Arte y poesía: vigencia de toda expresión lúdica, gesto o acto non servil en tiempos tan obscuros como los actuales. Disertaciones sobre el culto añejo de ciertos antagonismos: individuo vs estado, ocio y contemplación vs labor de androides, dinero vs riqueza. Ensayos de libre tema, sección sobre ars poética, un muestrario de literatura universal y una selección poética del editor. Luis Alejandro Contreras Loynaz.
Si en Venezuela estilamos ser toderos, ese envite de torear la vida en cuanta empresa se nos plante ante la vista, yo debo decir que he sido -y acaso aún soy- un fervoroso nadero, suerte de lance para nadar en las enaguas de la susodicha. Pues en lugar de ser un profesional en todo, he sido un amateur en nadas; en el más feliz de los casos, un entendedor, siempre a la chista callando. Las naderías suelen causar gran fascinación sobre las almas distraídas, entre las que me incluyo, y no sé que hado les haya legado su encanto a las primeras. Y, aunque cursé más de cien créditos en la Escuela de Letras de la UCV, nunca me mortificó el comprobar que ese sistema de jerarquías con que el hombre gusta de mortificarse la carne, también hubiese ganado espacios en ese querido recinto y que, en virtud de ello, hubiese materias que disfrutaban de cierta prelación sobre otras. Iba por puro gusto. Nada hay como explayarse. El resto es aburrido y desmesuradamente empalagoso. Por otra parte, ¿quién no tuvo, alguna vez, que pasar por el trance de mancillarse las manos al hacer algún oficio? Pocos, muy pocos.
No tenemos ningún interés comercial al divulgar este film, únicamente nos mueve a compartirlo un fin humanitario. Así que quien desee verlo debe dirigirse a la red de alojamiento, es decir, a la red YouTube
Y el film, esperemos que no lo vuelvan a retirar de la red...
P. S. (04/10/2020)
Y lo dieron de baja, otra vez. Qué lástima que persigan tanto su divulgación, cuando es una obra que debería ver todo el mundo. Aquí agregamos otro enlace que lleva a esa maravilla de film. No tenemos ningún otro interés comercial ni de lucro al divulgar esta magnífica obra. Sólo prete4ndemos darla a conocer a quienes no la hayan visto jamás. Es perentorio pues ayuda a tener una visión más humana del mundo y de la importancia de nuestra relación con él... Salud!
Sobre el arduo asunto de escribir poesía,
Wislawa Szymborska, una vez pescó en sus redes este aforismo de Carl Sandburg:
“La poesía es el diario escrito por una criatura del mar, que vive en la tierra
y desea volar”. Debajo reproducimos el texto de donde es convocada esta joya. Y, más abajo, algunos enlaces para la Guarida de los poetas.
Salud!
lacl
Fuente: El malpensante. En la sección de
Artículos, Traduce: Cristina Esguerra (*)
Cómo
escribir y cómo no escribir poesía
Wislawa Szymborska .
Durante tres décadas, Wislawa
Szymborska escribió una columna en el periodico polaco Vida Literaria. En ella
respondía las preguntas de personas interesadas en escribir versos. Esta
selección es una muestra de esta paciente y prolongada pedagogía poética.
Para Heliodor, de Przemysl
Escribes: “Sé que mis poemas tienen
muchos errores, ¿y qué con eso? No voy a parar a corregirlos”. ¿Y por qué no,
querido Heliodor? ¿Será que para ti la poesía es sagrada? ¿O tal vez la
consideras algo insignificante? Ambos modos de acercarse a ella son errados, y
lo peor es que liberan al neófito de la necesidad de trabajar en sus versos. Es
gratificante y placentero decir a nuestros conocidos que el espíritu se apoderó
de nosotros el viernes a las 2:45 p.m. y comenzó a susurrarnos misteriosos
secretos al oído. Lo hizo con tal vehemencia que escasamente tuvimos tiempo de
anotarlos. Pero en casa, a puerta cerrada, corregimos con ahínco. Tachamos y
revisamos esas expresiones que parecen de otro mundo. Los espíritus son una
maravilla, pero hasta la poesía tiene su lado prosaico.
Para H. O., de Poznan, un posible
traductor
El traductor no está obligado a serle
fiel al texto únicamente. Debe dejar ver la belleza de la poesía conservando su
forma y reteniendo, en la medida de lo posible, el estilo y el espíritu de la
época.
Para Grazyna, de Starachowice
Quitémosnos las alas y tratemos de
escribir con los pies sobre la tierra, ¿sí?
Para el señor G. Kr., de Varsovia
Necesitas un bolígrafo nuevo. El que
tienes comete muchos errores. Debe ser extranjero.
