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jueves, 4 de noviembre de 2010

La fuerza de la verdad. Santiago L. García.


La fuerza de la verdad.
Santiago L. García.
Aunque tarde la publico, es una exigencia que me hago. La fuerza de la verdad es una glosa tomada del diario Tal Cual, en ocasión del fallecimiento de Franklin Brito. Comulgo con ella en todos sus puntos.


lacl


LA FUERZA DE LA VERDAD
Santiago L. García


Si Gandhi hubiese nacido en la Venezuela actual, hubiese fracasado. En la primera huelga de hambre hubiese muerto. Como se sabe, la eficacia del satyagraha (la “fuerza de la verdad”) estribaba fundamentalmente en que ocurrió dentro de un marco jurídico y judicial inglés que apelaba a los ideales de la ilustración kantiana. Por eso, no hubiese funcionado en el contexto y bajo el ideal de justicia del sistema nazi, como él mismo lo supo. Ni dentro del parapeto completamente insincero y cínico del sistema judicial venezolano actual, frente al cual toda huelga o paro puede llevar a la aniquilación de sus protagonistas pero sin ceder ni un ápice el control del poder.

El satyagraha de Gandhi implicaba desobedecer leyes injustas a cualquier riesgo, pero sin dar lugar al resentimiento o al odio personal. La fuerza de la verdad implicaba oponerse a otra fuerza pero considerando siempre un respeto humano por los hombres que defienden lo contrario quizás convencidos de que tienen razón.

De allí que toda violencia es mala. No puede haber una violencia mala y otra buena porque siempre toda violencia denigra o degrada la condición humana de quien la recibe (y de quien la inflige). Simone Weil decía que “el frío del acero es igualmente mortal tanto en la empuñadura como en la punta”. Hay en toda violencia una parte irreductible de injusticia con respecto a quien la soporta y esta injusticia es en sí misma injustificable. Hay un contenido inhumano en todo acto de violencia que pervierte mi relación con el otro.

Fue Gandhi quien nos proporcionó el término de no-violencia. El mismo tradujo la palabra en Sánscrito ahimsa por la palabra en Inglés “non-violence”. Según nos explica Jean-Marie Muller, el término está compuesto por el prefijo negativo a y del sustantivo himsa que significa el deseo de violencia que existe en cualquier ser humano. Para Muller, es urgente tomar conciencia de este deseo de violencia que radica en nosotros y que contradice, a veces inconscientemente, nuestra vocación hacia la humanidad. Nos toca, entonces, reconocerlo, amaestrarlo, autorregularlo, no rechazarlo. Será necesario transformarlo, transmutarlo, convertirlo para que su propia energía deje de ser destructiva y se vuelva constructiva. Agrega que la estructura de la lucha no-violenta es tripolar. Se crea lo que llama una “triangulación” del conflicto. El tercer polo del conflicto es la opinión pública. Hay, por lo tanto, tres actores: los resistentes, los que toman las decisiones y la opinión pública. Pero en los primeros debe haber mucha serenidad, dignidad y coraje, como lo hubo en todos los indios que acompañaron a Gandhi.

Franklin Brito, a su modo, pareció comprender esto. Murió sin rencores, sereno y dignamente.




sábado, 30 de octubre de 2010


Yugurta (a Escipión)

No dudo yo, señor, sino que importa
regir con duro freno la malicia
y que se dé al soldado rienda corta
cuando se precipita en la injusticia.
La fuerza del ejército se acorta
cuando va sin arrimo la justicia,
aunque más le acompañen a montones
mil pintadas banderas y escuadrones.

La destrucción de Numancia, Miguel de Cervantes 



https://www.youtube.com/watch?v=FVQso4LQFko

viernes, 8 de octubre de 2010

Fragmentarias, un ramillete.

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Fragmentarias.

Hace mucho, mucho tiempo que no cuelgo en esta página un ramillete de Fragmentarias. Así que hago una pequeña colecta entre mis notas y frases subrayadas para legarlas aquí. Y en un gesto de descarado nepotismo con mi alter ego, me tomo la atribución de agregar algunas líneas de mi propia mano, al final de la cosecha.

Salud!

lacl



Patriotism is your conviction that this country is superior to all others because you were born in it.
(Patriotismo es tu convicción de que este país es superior a todos los otros porque tú has nacido en él.)

-George Bernard Shaw

* * * * *

Lo importante no es lo que de nosotros hicieron, sino lo que nosotros hicimos con lo que de nosotros hicieron.

