Arte y poesía: vigencia de toda expresión lúdica, gesto o acto non servil en tiempos tan obscuros como los actuales. Disertaciones sobre el culto añejo de ciertos antagonismos: individuo vs estado, ocio y contemplación vs labor de androides, dinero vs riqueza. Ensayos de libre tema, sección sobre ars poética, un muestrario de literatura universal y una selección poética del editor. Luis Alejandro Contreras Loynaz.
Si en Venezuela estilamos ser toderos, ese envite de torear la vida en cuanta empresa se nos plante ante la vista, yo debo decir que he sido -y acaso aún soy- un fervoroso nadero, suerte de lance para nadar en las enaguas de la susodicha. Pues en lugar de ser un profesional en todo, he sido un amateur en nadas; en el más feliz de los casos, un entendedor, siempre a la chista callando. Las naderías suelen causar gran fascinación sobre las almas distraídas, entre las que me incluyo, y no sé que hado les haya legado su encanto a las primeras. Y, aunque cursé más de cien créditos en la Escuela de Letras de la UCV, nunca me mortificó el comprobar que ese sistema de jerarquías con que el hombre gusta de mortificarse la carne, también hubiese ganado espacios en ese querido recinto y que, en virtud de ello, hubiese materias que disfrutaban de cierta prelación sobre otras. Iba por puro gusto. Nada hay como explayarse. El resto es aburrido y desmesuradamente empalagoso. Por otra parte, ¿quién no tuvo, alguna vez, que pasar por el trance de mancillarse las manos al hacer algún oficio? Pocos, muy pocos.
La ciudad de los espejismos,José Antonio Ramos
Sucre, El cielo de esmalte.
Yo cultivo las memorias de mi niñez meditabunda. Un campanario invisible,
perdido en la oscuridad, sonaba la hora de volver a casa, de recogerme en el
aposento.
Ruidos solemnes interrumpían a cada paso mi sueño. Yo creía sentir el
desfile de un cortejo y el rumor de sus preces. Se dirigía a la tumba de un
héroe, en el convento de unos hermanos inflexibles, y transitaba la calle hundida
bruscamente en el río lánguido.
Yo me incorporaba de donde yacía, atinaba un camino entre los muebles
del estrado, sala de las ceremonias, y abría en secreto las ventanas. Porfiaba
inútilmente en distinguir el cortejo funeral. Una vislumbre desvariada recorría
los cielos.
No puedo señalar el número de veces de mi despertamiento y vana
solicitud. Recuperaba a tientas mi dormitorio, después de restablecer el orden
en las alhajas de la sala. Un insecto diabólico provocaba mi enfado ocultándose
velozmente en la espesura de la alfombra.
La ruina de las paredes había empolvado la sala desierta. Mis abuelos,
enfáticos y señoriles, no recibían sino la visita de la muerte.
Yo no alcanzaba a desprenderme de los fantasmas del sueño en el curso de
la vigilia. La mañana invadía de tintes lívidos mi balcón florido y yo reposaba
la vista en una lontananza de sauces indiferentes, en un ensueño de Shakespeare.
Imagen: Cartier-Bresson
Preludio de José Antonio Ramos Sucre - Adagio J.S Bach - Concierto de Brandeburgo nº 1
BRINDIS DE AÑO NUEVO, un poema de Job Pim y una anécdota de
mi madre.
“…El venezolano,
decía siempre mi madre, cuenta con un sentido del humor del que quisieran gozar
en otros pueblos. De todo hacemos guasa y ni siquiera durante los malos tiempos
cejamos en ese temple, creo que en ello tiene que ver mucho nuestro clima, esta
eterna primavera…”
Habiendo cuenta de que, al parecer y a pesar de los pesares, nuestro gentilicio
comienza a reconciliarse con su terrena condición y, viendo como vemos, brotar
por doquier, agudas chanzas, lances e invenciones que surgen de la imaginería
colectiva, queremos recordar a unode
nuestros grandes humoristas, aunque lo hacemos rescatando un poema de su serie “Graves”,
dado que es una semblanza poética de su estadía en la prisión de La Rotunda.
