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lunes, 25 de julio de 2016

Posesión del ayer, Jorge Luis Borges, Los conjurados. / Jorge Luis Borges: Siete Noches - ¿Qué es la poesía? (Conferencia)






En noches pasadas, a eso de las 3 de la mañana, hice lo que tantas veces he hecho en mi vida, tomé unos cuatro o cinco libros de los que se apilan al lado de mi mesa de noche y me fui a sentar dispuesto a la entrega a los juegos de saltos y sobresaltos que dan mis ojos, a esas horas, entre las páginas de los libros. A esas horas suelo releer lo leído y leer a capricho, al gusto de lo que al azar se abra ante mi vista. Mas lo primero y único que se desplegaría ante mí, esa madrugada, sería esta lacónica prosa cantada en tono de auto confesión, Posesión del ayer. “Me estaba reservada”, fue lo primero que me dije pues, si bien es cierto que nunca se puede estar “de acuerdo” con un poema (uno no lee un poema para estar de acuerdo), la palabra tiene el poder de convocar la anagnórisis, esto es, ese estado o experiencia de reconocimiento que trae ribetes de gracia. Comulgo con esa poética manifestación de la pérdida, comulgo en el recuerdo del padre, cuya cálida presencia no me abandona, intuyo que no hay otros paraísos que los paraísos perdidos y comulgo con ese redondo rezo: Todo poema, con el tiempo, es una elegía.

lacl.

Posesión del ayer, Jorge Luis Borges, Los conjurados.

Sé que he perdido tantas cosas que no podría contarlas y que esas perdiciones, ahora, son lo que es mío. Sé que he perdido el amarillo y el negro y pienso en esos imposibles colores como no piensan los que ven. Mi padre ha muerto y está siempre a mi lado. Cuando quiero escandir versos de Swinburne lo hago, me dicen, con su voz. Sólo el que ha muerto es nuestro, sólo es nuestro lo que perdimos. Ilión fue pero Ilión perdura en el hexámetro que la plañe. Israel fue cuando era una antigua nostalgia. Todo poema, con el tiempo, es una elegía. Nuestras son las mujeres que nos dejaron, ya no sujetos a la víspera, que es zozobra, y a las alarmas y terrores de la esperanza. No hay otros paraísos que los paraísos perdidos.

Jorge Luis Borges, Los conjurados.






GUARIDA DE LOS POETAS 

Jorge Luis Borges: Siete Noches - ¿Qué es la poesía? (Conferencia)


https://www.youtube.com/watch?v=xN7FkLlHAsM

viernes, 22 de julio de 2016

Gen 68, las minorías gobernantes y un libro de Aldous Huxley / Galería de Orfeo: John Lennon So this is Christmas




A Carlos Morales del Coso


En manos de las minorías gobernantes, la modernidad se ha convertido en un armatoste de moler la juventud. Siempre pienso en esos años, en lo que a lo ancho y largo del mundo proponían los jóvenes.  Y no me cabe la menor duda de que, en su candor, los jóvenes no avizoraron el inmenso peligro que representaba una minoría gobernante de senectud adocenada, pero muy diligente en su misión de quebrarles las piernas a esos muchachos que amenazaban con echar todo su podrido mundo al piso. 


Los sucesos de 1968 en diversos rincones del orbe, las experiencias como el "Mayo francés", la fiesta de Woodstock, la aplastada juventud de Checoslovaquia, la masacre de Tlatelolco, la revolución musical, la propuesta de un mundo del que se desarraigaran la guerra y los prejuicios, todo ello fue llevado al traste por hombrecillos de oficina, con espejuelos en rostros de ratón, pero muy bien enfocados en su misión de acallar y destruir la candorosa posibilidad de un mundo sin tabúes.


Claro que todo esto fue posible con la anuencia de la pureza y candidez juvenil. No había maldad en esos corazones. Y con la pura y simple evocación de lemas como "Paz y amor" era imposible derrotar a las contrahechas y malhadadas huestes de toda política oficial. Y, en buena parte, los 60 y 70 terminarían por asemejarse a los locos años 20, en su culto al escapismo. No creemos necesario recontar las víctimas fatales que quedaron en el camino persiguiendo la alucinación.


Algunos pensaron que la vía sólo podía ser política. Pero la política ya era un títere en manos de esas minorías que todo lo vigilan, tutelan y apadrinan. Pues su primerísima misión era y sigue siendo la de mantener firme el statu quo de un putrefacto mundo humano, en el que ni la contemplación del cosmos ni el deleite de la flor tienen cabida.


Las minorías gobernantes no descansan, siempre andan trabajando en su labor de destrucción. Son unos mirmidones. Trabajo, dinero y poder conforman su santísima trinidad. Una tríada sin ninguna cualidad para el entusiasmo, el endiosamiento. Sin logos ni espíritu. La condición para adorar a su santísima trinidad es la de aceptar su ceguera. Se trabaja para trabajar, se obtiene dinero para tener dinero, se persigue el poder para tener más poder.


La juventud, alguna juventud del mañana, si es que el mundo humano pretende salvaguardarse a sí mismo, deberá abstenerse de beber en las copas de la ceguera.



Nota: He hecho mía esa expresión de Aldous Huxley de las “minorías gobernantes”, y la he acogido como una frase que devela, sencilla pero directamente, uno de los grandes padecimientos de la humanidad. Otro maravilloso giro de expresión suyo, para etiquetar las artimañas de los clanes  empeñados en avasallar al mundo humano es aquella de las “finanzas centralizadas”. Ambas expresiones son esgrimidas en un libro de cabecera que hoy debiera ser reeditado y regalado a la juventud que despunta: “Ciencia. Libertad y paz”. Un libro maravilloso sobre las posibilidades prácticas del hombre de a pie para combatir las tretas que, en su perjuicio, arma el poder detentado por las minorías. 
















Galería de Orfeo:
John Lennon So this is Christmas
Nota: este blog no tiene ningún interés comercial al divulgar música. Su único fin es promover la música,  así como la cultura en general.