Miguel de Cervantes

* * * * *

La historia oficial se escribe con las plumas de ganso que se cobijan bajo la tutela del poder.

-Wolfgang de Bayreuth
(Notas y aforismos de Wolfang de Bayreuth)

* * * * *

Vivimos en la sociedad del miedo. Si se moteja de oscurantismo al Medioevo, ¿de qué motejaremos a este tercer milenio, que no hace otra cosa que imponer tinieblas en los individuos? Las minorías gobernantes pactan para arrinconar al resto de la humanidad. El hombre nunca ha conocido lo que es el poder de la democracia (circunscribiendo el término rigurosamente al poder del pueblo por el pueblo y en atención a lo que decida el sentido común de la mayoría del colectivo), porque probablemente eso sea una entelequia. Lo que existe es el poder de la vida, que se expresa en individuos que han de vivir colectivamente. A las minorías gobernantes poco les importa el atrincherarse en esquinas antagónicas, pues eso sólo es una apariencia, una leyenda grabada a golpes de martillo en nuestra psique: unas y otras se convienen, se necesitan, se apuntalan para mantener incólume el statu quo del miedo. Es parte de su “método”. El que a estas alturas todavía prevalezca el modus operandi (que no el vivendi) de unas minorías gobernantes imponiendo la égida de su cetro sobre la humanidad, sólo puede indicar que la sociedad humana no ha avanzado mucho más que las sociedades de las hormigas o de las abejas. Aunque un signo esperanzador es el creciente desinterés que muestran cada vez más los seres humanos por la entelequia del poder.

-Wolfgang de Bayreuth
(Notas y aforismos de Wolfang de Bayreuth)

* * * * *

“…Almas, no ciudades…”

Catalina de Siena

* * * * *

Dar a cada uno lo suyo: eso sería querer la justicia y alcanzar el caos.

Nietzsche, Notas de Tautenburg, parte tercera, Verano-Otoño, 1882…

* * * * *

Los perros le ladran porque iba vestido de Excepción.

Vicente Huidobro.

* * * * *

Lo que habría que combatir no es el poder de los imperios, sino el imperio del poder.

Ludovico de Aquitania
(Sentenciario)

* * * * *

“…No country can suppress truth and live well…”

(“…Ningún país puede suprimir la verdad y vivir bien…”)

Ezra Pound

* * * * *

Cuando cinco personas hablan juntas, siempre hay una sexta que debe morir.

Nietzsche, Notas de Tautenburg, parte tercera, Verano-Otoño, 1882…

* * * * *

Sólo creería en un dios que supiera bailar.

Nietzsche, Notas de Tautenburg, parte tercera, Verano-Otoño, 1882…

* * * * *

Cómo han cambiado los tiempos…

Tomasso Campanella escribió: “…Los sacerdotes contemplan aquello que se ha de hacer. Los gobernantes mandan las cosas que aquellos contemplan. Los soldados y los artesanos ejecutan las cosas mandadas y contempladas…”
Campanella
(Aforismos políticos)

Por inversión de valores, Ludovico de Aquitania dice que “…hoy los soldados imponen la quimera que los desposeídos desean fervientemente creer que aquellos contemplan. Los gobernantes hacen lo que los soldados mandan. Los sacerdotes imprecan a los cielos, pues ya no logran contemplar. Artesanos, sacerdotes y gobernantes son un remedo de especies extinguidas…”

Ludovico de Aquitania
(Sentenciario)

* * * * *

La substitución del matriarcado por el patriarcado condujo a la substitución del patriarcado por la democracia, de la democracia por la plutocracia y de la plutocracia por la mecanarquía disfrazada de tecnología.

Robert Graves,
¿Qué es lo que no ha ido bien? (En: Los dos nacimientos de Dionisio, Seix Barral)

* * * * *

La verdadera poesía hace que ocurran cosas.

Robert Graves,
¿Qué es lo que no ha ido bien? (En: Los dos nacimientos de Dionisio, Seix Barral)

* * * * *

Los hombres están perdidos sin el amor mágico de la mujer y ambos sexos pierden poder a menos que puedan tomar refugio en las artes manuales y el compañerismo constante.

