Mejor es no nombrar la soga en la casa del ahorcado, pero se hace un tanto difícil cuando la horca está tan extendida... Y me refiero a numéricamente hablando, y no a la largura de una sola cuerda...
Todo el día sin servicio eléctrico, desde antes de que el sol apareciera por el Este. Para compensar, han vuelto a restaurar el servicio un poco antes de que se despidan sus últimos rayos de esta cara del punto azul. Eso sí, sin dejar de volver a adornarnos con la gracia de unos nuevos breves cortes del servicio, no hay que hacerse ilusiones. . .
Me siento un momento en la cocina, anoche había seleccionado dos libros que quiero revisar. Releer ARTE Y ANARQUÍA, un libro indispensable y casi diría que inigualable, de Edgar Wind; materia de relectura, publicado por Taurus, en Madrid, 1967. Y el otro, "Fantasia of the Unconscious", de D. H. Lawrence, libro al que nunca le he podido dedicar tiempo con el solaz que requiere casi que cualquiera de los libros de este censurado y muy apreciado autor...
Me había dado una vuelta por pequeña Babel y la carátula de tal libro me picó el ojo, así que me lo llevé bajo el brazo y al abrirlo lo primero que leí fue este párrafo:
"...Before the age of fourteen, children should be taught only to move, to act, to do. Adults simply cannot and do not know any more what the mode of childish intelligence is. Adults always interfere. They always force the adult mental mode. Therefore children must be preserved from the adult instructions..."
D. H. Lawrence,
(Education and sex in Man, Woman and Child. Capítulo 8 del libro en cuestión. Penguin Books, 1977.)
El libro de Edgar Wind es, como dije más arriba, una joya. En las seis conferencias que allí se reúnen, luego reescritas y anotadas para ser publicadas en un tomo, se prefiguraba un futuro maravilloso como el presente, y que nos ha donado la estupidez de una inteligencia que es artificial hasta el abuso. Me eximo, por el momento, de citar cualquier fragmento de ese libro, sus pasajes son todos tan iluminadores que no se siente uno animado a cercenarlos del contexto. Intentaré transcribir algún trozo de ese libro que ilustre aquello que refiero.
Y espero poder incorporarlo pronto a esta publicación.
Salud...
lacl
Anthony Burgess: David Herbert Lawrence
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