A sus “Graves”
anteponía los “Agudos”, en donde se muestra la convivencia de esos dos tonos de
nuestra colectiva singularidad, signada por la ligereza, el solaz, la picardía
y el gusto de vivir, de cara al contraste de la fatalidad, una fatalidad
mayormente creada por obra de esa contingencia que hace que todo un pueblo
sufra por causa de un malestar que ataca a quienes, atrapados en el delirio de
una inexistente grandeza, logran sembrar en plazas y mentideros el desvarío y
la barbarie, contra viento y marea. Y es que, bien mirado, la mayoría de los
hombres, me parece a mí, se contentaría con vivir al son de la “dulzura
ambiente”, en lugar de embarcarse en los empeños de querer modelar y cambiar la
vida del resto de la humanidad. Porque esa es una enfermedad que ataca a pocos,
pero que contamina a muchos…
Luego
de ese “Brindis de año nuevo” dejo una semblanza de mi madre, pues creo que
viene al pelo, como le gustaba a ella decir.
Agrego algunas imágenes de las Obras Completas de Job Pim y un par de La Rotunda, la prisión de la era gomecista...
Salud!
lacl
BRINDIS
DE AÑO NUEVO
The
year is dying in the
Night:
ring out wild bells And
let him die. Tennyson
Mozo que en esta noche de Año Nuevo
por la plaza pletórica circulas,
y la fuga del año te divierte,
sin ver que algo de ti también se fuga;
tú que auguras el año venidero
de placer y fortuna,
y cuando dan las doce campanadas
y el cañonazo clásico retumba,
sientes un raro anhelo de expansiones,
de fraterna ternura,
y en medio de los seres de tu afecto
alzas la copa embriagadora, escucha:
Muy cerca de tu dicha, a pocos pasos,
en ese antro dantesco, La Rotunda,
allí en esa anacrónica Bastilla
donde el buitre feudal los tiempos burla,
hay hombres que se arrastran esta noche
entre un chocar de hierros que espeluzna:
segregados del mundo sin derecho,
sin sentencia ni culpa;
muertos para el bullicio de la vida,
vivos para el silencio de la tumba.
Hombres de cuyos ojos apagados,
en esa hora hará brotar la angustia
el manantial de lágrimas
que no logró arrancarles la tortura.
Que están pensando en un hogar en sombras,
y en una anciana de pupilas turbias
que alza las flacas manos suplicantes
hacia un Dios de piedad que no la escucha.
Mira un momento las humanas larvas
que desde sus covachas se saludan:
--¡Otro Año Nuevo hermano!
--¡Dios nos saque con vida de esta tumba!
¡Que ni siquiera pueden abrazarse,
confundir su amargura,
ni decirse la mágica palabra,
ni mirar cómo rasga la penumbra,
la generosa chispa que se enciende
cuando dos pechos de varón se juntan!
Piensa en esas gargantas
que una mano fantástica estrangula;
en esas frentes donde sopla el hálito
que las almas arruga;
en esos hombres que esta noche lloran
en la torre feudal de una República,
en el trágico pozo
donde un sátrapa bárbaro sepulta
a los que haciendo un masculino gesto
dieron la espalda a la ralea eunuca…
Piensa un instante, y luego,
Bebe tu copa y tu festín reanuda.
La Rotunda, diciembre 13, 1919
(pp.35-36)
Francisco
Pimentel Agostini (Job Pim)
*******
Mi mamá
me dice esta noche:
¡Qué
cosas tiene la mente! Ahora como duermo menos por la noche, la cabeza me da
vueltas y comienza a recordar, en los entresueños, pasajes absolutamente
olvidados.Recuerdo, por ejemplo, a mi
madre diciéndome: “para tu nacimiento, en La Pastora, tuve la asistencia del
doctor Porras”. Lo había olvidado por completo. Lo que no recuerdo son las
esquinas de la calle donde estaba ubicada la casa, seguro luego lo recuerdo. Es
donde hicieron el pasaje Brasil.
Luego
me relata los jocosos versos de Job Pim (Francisco Pimentel) “contra” Leo
(Leoncio Martínez) para “reclamarle” sus laboriosos afanes cuando, con motivo
de haber creado la revista Fantoches, se la pasaba con un delantal salpicado de
tintas. Tales afanes, reclamaba Job Pim, le hacían ver como un gandul ante los
amigos.