Robert Graves,
¿Qué es lo que no ha ido bien? (En: Los dos nacimientos de Dionisio, Seix Barral)

* * * * * * * * * * * * * * *

De mi propia mano…

* * * * *

Leyendo a Campanella han venido a visitarme el olor y la memoria de aquel querido tomito de “A buen fin no hay mal principio” de Shakespeare, del que disponía una escueta biblioteca de la Escuela de Letras de la UCV.

La deliciosa lectura de esa obra estuvo por siempre acompañada de un olor que remembraba el chocolate, dulzor alojado en el papel amarillento.

Lo llevo en la respiración.

(Bitácora acuariana, inédito)

* * * * *

El mundo está
plagado de ortodoxos
de la heterodoxia.

(Bitácora acuariana, inédito)

* * * * *

Aunque creo que
quienes todo lo gobiernan
son unos cuantos heterodoxos
de la ortodoxia.

(Bitácora acuariana, inédito)

* * * * *

No tengo nada y, sin embargo, algo llevo a todas partes.
No tengo a nadie y, sin embargo, alguien me protege.

Contracorrientes (Sentencias en incertidumbre), bid&co editor, Caracas 2006.

* * * * *

¿ Cuánto mide un kilo ?
¿ Cuánto pesa un metro ?

Los fanáticos caracterizan sus angustias
y a eso luego llaman arte, amor, filosofía...

¿ Y qué es un metro sino cien pedacitos de nada ?

Contracorrientes (Sentencias en incertidumbre), bid&co editor, Caracas 2006.

* * * * *

Que el enamorarse es crear una religión cuyo dios es falible
es una frase irrefutable de Borges y, a la vez, sorprendente pues,
a pesar de la incontenible avanzada de inhumanismo presente,
confiere al ser humano el privilegio de exhibir un don para la creación
y, más aún, para la devoción.
Desgraciadamente, demasiado pronto nos advierte sobre la futilidad
de crear devociones a nuestra imagen y semejanza.

Contracorrientes (Sentencias en incertidumbre), bid&co editor, Caracas 2006.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Anna Ajmátova - Réquiem / Réquiem - Lectura, en su propia voz







Anna Ajmátova - Réquiem

Sin mayores preámbulos, acá dejo mi versión de este conmovedor poema. Al final de esta interpretación del Réquiem de Anna Ajmátova, dejo una apostilla para quien tenga curiosidad por saber cómo y por qué fue que vine a meterme en una camisa de once varas…
Desafortunadamente, las reproducciones que he agregado a la derecha del poema interfieren y modifican la disposición del texto, pero opto por dejarlas como documentos de apoyo. Para ver detalladamente estas reproducciones, haga click sobre ellas... Y al final, vuelvo a incluir la lectura del Réquiem por parte de Ajmátova .

Este intento de interpretación del Réquiem va dedicado a Mery Sananes.

Salud!
lacl


P. S. quiero agregar una nota escrita recientemente:

Anna Ajmátova, vida y poesía – (Rusia, 1889-1966)

La vida y la poesía de Anna Ajmátova representan un caso singular de la modernidad. Ella es ejemplo aislado de quien logra subsistir en medio del torbellino de la historia que, en el caso de su pueblo, se vio signada por la coerción y la persecución del individuo. Fue testigo de la quiebra del intimidante imperio zarista y del advenimiento del gobierno de los soviets, el que nacido para fundar un mundo de esperanzas, se vio convertido en una asfixiante maquinaria que asentaría sus bases en el amordazamiento de la sociedad. Pareciera que un ángel hubiera posado sus alas sobre la poeta, pues es asombroso que no hubiera padecido el mismo destino de escritores como Osip Mandelshtam, Nikolái Gumiliov (su primer marido), Isaak Bábel, “desaparecidos” en medio del fragor del acoso, o el de su propio hijo, varias veces arrestado por la policía política. Como presagia el título, Réquiem es un rezo de difuntos por su pueblo, una mortaja tejida con las pobres palabras que Anna escuchó.


(Octubre, 05 de 2010)


Réquiem

No, no estaba bajo un ajeno firmamento,
ni bajo el amparo de unas ajenas alas,
estaba entonces con mi pueblo,
allí donde mi pueblo, por desgracia, estaba.

[1961]


EN LUGAR DE UN PRÓLOGO

En los terribles años de Yezhov (1) hice fila durante diecisiete meses delante de las cárceles de Leningrado. Una vez alguien me "reconoció". Entonces una mujer que estaba detrás de mí, con el frío azul en sus labios y que, evidentemente, nunca había oído mi nombre, despertó del desasosiego habitual en todas nosotras y me preguntó al oído (allí todas hablábamos entre susurros):
-¿Y usted puede describir esto?
Y yo dije:
-Puedo.
Entonces algo similar a una sonrisa se asomó en lo que una vez había sido su rostro.