Para Pegaso, de Niepolomice
En rima, preguntas si la vida tiene
centavos. Mi diccionario responde que no.
Para el señor K. K., de Bytom
Utilizas el verso libre como si su
libertad fuera absoluta. Pero la poesía (a pesar de lo que pueda decirse) es,
era y será un juego. Y, como todos los niños saben, los juegos tienen reglas.
¿Por qué lo olvidan los adultos?
Para Putzka, de Radom
El aburrimiento debe ser descrito con
gusto. ¿Cuántas cosas están ocurriendo en un día en el que no pasa nada?
Para Boleslaw L-k, de Varsovia
Tus dolores existenciales te vienen
con demasiada facilidad. Ya hemos padecido suficiente desesperanza y nos hemos
adentrado en las sombrías profundidades demasiadas veces. “Los pensamientos
profundos –dice mi querido Thomas (Mann, por supuesto, ¿de cuál otro podría
tratarse?)– deben hacernos sonreír”. Leyendo tu poema “Océano” nos descubrimos
forcejando en un pozo poco profundo. Concibe tu vida como una aventura
extraordinaria que te ha acontecido. Por el momento ése es nuestro único
consejo.
Para Marek, también de Varsovia
Tenemos por fundamento la creencia de
que todos los poemas que versan sobre la primavera quedan automáticamente
descalificados. El tema ha dejado de existir en la poesía. Por supuesto,
continúa desarrollándose como parte de la vida. Pero se trata de dos asuntos
distintos.
Para B. L., de los alrededores de
Breslavia
El miedo al discurso preciso, el
esfuerzo constante por convertir todo en una metáfora, la inagotable necesidad
de que en cada línea se demuestre que eres un poeta: éstas son ansiedades que
acosan a todo poeta en formación. Pero pueden curarse si se descubren a tiempo.
Para Zb. K., de Poznan
A lo largo de su vida la mayoría de
los poetas no han utilizado tantas palabras majestuosas como las que has
apiñado en tres cortos poemas. “Patria”, “verdad”, “libertad”, “justicia”. Ese
tipo de palabras no deben tomarse a la ligera. Sangre de verdad las recorre y
la tinta no puede reemplazarla.
Para Michal, en Nowy Targ
Rilke advirtió a los jóvenes poetas que
los temas majestuosos son difíciles y exigen una gran madurez artística. Les
aconsejó escribir sobre lo que observan en torno a ellos y cómo viven cada día;
sobre lo que se ha perdido y lo que se ha encontrado. Los animaba a utilizar lo
que estaba a su alrededor como herramienta para desarrollar su arte; imágenes
de los sueños, objetos del recuerdo. “Si la vida diaria te parece pobre
–escribió–, no la culpes. La culpa es tuya. No eres tan buen poeta como para
percatarte de su riqueza”. Este consejo te puede parecer superfluo y estúpido.
Por eso sustentamos nuestro argumento con uno de los poetas más esotéricos del
mundo de la literatura. ¡Observa cómo alaba las cosas ordinarias!
Para Ula, de Sopot
Definir la poesía en una frase...
¡vaya! Conocemos por lo menos quinientas definiciones, pero ninguna nos parece
lo suficientemente precisa y abarcadora a la vez. Cada una expresa el sabor de
su época. Un escepticismo de nacimiento nos impide dar una definición propia.
Pero recordamos un hermoso aforismo de Carl Sandburg: “La poesía es el diario
escrito por una criatura del mar, que vive en la tierra y desea volar”. ¿Será
que él lo escribirá un día de estos?
Para L-k, de Slupsk
Requerimos más de un poeta que se
compara con Ícaro que lo que el largo poema cifrado nos revela. Señor L-k,
usted no cuenta con que el Ícaro de hoy en día tiene que elevarse sobre un
paisaje distinto al de la antigüedad. Ve autopistas repletas de carros y
camiones, aeropuertos, pasarelas, grandes ciudades, puertos modernos y costosos
y demás cosas por el estilo. ¿No le pasaría por el lado un jet de vez en
cuando?
Para T. W., de Cracovia
En el colegio no se pierde tiempo en
un análisis estético de las obras literarias. Las temáticas centrales se
estudian junto con el contexto histórico. Ese tipo de conocimiento es crucial
pero no será suficiente para quien desee convertirse en un lector
independiente, bueno; y menos aún para alguien con ambiciones creativas.
