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sábado, 30 de septiembre de 2017

Guarida de los poetas / Mi padre el inmigrante - Vicente Gerbasi / Elevación del ser, Vicente Gerbasi / Odila - Orquesta de Instrumentos Latinoamericanos (Fundación Bigott - 1987)


Dos cantos de Mi padre el inmigrante...


Esos versos suyos nos marcan a todos, a los que ”…Venimos de la noche y hacia la noche vamos…”

Una ofrenda…

“…los poetas no son unos literatos. Somos existenciales, somos como filósofos, pero en primer término el poeta tiene que trabajar con su propia alma…”

“…El arte es una reclusión…”


Vicente Gerbasi


Mi padre el inmigrante - Vicente Gerbasi


XXIII

Yo vengo de esa hora que soporta la tierra, 
donde estaba tu vida contra los huracanes,
frente a las puertas selladas ante las bocas mudas.           
¿Acaso, lloraste a veces bajo la medianoche,
cuando las estrellas te llevaban a tu cielo?
¿Acaso te arrepentías?
¡Ah, pero tus manos podían soportar toda tu soledad
y te daban el pan!           
Y entonces miraste en los ojos de los pobres,
de los mendigos que guardan en los rincones de las ciudades.           
¡Ah, los mendigos!... ¡Ellos, los mendigos!...
Tan parecidos a los viejos muros y a los santos...           


XXIV


De todo tu andar de antiguo caminante,           
de todo tu sufrir en desamparo,
de soportar el peso del hacha o del saco,
de asistir al herido y repartir el pan,
sólo te quedó una casa,           
a cuya puerta escribiste algunas palabras de la Biblia.
Aquella casa fue mi casa.           
Mi casa pintada de cal, allá en mi aldea,
escondida entre el café y el cacao.           
Otras casas había, rojas, azules, verdes, amarillas,
en mi aldea, que entre árboles           
jugaba con niños y caballos.
Había una plaza con cabras y almendrones de apacible sombra,
y una iglesia de donde salía un Cristo,
en una urna de cristal, cuando la Semana Santa.           
Yo nací en tu casa con palabras de la Biblia,
y allí estabas callado, con tus libros,           
junto a mi madre y a mis pequeños hermanos.
Allí estaban tus noches,           
todavía con las estrellas de otro mundo,
y allí tu amorosa soledad, tu vida, tus recuerdos.           
Y allí estaba yo como una angustia para ti,
y tu trabajo y el sudor de tu frente;           
y el canto de los sapos en las sombras,
y el tinajero en el corredor de la medianoche,
y las lluvias nocturnas que nos lanzaban a un oscuro amanecer.
¡Estábamos tan cerca de los árboles, del río y la montaña!...           
Yo con mi alegría donde cantaba el cristofué,
tú con tu vida dura, con golpes y nostalgias,
de pie ante los días de mi infancia.

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Nota: Desconozco quién es el autor de la foto.



 Elevación del ser, Vicente Gerbasi 








Odila - Orquesta de Instrumentos Latinoamericanos (Fundación Bigott - 1987)
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