[1ro de Abril, 1957. Leningrado]












DEDICATORIA
Las montañas se postran ante tanta desgracia
y el impetuoso río ya no fluye.
Pero fuertes son los cerrojos de la prisión,
y tras ellos sólo están las mazmorras de los presos (2)
y una mortal nostalgia.
Para quién sopla la brisa ligera,
para quién es una caricia el ocaso –
Nosotras no sabemos, somos las mismas por doquier,
sólo oímos el odioso repique de las llaves
y el pesado paso del soldado.
Nos levantábamos como para la misa del alba
y caminábamos por la ciudad salvaje,
y allí nos encontrábamos, unas y otras, sin aliento,
con el sol cayendo y el Neva más nublado,
mas la esperanza siempre cantando a lo lejos.
La sentencia… y las lágrimas brotan súbitamente,
ella se aparta de todas,
como si de su corazón le arrancaran dolorosamente la vida,
como si brutalmente la abatieran por la espalda,
pero anda… se tambalea… desolada…
¿Dónde están ahora aquellas amigas impensadas
de mis dos años furiosos?
¿Qué auscultarán en la tormenta de nieve siberiana,
qué imaginarán en el círculo lunar?
A ellas envío mi saludo y mi despedida.




[Marzo, 1940]










INTRODUCCIÓN

Esto pasó cuando apenas sonreía
el difunto, sosegado en su paz,
y como un inútil emblema colgaba
con sus cárceles Leningrado.

Y cuando locos del tormento
caminaban en cuadrillas los condenados,
y los silbidos de las locomotoras
cantaban lacónicas canciones de despida.

Las estrellas de la muerte se alzaban,
y la inocente Rusia se retorcía de dolores
bajo las botas salpicadas de sangre
y las ruedas de negras furgonetas.















1

Al alba te llevaron,
fui tras de ti como en un entierro,
en la cámara oscura lloraban los niños,
y ante el santuario la vela se derretía.

En tus labios el frío del icono.
Sudor de muerte en la frente… ¡no lo olvido!
Como las mujeres de Streltsy (3)
aullaré bajo las torres del Kremlin.


[Noviembre, 1935, Moscú]












2

El Don apacible (4), fluye apacible,
la luna amarilla entra en la casa.

Entra, con gorra ladeada,
la luna amarilla ve una sombra.

Esta mujer está enferma,
esta mujer está sola.

El marido en la tumba, el hijo en la cárcel,
ruega por mí.


[1938]






3

No, no soy yo, es otra la que sufre.
Yo no podría soportarlo. Que un
velo negro cubra lo ocurrido
y que se lleven las farolas…
Noche.


[1939]













4

Si te hubieran dicho a ti, la jovial,
la adorada de todos sus amigos,
la alegre pecadora de Zárskoe Seló, (5)
lo que pasaría con tu vida!
Que con el número trescientos y un presente,
harías la fila ante Las Cruces (6)
y cómo con tus ardientes lágrimas
fundirías el hielo de año nuevo..
El álamo de la prisión se balancea
y nada se oye! Pero cuántas
vidas inocentes allí acaban…


[1938]


5

Diecisiete meses de clamar,
a la casa te convoco,
a los pies del verdugo me he arrojado,
mi hijo y mi horror.
Todo se ha dañado para siempre
y ahora no puedo discernir
quién es la bestia y quién el hombre,
ni cuanto he de esperar para la ejecución.
Y sólo las bellas flores,
el incienso, las campanas
y las huellas en algún lugar de la nada.
Y una enorme estrella me mira
firmemente a los ojos y con una muerte
inminente me amenaza.


[1939]











6

Las semanas van de vuelo,
lo ocurrido no lo comprendo.
Cómo, hijo mío, te buscaban
las noches blancas en la cárcel.
Y cómo ellas de nuevo te contemplan
con su ardiente ojo de halcón,
y de tu alta cruz
y de la muerte hablan.


[Primavera – 1939]











7. EL VEREDICTO

Y cayó como una piedra la palabra
sobre mi pecho vivo todavía.
No importa, de hecho estaba avisada,
de algún modo, le haría frente.
Muchas cosas he de hacer hoy todavía:
he de matar la memoria,
convertir el alma en piedra,
y debo aprender a vivir de nuevo.
O si no… El caluroso susurro del verano,
celebra su fiesta frente a mi ventana.
Durante mucho tiempo tuve el presentimiento
de este día radiante, y la casa vacía.