Nuestros jóvenes corresponsales a menudo se sorprenden de que sus poemas sobre
la reconstrucción de Varsovia después de la guerra, o acerca de las tragedias
vividas en Vietnam, no sean lo suficientemente buenos. Están convencidos de que
una intención honorable puede pasar por encima de la forma. Si quieres ser un
buen zapatero no basta que te entusiasme el pie humano. Tienes que conocer tu
material, tus herramientas, escoger el modelo correcto. Con la creación
artística ocurre lo mismo.
Para el señor Br. K, de Laski
Tus poemas en prosa están impregnados
de la figura del Gran Poeta que escribe sus extraordinarias obras llevado por
la euforia del alcohol. Podríamos adivinar cuál es el personaje que tienes en
mente, pero los apellidos no son el tema que nos ocupa en este último análisis.
Nuestro interés se centra en la errada convicción de que el alcohol facilita el
ejercicio de la escritura, envalentona la imaginación, agudiza el ingenio y
realza otras funciones que entusiasman al espíritu bardo. Mi querido señor K,
ni esta poeta, ni ninguno de los que conocemos y con seguridad tampoco los que
nos son desconocidos, han escrito jamás algo de valor bajo la influencia del
alcohol. Toda buena obra surge de un trabajo minucioso llevado a cabo en medio
de los dolores de la sobriedad y sin ningún zumbido placentero rondando en la
cabeza. “Siempre he tenido ideas, pero después del vodka me duele la cabeza”,
dijo Wyspianski. Si un poeta consume alcohol, es entre un poema y el otro. Ésta
es la cruda realidad. Si el alcohol promoviera la buena poesía, entonces cada
tercer ciudadano de este país sería por lo menos un Hortensio. Nos vemos forzados
a rebatir otra leyenda más. Esperamos que emerjas ileso de entre las ruinas.
Para E. L., en Varsovia
Quizá puedas aprender a amar en la
prosa.
Para Esko, de Sieradz
La juventud es un período interesante
en la vida de una persona. Si a las dificultades de la juventud les sumas la
ambición de escribir, hay que tener un carácter fuerte para sobrellevar el
estrés. Tener cualidades como la perseverancia, la rapidez, poseer un amplio
bagaje literario, ser curioso y mirar con atención. Hay que saber tomar
distancia de uno mismo, ser capaz de sentir el dolor ajeno, tener una mente
crítica, sentido del humor y la irrompible convicción de que el mundo se
merece: a) seguir existiendo, y b) más suerte de la que ha tenido hasta ahora.
Los poemas que nos has mandado dejan ver un deseo por escribir pero no alguna
de las cualidades antes mencionadas. Tienes bastante trabajo por delante.
Para Kali, de Lodz
“Por qué” es la combinación de
palabras más importante en cualquiera de los idiomas de este planeta y es
probable que ocurra lo mismo en las otras galaxias.
Para el señor Pal-Zet, de
Skarzysko-Kamieanna
Los poemas que has enviado sugieren
que no has logrado percibir una diferencia fundamental entre la poesía y la
prosa. Por ejemplo, el poema titulado “Aquí” es meramente una descripción en
prosa de un cuarto y sus muebles. En prosa una descripción así sirve a una
función específica: presenta el escenario de la acción que viene. En un momento
la puerta se abrirá, alguien entrará y algo pasará. En la poesía la descripción
misma debe “suceder”. Todo se vuelve significativo, la elección de las
imágenes, su disposición, la forma que toma en las palabras. La descripción de
un cuarto ordinario debe aparecer ante tus ojos como el descubrimiento de ese
cuarto, y la emoción contenida en esa descripción debe ser compartida por los
lectores. De otra manera, la prosa se queda prosa, aunque te esfuerces en
cortar oraciones en columnas de verso. Y lo que es peor, nada pasa.
Memorias
y desmemorias: Angelus Silesius, Guillent Pérez.
Una vez el profesor J. Guillent Pérez
nos soltó de manera coloquial, en una de esas heteróclitas lecturas de la
escuela de Letras de la UCV, en las que se trataba sobre el ser y la nada, una
frase que atribuía a Angelus Silesius:
-¿Por qué te afanas en
el por qué? Conténtate con el porque.
No recuerdo ya, si en mis pesquisas
posteriores, llegué a dar con ella. Mis búsquedas iniciales me produjeron dolor
de cabeza, pues no hallaba de donde sacar yo mineral precioso. Recuerdo sí,
esta otra, que se ha quedado como tatuada con fuego en la memoria:
La rosa es sin por qué, florece porque
florece.
(Die rose ist ohne warum sie blühet weil sie blühet.)
He de volver a las fuentes, esto es, a
mi tomo de Silesius, porque me intriga no recordar si di con esa frase exactamente
o si acaso se trataba de una relectura o reinterpretación de algún adagio por
parte del recordado Guillent, lo que también me parecería válido.