La
letra de las obras de Job Pim es ínfima y mi mamá tiene que apoyarse en una
lupa para leerlo, pero cuánto lo disfruta. Me dice, al final, uno sí que
despilfarra el tiempo, deberíamos haber leído más…
Lo he querido divulgar
pues me parece un hermoso trabajo visual y musical, amén de que me parece que
ha sido leído con justeza. He aquí una versión que toma muy en cuenta lo que
apunta aquel lema italiano que reza: traduttore = traditore. Es imposible
trasladar un poema de manera exacta a otra lengua. Sólo nos resta intentar ser
lo más fidedignos que nos quepa en nuestra manera de interpretar aquello que
deseamos compartir. Vivimos, como dijera Rilke, en un mundo interpretado. Me anticipo a decir que me he tomado una licencia poética con el título del poema... Y como siempre digo, es una versión provisional, hasta tanto revise un poco más ciertos término sobre los que se apoya Lawrence para expresar su sentir.
Salud!
lacl
Hermosa Edad de Oro,
David Herbert Lawrence
Ha de ser amable el ser
viejo
estar colmado de la paz
que viene de la experiencia
y de la marchitada
maduración del cumplimiento.
La marchita sonrisa de integridad
que sigue a una vida vivida
indoblegables y sin
amargura ante aceptadas mentiras,
ellos madurarían, cual
manzanas, y perfumados serían cual manzanas de oro en su vejez.
Sosegada sería la gente
anciana, como manzanas,
cuando uno está cansado
de amar.
Fragante cual hojas amarillentas,
y difusa con el fino
sigilo y deleite del
otoño.
Y una niña alcanzaría a
decir:
Debe ser maravilloso
vivir y madurar a la vejez.
Mira mi madre, ¡cuán
rica y paciente es! -
Y un hombre joven
podría pensar: Por Jove!
Mi padre ha encarado todas
las estaciones, ¡pero ha sido una vida!
Notas:
1. Para verter el término
pippin a otra lengua ha de tomarse en cuenta que, siendo una codiciada variedad
de las manzanas, también significa “una persona o cosa excelente”, de allí que
hayamos optado por acuñar la frase “manzanas de oro” por pippins, entendiendo aquí
el término “oro” desde una perspectiva alquimista y de transmutación en búsqueda
de la perfección del ser.
2. Por Jove! Es como
decir: Por Júpiter! Jove es uno de los nombres o atributos de Júpiter. Dios
romano equivalente al Zeus griego.
3. Me he tomado una licencia poética con el título del poema...
…….
Beautiful Old Age, David Herbert
Lawrence
It ought to be lovely to be old
to be full of the peace that comes of experience
and wrinkled ripe fulfilment.
The wrinkled smile of completeness
that follows a life
lived undaunted and unsoured with accepted lies
they would ripen like apples, and be scented like pippins
in their old age.
Soothing, old people should be,
like apples
when one is tired of love.
Fragrant like yellowing leaves, and dim with the soft
stillness and satisfaction of autumn.
And a girl should say:
It must be wonderful to live and grow old.
Look at my mother, how rich and still she is! -
And a young man should think: By
Jove
my father has faced all weathers, but it's been a life!
Gustav Klimt: Schubert at the Piano, 1899; destroyed by fire in May 1945
¿Es posible vivir (o padecer) una experiencia extrema del
sentir, esto es, un arrebato, una exaltación, en el meollo de la delicadeza o
el sigilo de la dulzura? ¿Cómo es
posible? Me refiero a si puede aparecer Dionisios en el centro de las estancias
de Apolo, sin que lleguen a enfrentarse. ¿Será eso posible? No lo sé, no puedo
corroborarlo, pero eso es lo que siento cada vez que escucho esta fantasía de
Schubert: un arrebato en el tiento, un templado frenesí, una sutileza dándole
fuste al desborde del sentir.
La lucha por la existencia espiritual versus una Filosofía del Resentimiento, lacl
“…La actividad artística comienza en el momento en que el
hombre se encuentra frente a frente con el mundo visible como con algo
terriblemente enigmático… En la creación de una obra de arte el hombre se
entrega a una lucha con la naturaleza no por su existencia física, sino por su
existencia espiritual…” (*)
Konrad Fiedler
Con esta sucinta y contundente cita abre su libro “Imagen e
idea” Herbert Read. Ese acrisolado planteamiento lo he llevado desde mis años
mozos inscrito en el reverso de mis pensamientos, que es como decir que lo
llevo estampado en la frente de mi sentir. Read confiesa que es a partir de
Fiedler que él desarrolla su teoría de que el arte ha sido, es y será una
herramienta fundamental del asentamiento de la conciencia humana. Nunca pude
conseguir los textos de Fiedler. Ahora, pasados los años, quizás pueda lograrlo
apoyado en los recursos de la digitalización.