[22 de junio, 1939 – Casa Fontanka ] (7)












8 A LA MUERTE

¿Si has de venir, por qué no ahora?
Aguardo por ti – difícil tarea.
He apagado la luz y te abrí la puerta,
a ti, prenda sencilla y maravillosa.
Toma el aspecto que quieras,
penetra como un proyectil envenenado,
o allégate sutilmente, como un experto ladrón,
o con el vaho venenoso del tifus.
O con un cuento de hadas inventado por ti
y tan nauseabundamente familiar –
para que yo vea el ápice de la gorra azul (8)
y al portero, pálido de miedo.
A mí me da lo mismo ya. Se eleva el vapor
del río Yeniséi. Radia la estrella polar.
Y un último horror cubre
el brillo azul de los ojos amados.


[19 de agosto, 1939 - Casa Fontanka]













9

Ya la locura ha cubierto,
con sus alas, la mitad de mi alma,
le da de beber vino de fuego,
y la atrae hacia el negro valle.

He comprendido que a ella
he de ceder la victoria,
dando oídos a mi delirio
como si fuera el ajeno.

Y no me permitirá
llevar nada conmigo
(por mucho que le suplique
y le importune con mi ruego):

ni los terribles ojos de mi hijo,
petrificados por el sufrimiento,
ni el día en que llegó la tormenta,
ni el adiós al concluir la hora de visita.

Ni la amada frescura de sus manos,
ni las sombras agitadas de los tilos,
ni el tenue y remoto sonido…
de la última palabra de consuelo.


[4 de mayo 1940 - Casa Fontanka]











10

CRUCIFIXIÓN

No llores por mí, Madre,
Estoy en el sepulcro. (9)

I
El coro de los ángeles la gran hora ha glorificado,
Y los cielos se han fundido en fuego.
Al padre le ha dicho: «¿Por qué me has abandonado?»
Y a la madre: «No llores por mí.»

[1940, Casa Fontanka]


II

Magdalena se retorcía y lloraba,
el discípulo amado convertido en piedra ,
y allí, donde la madre silenciosa estaba,
nadie se atrevió a dar una mirada.


[1940, Casa Fontanny]


EPÍLOGO
I

Ahora sé cómo caen las personas,
cómo, debajo de los párpados, asoma el miedo,
cómo el sufrimiento pone en las mejillas
duras páginas de escritura cuneiforme.
Cómo los rizos negros o cenicientos
se tornan plateados de repente,
la sonrisa se desvanece en labios obedientes,
y en la risa marchita tiembla el pavor.
Y no ruego por mí sola,
sino por todos los que allí estuvieron conmigo,
en el frío glacial, y en el calor de julio (10)
en los ciegos muros de color rojo.












II

De nuevo se acerca la hora de conmemorar.
Te veo, te oigo, te siento:

Y aquella que apenas pudo llegar a la ventana,
Y quien no pisa su tierra nativa,

Y aquella, que sacudía su hermosa cabeza,
ha dicho: «¡Vuelvo aquí como a mi casa!»

Quisiera llamarlas a todas por sus nombres,
pero se han robado la lista y no hay donde buscar.

Les he tejido un ancho manto
de las pobres palabras que les escuché.

De ellas me acuerdo siempre, en todas partes,
y no las olvidaré en una nueva desgracia,

y si amordazan mi boca atormentada,
por la que cien millones de vidas gritan,

que así ellas por mí rueguen y me rememoren
en la víspera de mis funerales.

Y si alguna vez este país decidiera
erigirme un monumento,

Doy mi venia a este honor,
pero sólo con una condición – que no lo planten

junto a la costa donde nací:
rotos están mis últimos lazos con el mar, (11)

ni en el jardín del Zar, cerca del árbol truncado,
donde una sombra inconsolable me busca,

sino aquí, donde pasé trescientas horas
y no me abrieron los cerrojos.

Porque en la bienaventurada muerte temo
olvidar el mugido de las negras furgonetas,

la odiosa puerta cerrada con estrépito,
y el alarido de la anciana como una bestia herida.

Y ojalá que de mis inertes párpados de bronce
fluyan las lágrimas, como nieve derretida.

