras de la arbitrariedad del todo, casi acabaron con ese todo para instalar “la parte”. La desinformación y la inopia que genera todo fanatismo son tanto o más dañinas que si recogiéramos de nuevo la caja de Pandora y la recargáramos con todos los virus del mundo, habidos y por haber, para dispersarlos a los cuatro vientos.
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En el bosque de Katyn, próximo a Smolensk, se han descubierto numerosas fosas comunes con miles de cadáveres de polacos hechos prisioneros de guerra por los soviéticos
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La historia oficial se escribe con las plumas de ganso que se cobijan bajo la
tutela del poder.
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Vivimos en la sociedad del miedo. Si se moteja de oscurantismo al Medioevo, ¿de qué motejaremos a este tercer milenio, que no hace otra cosa que imponer tinieblas en los individuos? Las minorías gobernantes pactan para arrinconar al resto de la humanidad. El hombre nunca ha conocido lo que es el poder de la democracia (circunscribiendo el término rigurosamente al poder del pueblo por el pueblo y en atención a lo que decida el sentido común de la mayoría del colectivo), porque probablemente eso sea una entelequia. Lo que existe es el poder de la vida, que se expresa en individuos que han de vivir colectivamente. A las minorías gobernantes poco les importa el atrincherarse en esquinas antagónicas, pues eso sólo es una apariencia, una leyenda grabada a golpes de martillo en nuestra psique: unas y otras se convienen, se necesitan, se apuntalan para mantener incólume el statu quo del miedo. Es parte de su “método”. El que a estas alturas todavía prevalezca el modus operandi (que no el vivendi) de unas minorías gobernantes imponiendo la égida de su cetro sobre la humanidad, sólo puede indicar que la sociedad humana no ha avanzado mucho más que las sociedades de las hormigas o de las abejas. Aunque un signo esperanzador podríamos albegar en lo que parece ser el creciente desinterés que muestran, cada vez más, los seres humanos por la entelequia del poder.
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Execute_346_Berias_letter_to_Politburo
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Vivimos en la sociedad del miedo. Si se moteja de oscurantismo al Medioevo, ¿de qué motejaremos a este tercer milenio, que no hace otra cosa que imponer tinieblas en los individuos? Las minorías gobernantes pactan para arrinconar al resto de la humanidad. El hombre nunca ha conocido lo que es el poder de la democracia (circunscribiendo el término rigurosamente al poder del pueblo por el pueblo y en atención a lo que decida el sentido común de la mayoría del colectivo), porque probablemente eso sea una entelequia. Lo que existe es el poder de la vida, que se expresa en individuos que han de vivir colectivamente. A las minorías gobernantes poco les importa el atrincherarse en esquinas antagónicas, pues eso sólo es una apariencia, una leyenda grabada a golpes de martillo en nuestra psique: unas y otras se convienen, se necesitan, se apuntalan para mantener incólume el statu quo del miedo. Es parte de su “método”. El que a estas alturas todavía prevalezca el modus operandi (que no el vivendi) de unas minorías gobernantes imponiendo la égida de su cetro sobre la humanidad, sólo puede indicar que la sociedad humana no ha avanzado mucho más que las sociedades de las hormigas o de las abejas. Aunque un signo esperanzador podríamos albegar en lo que parece ser el creciente desinterés que muestran, cada vez más, los seres humanos por la entelequia del poder.
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Execute_346_Stalins_resolution
Heartfield _ la verdadera razón del saludo de Hitler
Fotograma de John Heartfield (Helmut Herzfeld)
EJECUCION DE 22000 POLACOS
GULAK
GULAK
Stalin - Hambruna en Ukrania 1932 B
Stalin - Hambruna en Ukrania 1932 C
Dos disidentes -1968- son obligados a permanecer agachados en una fosa rodeados de calaveras, mientras fieles de la República levantan el Libro Rojo de Mao y corean consignas a favor del líder chino.
Stalin - Hambruna en Ukrania 1932 D
Stalin - Hambruna en Ukrania 1932 EStalin - Hambruna en Ukrania 1932 F
Stalin - Hambruna en Ukrania 1932 G
https://www.youtube.com/watch?v=449ZOWbUkf0&x-yt-cl=84838260&x-yt-ts=1422327029
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=USqiV7phxjc
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=USqiV7phxjc