Hoy, cuando reviso mi pasado, me veo cruzando aquella misma
esquina, emocionado de saber que hubo, hay y habrá algunas gentes con sentido
común.
Por aquellos días -entre los 70 y 80- rebatía yo,
reiteradamente, a algunos compañeros que creían, a pie juntillas, que
caballeros como Marx y Engels y su clan de gorreros -ese séquito ataviado de
ideólogos con gríngolas- eran (y, lamento confesarlo, al día de hoy algunos aún
enarbolan esa prédica) los seres llamados a transformar al hombre y su legado, en
un paraíso en la tierra, gracias a fórmulas traídas de los cabellos y por medio
de las cuales se diseña la creación de un nuevo súper hombre, modelando a la
masa como se amasa la plastilina, para forjar muñecos dúctiles a los manejos de quienes les
quieren siempre sumisos y sumidos en el papel de pasivos actores de la escena.
Con el paso de los días aprendí que esa “Filosofía del Resentimiento”
que les anima (no puedo denominarla de otro modo) es el único móvil de una
secta de pseudo revolucionarios de una no sé si bien o mal llamada izquierda.
Le acomoda bien a los holgazanes del espíritu y de la obra esa tal “filosofía”.
Jamás en sus vidas se leyeron unas tres líneas de Marx ni de Proudhon. Lenin
les pareció siempre un ladrillo. Trotsky, un marciano equivocado. Tampoco es
que haga mucha falta, pero (¡cojones!) que los mismos defensores de las tesis
del socialismo totalitario no se lean a sus príncipes y adalides es como para mandarlos
al carajo sin mediar otra palabra. Les basta apuntalarse con aires de sapiencia
en su “Filosofía del Resentimiento” para imponer la promesa de un Paraíso que
no existe ni en la más abandonada y soledosa confesión en alguno de esos súbitos
y fortuitos encuentros ante el rostro que les devuelve el espejo del baño, ese
rostro que les acusa como una patada en el ombligo de su miseria. Pero ellos han
aprendido a no contemplarse en ningún espejo, y pueden justificarlo alegando
que no hay tiempo para las petulancias del ego. Son unos relamidos sinvergüenzas.
Esa “Filosofía del Resentimiento” no es más que un burdo
falsete, un ejercicio neo-positivista del confort ataviado con ornatos de
temple igualitario. Y no hay cultor de tal escuela (aunque es una escuela que
no se ha incluido de manera correcta en la carga académica de las universidades)
que no sea, en realidad, otra cosa que un vivián, un holgazán o un embaucador cuyo
verdadero catecismo se levanta de un sucinto manual de slogans y consignas de ocasión.
Jamás se les ha cruzado por la cabeza que el trabajo creativo es el único resorte
que logra mover almas y montañas.
Cuando decimos que es por el camino del arte que el hombre puede
realmente transformar, para bien, su humana realidad, es porque el hacer y el quehacer
estéticos forman parte esencial de toda vida, son componentes vitales de la
intimidad que se asoma a contemporizar con el entorno, con ese enigma que
encarna en madre natura.
He de volver sobre mis pasos, pues me ataca la sensación de
que no he seguido insistiendo, como debiera -al menos, para mi propio sendero y
beneficio-, sobre la importancia que
cobra, al día de hoy y en este preciso instante, nuestro abocamiento a una educación
por y para lo bello. Porque hemos lanzado al “almacén de inservibles” todo
trabajo, actividad u obra que nazca del culto del espíritu, de la sensibilidad,
de nuestra facultad de conmovernos, de esa soberanía interior a la que se le eriza
la piel con los cantos del viento en las florestas, es que hemos perdido la
ruta. Es un trabajo y tiene mil veces mayor carga de valor para nuestra
subsistencia que cualquiera otra actividad servil.