Y que la paloma de la prisión arrulle a lo lejos
y en silencio naveguen los barcos por el Neva.

[Marzo – 1940 - Casa Fontanka]

















Apostilla: No se pretende corregir a traductores o a conocedores de la lengua madre de la poeta Ajmátova, pero sí matizar ciertos giros de la lengua castiza para hacer este memorable poema más legible para el mundo hispano-parlante o (¿por qué no?) hispano-escuchante (todo lector de poesía es un escucha). Y, siguiendo a Octavio Paz, como toda versión es una “di-versión” (al igual que todo ensayo va inducido por la adhesión), convenimos con humildad que este trabajo haya de ser perfectible.

Se han tomado en cuenta las siguientes traducciones o versiones del poema Réquiem de Anna Ajmátova:

Español.-
Jesús García Gabaldón, Ediciones Cátedra, S. A. 1994
José Luis Reina Palazón, Grijalbo Mondadori, 1998
La monografía ANNA AJMATOVA, O TRES TRADUCTORES EN BUSCA DE UN AUTOR
Maria SANCHEZ PUIG, Universidad Complutense de Madrid.
-Nota: Desafortunadamente, no disponemos de la traducción que recomienda Sánchez Puig en su monografía, realizada por Carmen Alonso y Gloria García.

Inglés.-
Judith Hemschemeyer, Akhmatova, Anna. The Complete Poems of Anna Akhmatova. Ed. Roberta Reeder. Boston: Zephyr Press, 4th printing, 2000. pp 384 – 394
Sasha Soldatow, First published Sasha Soldatow Mayakovsky in Bondi
BlackWattle Press 1993 Sydney.

Ruso.- La página oficial de Anna Ajmátova: http://www.akhmatova.ru/


NOTAS:

(1) Nikolai Yezhov, jefe de la policía política (NKVD) de 1936 a 1938, período signado por las grandes purgas del Estalinismo. Fue sustituido por Beria en 1938 y ejecutado en 1939, víctima de la insaciable bestia que él mismo ayudó a criar.

(2) Cita el poema de Pushkin: Mensaje a Siberia, en homenaje a los poetas decembristas desterrados a Siberia, luego de la rebelión contra el sistema imperial ruso, durante el reinado de Alejandro I de Rusia, el 26 de Diciembre de 1825.

(3) Streltsy. Cuerpo élite de las milicias rusas instituido por Iván El terrible. Se sublevaron contra Pedro El Grande en 1698, quien al final se impuso y derrotó a los rebeldes. Prácticamente todos los Streltsy fueron ejecutados ante el Kremlin, a pesar de los ruegos de sus esposas.

(4) El río Don sirve a la poeta como alegoría de una pisoteada Rusia; Ajmátova cita la novela de Shólojov, El Don Apacible, para ironizar en torno al Realismo Socialista, al contrastarlo con el escenario real del pueblo ruso.

(5) Su pueblo natal.

(6) Prisión de Leningrado adonde iban a parar los presos políticos. Se le dio ese nombre en virtud a la similitud de sus edificaciones con la cruz.

(7) Ese día, Lev Gumiliov, hijo de Anna Ajmátova fue sentenciado a un campo de trabajos forzosos.

(8) Gorra de la policía política.

(9) En eslavo eclesiástico, en el texto original.

(10) Hace alusión al mes de Julio de 1938, acaso uno de los años más terribles de las persecuciones políticas perpetradas por la policía política del sistema estalinista.

(11) Tal como hiciera Pushkin en su momento, Ajmátova se despide del mar para siempre.

Réquiem - Lectura, en su propia voz

Ajmátova Réquiem, I
http://www.youtube.com/watch?v=LTDZU49xWSk&feature=player_embedded#!

Ajmátova Réquiem, II
http://www.youtube.com/watch?v=FUXRiCjeg1M&feature=related

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Glosa sobre los que no dudan en tener siempre la razón, los fundamentalistas per sé. Samuel Robinson, desde Chipre / Anna Ajmátova, lecturas en su voz y documentos visuales y audiovisuales. Anna dibujada por Modigliani.

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Glosa sobre los que no dudan en tener siempre la razón, los fundamentalistas per sé.

