¿La bella y la bestia? Bueno, casi que podríamos parangonarlo así, si tomamos en cuenta el motivo que suscitan dos contenidos tan contrastantes como los que acá se ofrendan. Los horrendos sucesos causados por la Guerra civil Española, con sus juicios sumarios, sus fusilamientos, su implacable cinismo y el arte de un bello poema escrito a una mítica silueta femenina que ha pasado a formar parte de la memoria colectiva.
Sí Don Miguel también escribió poesía; dejemos acá una bella y acrisolada muestra dedicada a la dulce y cándida Ofelia...
Y, más abajo, el último testimonio de Don Miguel.
Salud, lacl
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OFELIA DE DINAMARCA
Rosa de nube de carne
Ofelia de Dinamarca,
tu mirada, sueñe o duerma,
es de Esfinge la mirada.
En el azul del abismo
de tus niñas - todo o nada,
“ser o no ser”-, ¿es espuma
o poso de vida tu alma?
No te vayas monja, espérame
cantando viejas baladas,
suéñame mientras te sueño,
brízame la hora que falta.
Y si los sueños se esfuman
- “el resto es silencio” -, almohada
hazme de tus muslos, virgen.
Miguel de Unamuno
No se lee acá un poema, se deja el testimonio de un gran pensador; no podemos evitar incorporarlo, dadas las amorosas relaciones entre poesía, filosofía, humanismo y autos de fe...
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