Hoy celebramos a un gran poeta, Guillaume Apollinaire, con una joya: la lectura, en su voz, de uno de sus celebrados poemas, El puente de Mirabeau.
Luego agregaremos algunas de sus traducciones a nuestra lengua, la de Bartra en primer lugar, luego de que la transcriba... Y, si cabe, parte de su ensayo sobre el poeta en la colecta de poemas que publicara la EDITORIAL JOAQUIN MORTIZ, en Junio de 1967.
Salud, Guillaume!
lacl, 27/08/2016
Post Scriptum, 28/08/2016.-
Tal
como prometiéramos, agregamos la traducción de El puente de Mirabeau que
Agustí Bartra realizara para el sello editor JOAQUIN MORTIZ. Y el recuerdo me ha
llevado a agregar otro poema, uno de los primeros que de Apollinaire escuchara,
incluso antes de leerlo, en virtud de aquellas innumerables lecturas que, por
el puro placer de la palabra, realizáramos mi hermano y compadre, Douglas Parra
y este servidor, en la azotea de su casa. Amante desde infante del sonido de
cada una de ellas, incluso cuando algunas parecieran grotescas, tuve la fortuna
de contar con la amistad y familiaridad de la familia Parra y de Douglas en
particular, quien con su incansable entusiasmo (que al día de hoy sigue siendo
el mismo) fue el que verdaderamente me abrió las puertas de la poesía.
Por
supuesto, no dejaré de honrar la amada memoria de su padre, el poeta José Parra,
con quien me cupo la dicha de mantener grandes y dilatadas conversas (que, más
que conversas, fueron afectuosas y provechosas sesiones de escucha de mi parte).
Cuando Douglas no estaba, era la no menos querida Oleira, su hermana, quien
tocaba a la puerta de nuestra casa pues, el poeta, enterado de mi gusto y dedicación
al estudio de la letras, siempre me hacía llamar con ella extendiendo una sencilla
pregunta: mi papá me manda a preguntarte si pudieras ir un rato para la casa a
conversar. No puedo relatar fidedignamente la mezcolanza de encanto y duda que
me generó el primer convite, pues ¿que podría conversar un imberbe como yo con
un hombre tan venerable? Pero fueron tardes morosas e inolvidables de salpimentadas
conversas (el poeta José Parra fue un extraordinario conversador) en las que cábala,
alquimia y poética llevaban la voz cantante, pero además en las que me enteré
de mil y una cosas no sabidas.
Pero
volviendo al asunto del poema que agregamos, se trata de Caballos de Frisia.
Douglas siempre lo leía tal como lee la poesía, como un río de caballos sueltos
que con ellos nos llevan hasta un impensado horizonte. Recuerdo como si fuera
ayer aquella tarde sobre la que, luego de leer el poema, nos fuimos a
contemplar la forma de esas islas de Frisia sobre un mapamundi: eran perfectos
y desbocados caballos. Y en tributo a la memoria, a la poesía, a la amistad y,
sobre todo, a la magia de un hombre que con la palabra logró convocar esas humanas
cualidades, como lo fue el no siempre bienaventurado Apollinaire, aquí dejamos
esos Caballos
de Frisia.
lacl
Nota: acto seguido a la lectura de
Apollinaire agregamos la balada del poema, en la voz de Léo
Ferré.
. . . . .
Le Pont Mirabeau- Guillaume
Apollinaire
Sous le pont Mirabeau coule la Seine
Et nos amours
Faut-il qu'il m'en souvienne
La joie venait toujours après la peine
Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure
Les mains dans les mains restons face à face
Tandis que sous
Le pont de nos bras passe
Des éternels regards l'onde si lasse
Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure
L'amour s'en va comme cette eau courante
L'amour s'en va
Comme la vie est lente
Et comme l'Espérance est violente
Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure
Passent les jours et passent les semaines
Ni temps passé
Ni les amours reviennent
Sous le pont Mirabeau coule la Seine
Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure
Et nos amours
Faut-il qu'il m'en souvienne
La joie venait toujours après la peine
Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure
Les mains dans les mains restons face à face
Tandis que sous
Le pont de nos bras passe
Des éternels regards l'onde si lasse
Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure
L'amour s'en va comme cette eau courante
L'amour s'en va
Comme la vie est lente
Et comme l'Espérance est violente
Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure
Passent les jours et passent les semaines
Ni temps passé
Ni les amours reviennent
Sous le pont Mirabeau coule la Seine
Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure
EL
PUENTE DE MIRABEAU
Bajo
el puente de Mirabeau discurre el Sena
Y nuestro amor
Es
preciso que lo recuerde
La
alegría llegaba siempre tras la pena
Llega la noche la hora suena
Los días pasan yo me quedo
Enlazadas
las manos estamos cara a cara
Y mientras tanto
Bajo el puente de nuestros brazos
Pasa
la onda mansa de inmortales miradas
Llega la noche la hora suena
Los días pasan yo me quedo
Amor
se va como esta agua corriente
Amor se va
La vida fluye lenta
Y
nuestras esperanzas son violentas
Llega la noche la hora suena
Los días pasan yo me quedo
Pasan
los días pasan las semanas
Y ni el pasado
Ni los amores vuelven
Bajo
el puente de Mirabeau discurre el Sena
Llega la noche la hora suena
Los días pasan yo me quedo
CABALLOS
DE FRISIA
Durante
el blanco y nocturno noviembre
Cuando
los árboles destrozados por la artillería
Envejecían
aún bajo la nieve
Y
apenas asemejaban caballos de Frisia
Rodeados
de olas de alambradas
Mi
corazón renacía como un árbol en primavera
Un
árbol frutal en el que se abren
Las flores del amor
Durante
el blanco y nocturno noviembre
Mientras
los obuses cantaban espantosamente
Y
las muertas flores de la tierra exhalaban
Sus mortales aromas
Yo
narraba cada día mi amor a a Madeleine
La
nieve pone blancas flores sobre los árboles
Y adorna de armiño los caballos de
Frisia
Que se ven en todas partes
Abandonas y siniestros
Caballos mudos
No
caballos de la Alhambra sino alambrados
Y yo los convierto de pronto
En una manada de caballos-urraca
Que
corren hacia ti como las blancas olas
del
Mediterráneo
y te traen mi amor
Rosalirio
oh panetera oh palomas estrella azul
Oh Madeleine
Te
amo con delicias
Si
sueño en tus ojos sueño en frescos hontanares
Si
pienso en tu boca se me aparecen las rosas
Si
sueño en tus senos el Paracleto desciende
Oh doble paloma de tu pecho
Y
viene a desatar mi lengua de poeta para siempre
Para repetirte
Te amo
Tu
rostro es un ramo de flores
Hoy no te veo pantera
Sino Todaflor
Y
te huelo oh Todaflor
Todos
los lirios suben a ti como cánticos de amor y de alegría
Y
esos cantos que vuelan hacia ti
Me llevan a tu lado
En tu hermoso Oriente donde los lirios
Se
truecan en palmeras que con tus bellas manos
Me
hacen señas de que vaya
El
cohete se abre flor nocturna
Llegadas las sombras
Y
cae como una lluvia de lágrimas amorosas
Lagrimas
felices que la alegría hace derramar
Y te amo como tú me amas
Madeleine
1 comentario:
Gracias por este homenaje a Apollinaire, amis de paintres y poeta de gran calado. Le pont Mirabeau de su voz, nos hace participar del encanto del discurrir del Sena, logra que uno se quede escuchándo y recreando, varias veces, el poema visual en la voz de Leo Ferré.
Matilde Daviu
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