Imagínese el lector de estas líneas, que todos, independientemente de la edad, hemos vuelto a las aulas de la infancia. Ruedan los años hacia atrás y de repente usted, siendo mujer, se encuentra mesándose las clinejas y jugueteando con un chicle entre lengua, dientes y paladar o, siendo hombre, se reencuentra impúber, con una onda escondida entre las medias; cada uno calentando un pupitre del que no quisiera acordarse. Pero no estamos solos. Nuestro país está, íntegro, sentadito en las aulas. Batalla de taquitos con pitillos, clics y tiras de papel lanzados con gomitas. El maestro, aterrorizado, ha huido de clases. No es un programa de Radio Rochela. Tampoco es una pesadilla. Es la realidad. Pues sí. Eso, palabras más, palabras menos, querido lector, es nuestra nación, hoy por hoy.

Hagamos memoria. ¿Quién era el empecinado facineroso o facinerosa que, sin tener nada que decir, pretendía llevar siempre voz cantante en las aulas? Cerremos los ojos y evoquemos. ¿No era acaso un impostor, un exacerbado yo habitando tempranero en el seno de un pequeño que, en buena lid, debería estar en lo suyo de ser niño? Pero desde los días de ese compartido estanque de la infancia (no importa si usted pasó por allí hace 50, 35 o 20 años) vuelve como prefiguración esa tumoral exaltación del yo, copando todos los espacios, por parte de unos pocos, en detrimento de los muchos. Los niños que ambicionaban empoderarse frente al resto, llegaban a las escuelas con sus yoes bien pulimentados. Y tenían por costumbre la práctica de denigrar, de sembrar infundados testimonios, de humillar incluso al amigo. Espejo del mundo de “arriba”. Así que en poco difería esa jauría de bisoños lobeznos de la batalla campal y encarnizada que nos parecía barruntar en el mundo de los grandes. ¿Acaso haya sido símil esa infancia, de la vida ciudadana de los siglos XIX o XX, con sus bandas de liberales y conservadores o de adecos y copeyanos, disputándose el país como lo haría una manada de hienas con la pierna de un buey?

Uno toma fuerza para escuchar, sin devolver el almuerzo, a los “líderes revolucionarios” del momento que desfilan por el canal televisivo del gobierno y ¿qué ve? El mismo discursito del panzudo muchachito que se quería apropiar de la cartelera escolar, toda una promesa para el mañana, un fanatizado ego que domeñará a otros fanatizados egos en un promisorio futuro. También ve uno una suerte de reflejo de las escaramuzas, dimes y diretes de adecos y copeyanos, cuando los primeros eran gobierno y los segundos oposición o viceversa; o de las correrías de Antonio Leocadio Guzmán vs. Juan Vicente González en el siglo XIX.

Así que no hemos avanzado un palmo con este asuntico de la penosísima Revolución Bolivariana. Lo que vemos es otra escuelita plagada de frases hechas y huecas, de retruécanos y recórcholis, adornando los ornamentales floripondios de unos maniquíes vestidos de pueblo que hablan engominado. Y nuestra pobre lengua descalabrada. No creo necesario hacer acá un listado de ejemplos de la sarta de sandeces a que hago alusión. Me luce como un atentado contra la llana inteligencia. Pero si usted ha tenido el coraje de rememorar la infancia, tampoco lo echará en falta para acordar conmigo en lo que digo.

Por desgracia, ese mal que vislumbráramos en la infancia, ataca al país por cada uno de sus flancos y, como es natural, en las filas de políticos de oposición se encuentra uno con réplicas de yoes pugnando por salir a cantar al escenario, añorando un baño floral más apoteósico que el de la entrada de Bolívar a Caracas, luego de la batalla de Carabobo. Y uno se estremece de pensar si es cierto que no hay una alternativa distinta y promisoria de gobierno, para un país que nunca se ha puesto de acuerdo. Pero el tema de este entremés no es versar sobre quienes, no siendo gobierno, tienen sus aspiraciones políticas. Porque, con todo y las críticas de que puedan ser blanco, hay allí un principio de diversidad (aunque, hay que aceptarlo, también de dispersión y desunión) del que carece la autocracia que tan bien ha estado representada en las manos de esa fórmula reduccionista que es HChF12, * con sus bien apuntadas falanges.

Dicho esto, podría uno pensar que acaso sea inútil hablar o escribir a quienes pretenden que esas meras liberalidades de la expresión, sólo pueden ejercerse, con libertad, desde o hacia una de las esquinas de un cuadrilátero. ¿En qué se transforma, entonces, esa esquina? En una madriguera de desdichados fanáticos, para nada disímiles de la turba que quiere elevar al cielo las cenizas de Frankenstein por medio de la hoguera; en gentes que, siempre por el bien de la humanidad, están prestos a inmolar a quienes no recen su mismo catecismo.