Lo que acentúa Read del pensamiento de Fiedler es, por una parte,
la visión del arte como una necesidad, en el sentido de un espíritu necesitado
de expresión, en contraste con la burguesa noción del arte como un pasatiempo,
y –a no dudarlo– la existencia de una imaginación espiritual. Ello me llevaría
luego a enlazar estos planteamientos con aquella idea de una poesía y un arte necesarios
que Rainer Maria Rilke le esboza a Frank Kappus en las denominadas “Cartas a un
joven poeta”. Se escribe por necesidad, le dice Rilke a Kappus. Si luce como
una perogrullada, es una perogrullada olvidada: nuestro fuero interior necesita
de algo más que pan y vestido. Borges lo expresa como una misión del vivir: “Revelar
belleza”, expresó. A lo que luego agregaría: “Y sólo se puede revelar belleza
que uno ha sentido”.
Volvamos con Read:
“…Lejos de ser un juego, un gasto de energía sobrante, como
pretendieron antiguos teóricos, el arte en el albor de la cultura humana fue la
clave de la supervivencia, fue un aguzamiento de las facultades esenciales para
la lucha por la existencia…” (*)
Tal parece que muchos de los “modernos teóricos” piensan de
manera similar a esos "antiguos" que nos refiere Read en ese libro
que hoy debemos rescatar. Yo estoy cada día más convencido de que el ser humano
no saldrá jamás del atolladero que él mismo se ha creado, si no es cabalgando
sobre una educación por y para el arte. Y que todo aquello que se asemeje
a una filosofía del resentimiento no es más que un cascarón vacío.
Salud! lacl, 11 de Febrero, 2019.
(*) Herbert Read, Imagen e idea, FCE, de la edición de
1975.
Konrad Fiedler
To Hell with Culture (2014) - a film about Herbert Read, art and anarchism / Britten: War Requiem / John McLaughlin - Stella by Starlight & My Favorite Things - Live at Berklee Valencia Campus
*** El boceto anterior es una secuela o respuesta a este otro fragmento del manuscrito:
He pasado muchos
días conmovido
(y triste, por qué
no decirlo),
al ver cómo
se extingue
la llama
de mi hermano,
pero confortado
en la certeza
de haber podido
constatar
que estamos hechos
de algo más
que piel
y huesos.
Que el espíritu
se sobrepone
a la carne.
Y que el soplo
que nos anima
es potencia
silente, tan sólo
porque somos
sordos
de corazón
a lo largo
de nuestra vida,
salvo en regaladas
y milagrosas
ocasiones en que
nos permitimos
prestar oídos
al cosmos.
Rómulo
ha vuelto
al origen…
***
Días de bruma
Apuntes y fragmentos de vida, amor y muerte
de un amanuense griego al servicio del Imperio
Simónides Románico -
Roma - Circa 248 DC
Hermes Alejandrino, Custodio
luis alejandro contreras, bid&co. editor.
Colección Poetas del Hispanomundo. Caracas, 2013 * * * * * * *
Epitafio de Seikilos - Música de la Antigua
Grecia
Agregamos
la nota colocada en la publicación original de este registro en la red youtube:
El Epitafio de Sícilo (en griego ἘπιτάφιοςτοῦΣεικίλου)
es la más antigua melodía
escrita que se conoce. Es parte de una inscripción griega escrita en una
columna de mármol puesta sobre la tumba que había hecho construir un tal Sícilo
para su esposa Euterpe, cerca de Trales (en Asia Menor), actual ciudad de
Aydın, a unos 30 km de la ciudad costera de Éfeso (en Turquía), y datada en el
siglo I aproximadamente.
Fue descubierto en 1883 por Sir W. M. Ramsay en Turquía y conservado en un
museo de Esmirna hasta que se perdió durante el Holocausto de Asia Menor
(1919-1922), en el que la ciudad de Esmirna fue devastada. Posteriormente se
rencontró, desgastada en su base y con la última línea del texto borrada, en
poder de una mujer del pueblo que la usaba para apoyar una maceta. Hoy se
encuentra en el Museo Nacional de Dinamarca, en Copenhague.
La melodía, escrita en modo frigio en la adaptación escrita e hipofrigio en la
reproducción de audio y género diatónico, se desenvuelve en un ámbito de octava
justa. La canción es melancólica, clasificada como skolion o ‘canción para
beber’.
Se desconoce la velocidad (tempo) de la canción, ya que no está explicada en la
notación. Todavía se considera a este escolión de Síkilos como la composición
musical conservada completa más antigua que se conoce.
Interpretación:
Gregorio Paniagua: lira
Beatriz Amo: voz
Taller de Música y Canto de la Biblioteca Pop. Diego Pombo