domingo, 31 de julio de 2016
sábado, 30 de julio de 2016
El cielo apacigua
Unas letras recién sacadas del horno del cosmos.
Cosmos = Alma.
Adenda (31/07/16).- Esta mañana han surgido
unas líneas de colofón y se ha
adicionado a las escritas ayer, así que aquí dejo esta segunda versión y, debajo, la primera.
A Eduardo Torrealba
El
cielo apacigua,
el
cosmos apacigua,
la
danza de los astros apacigua,
los
lienzos estelares
y
el retozo de las nubes apaciguan.
El
cielo canta con voz iluminada,
voz
que viaja en el esqueleto que atavía la oscuridad.
Estamos
solos ante el firmamento colosal.
Acaso
la noche,
con
su infinita oquedad,
obre
-en veces- el pasmo y pánico
que
sólo pueden procurarnos
las
imágenes de abismos sin final.
Pero
todo tiene final,
hasta
el abismo de la eternidad.
El
alma es agua del cosmos.
Y
de esas aguas deviene la gota
que
ahora arrastra la partícula de polen
en
la que viaja el cosmos sumergido.
Resbala
por la faz de esa flor humedecida
que
una niña de otro mundo
porta
entre sus manos.
lacl
/ 31 de julio, 2016.
A Eduardo Torrealba
El cielo apacigua,
el cosmos apacigua,
la danza de los astros apacigua,
los lienzos estelares
y el retozo de las nubes apaciguan.
El cielo canta con voz iluminada,
voz que viaja en el esqueleto que atavía la
oscuridad.
Estamos solos ante el firmamento colosal.
Acaso la noche,
con su infinita oquedad,
obre -en veces- el pasmo y pánico
que sólo pueden procurarnos
las imágenes de abismos sin final.
Pero todo tiene final,
hasta el abismo de la eternidad.
El alma es agua del cosmos.
.
lacl
/ 30 de julio, 2016.
miércoles, 27 de julio de 2016
Un déspota en ciernes, anotación al margen, lacl / TADEUSZ KANTOR, teatro vanguardia / Paderewski - Symphony In B Minor 'Polonia' - Imágenes de los montajes teatrales de Tadeusz Kantor
Pareciera que en la nación, como en el mundo (abstengámonos,
por una vez, en llamarles “nuestra” nación, “nuestro” mundo, ya que vamos de
paso), estuvieran agotadas las humanas reservas capaces de cavilar, deliberar e,
incluso, lidiar desapasionadamente con este escenario que proponen los
adoradores del poder y expoliadores del libre albedrío.
Cansancio, abulia, nausea, obstinación.
¿Pero quién no habría de obstinarse ante los empecinados
clanes que le proponen un mundo contrahecho? Esas bien aceitadas organizaciones
minoritarias sólo pueden proponer una argumento: la maqueta de un colectivo de
manos esposadas, ése es su leit motiv, su misión sobre la faz de la tierra. Y
ellos señoreando sobre el orbe.
El miedo les impulsa a apoderarse de los destinos
del resto de los seres mortales, ése es el escondrijo en el que se atrincheran
para vencer sus propios terrores.
¿La codicia? Bueno, sí, la codicia. Puede
funcionar como oculto justificativo. Y en la epidermis todas las chácharas
socialistoides o pseudo democratizadoras, y todas las hipocresías que pretenden
restituir derechos imaginariamente ancestrales de raza o credo.
Pero es el miedo a vivir conforme al ritmo de la
naturaleza, es el miedo a vivir expuestos al desamparo y cobijo que, a un tiempo
mismo, les regala el cosmos, lo que les impulsa a enquistarse entre decálogos de
falsedad, lo que les incita a diferenciarse del resto humano, estableciendo
jerarquizaciones en las que, irrecusablemente, ellos han de ocupar el podio y el trono del juez.
Una persona a la que le da terror dialogar con el
cielo es, en potencia, un déspota en ciernes.
.
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