La asesina inquisición de la iglesia católica de anteayer, en muy poco se diferencia del soviet estalinista que ayer arrasó a millones en el gélido infierno Siberiano, o del sistema de relojería Pan-Germánico-Espartano que, durante la 2da Guerra Mundial, hizo de Europa una red de frigoríficos y hornos para hospedar a aquellos a quienes su locura consideraba sin derecho a estar ni dentro ni fuera de “su” cuadrilátero.

¿Qué fuerza indujo a Torquemada a transformarse en un vampiro encarcelado en su insaciable sed de sangre?

¿Qué motivó que Joseph, el titánico granjero, edificara un infierno en el país del frío, adonde fueron a parar las humanidades de millones de inocentes?

¿Cuál fue la fuerza que hizo brotar el más inveterado, empedernido y sañoso de los odios, para que transformara a un oscuro personaje, de burlesco bigote y perturbada mueca, en el héroe que arrastraría a todo un pueblo (y al mundo entero atrás de este) hacia el abismo? (Por cierto que esa mueca en algo me recuerda la cadavérica sonrisa que ordenó las hecatombes de Hiroshima y Nagasaki.)

Al hacerse uno tales preguntas, le parece deambular por una sombreada e incierta senda. Piso falso. O, al menos, tierras lodosas, cuando no arenas movedizas. Pues en poco deben distanciarse tales “semidioses” de las masas que, a pie juntillas o rodilla en tierra, les juran fidelidad eterna, quiebran lanzas y queman naves, para defender o imponer las tinieblas o, si les suena mejor, una iluminación que sólo ellos creen percibir en el seno de su ceguera.

¿Qué es un fanático? Un desdichado que se convence de estar enamorado de sí mismo, cuando es incapaz de amar a otros. O, lo que es lo mismo, un cercenado. Es alguien que no sigue a nadie, sino a una sombra, creyendo que la encarna. O una sombra mil veces representada en la figura de los genocidas.

Así pues, preguntémonos si el peor de los enemigos del hombre no es su vecino, sino su propio y enceguecido fanatismo; si su más horrenda imperfección no es su defensa a ultranza de prédicas que desconoce en absoluto; si esa cualidad suya de identificarse con el fuerte no es, acaso, su mayor debilidad.

Samuel Robinson.

* La fórmula es, de por sí, un oxímoron, pues nos habla de un reduccionismo exponencial, receta con la que se ha pretendido centralizar, en una sola persona, los destinos de todos y cada uno de los ciudadanos de la nación, para cambiarles su condición por la de maleables súbditos.
- Esta nota me la ha enviado desde Chipre un señor que firma como Samuel Robinson.
- Las reproducciones pertenecen a representaciones de La clase muerta, de Tadeusz Kantor.

GUARIDA DE LOS POETAS - Anna Ahmatova, REQUIEM y otros documentos.
Y ya que hemos tocado de soslayo esa vergüenza para la humanidad que fue la instauración del gélido infierno Siberiano, invitamos a escuchar la palabra de una poeta, Anna Ahmatova, en su poema REQUIEM. Es sencillamente conmovedor. Cuando la poesía se ve imposibilitada para cantarle a la alegría, no es porque el poeta añore gratuitamente la congoja, sino simplemente porque ha sido un justo testigo de su tiempo. Intuyo que en su poesía, más que tristeza, lo que brotan son resabios de una honda y sabia melancolía.

REQUIEM

Parte I

http://www.youtube.com/watch?v=LTDZU49xWSk&feature=related

Parte II

http://www.youtube.com/watch?v=FUXRiCjeg1M&feature=related

"As a White Stone..." Anna Ahmatova ( Como una piedra blanca )
http://www.youtube.com/watch?v=O6lhEhF84dY&feature=related


Anna Akhmatova (Excerpt)

Outpost provided full post-production sound for the documentary, Anna Akhmatova. This documentary about the legendary Russian poet was directed by Helga Landauer, and produced by Darya Zhuk of HBO. Sound design was done by Dave Nelson and Miik Dinko. Miik provided dialog editing along with Jim Lively. Travis Ames was the post-production audio coordinator, and the mix was done by David Nelson.

http://www.youtube.com/watch?v=n_OlWRwpBFo&feature=related





Dibujos de Modiglianii