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jueves, 20 de septiembre de 2007

Salutación (Hospital)
















Salutación


(Hospital)

A Franklin Fernández, a aquel imberbe que, a la luz de un “veterano” o, como lo diría mi padre, “a los ojos de un hombre de la vieja guardia”, me lució siempre como todo un caballero; a aquel joven que conocí, hace casi un par de lustros, en medio de la ceguera de una ciudad (¡mi ciudad!), en medio de la ceguera de las gentes, en medio de la ceguera del nosotros y -afortunadamente- en medio de la iluminación que, por gracia de la diosa, alguna vez nos tocó para salvarnos, quiero dejar testimonio de ese fruto que no ha dejado de ser.

Este poema va dedicado no a Franklin el poeta, sino a ese hombre que duerme y se despierta, ése que festeja y se encrespa, que toma la vida por la cintura y le da un beso, y la abraza, y le acaricia sus cabellos; ése que supo que el conmoverse no es saber y que la poesía se canta siempre, con gusto o con pesar, en nuestro pecho, porque todo es cosa de oír… y que, a casi una década de distancia, ayer me ha enviado una fe de vida. ¿Qué más puedo hacer que no sea honrar los vasos comunicantes? Acá van estos rasguños de días de juventud, de jornadas de devastación y encuentro… era un imberbe…


Hospital

Lobotomía.

Requiero una lobotomía de urgencia
para emparejar mi paso al paso de los lobos amaestrados.
Una lobotomía expedita, esterilizante,
que borrará cualquier posible recuerdo de sueños
en los que el cantar de las chicharras preanunciaran
las lluvias que habrían de venir.

Aguardo por una lobotomía de urgencia,
que me pondrá derechito;
una suerte de certificado de salud
que me permitirá decir, sin vacilaciones,
"sí señor, la vida es así,
pero merece la pena el esfuerzo".

La gané limpiamente.

Me gané un cupo para entrar al pabellón
porque alguien susurró algo en mi oído:

...más allá de la aurora,
lentamente,
baja el hermoso telón de fondo
de un ocaso que nunca veremos...

Lobotomía es nuestro Credo. Amén.


(De un cuerpo de textos agrupados bajo el titulo de Libro de Trance y Hallazgos)



Fotograma del film Baraka, calles de Sao Paulo















Desamparado resguardado















Imágenes captadas una mañana caraqueña…lacl

martes, 18 de septiembre de 2007

DEMONIO DE LA COLINA DEL TIGRE / Post Scriptum. Versos de la dinastía Tan.

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DEMONIO DE LA COLINA DEL TIGRE


Es éste uno de mis poemas predilectos. ¿Por qué? Por lo misterioso de su origen. Porque, para mí, la poesía es voz anónima, sin persona ni nombre. La poesía puede brotar de mi pecho y fluir por mi boca, pero esa poesía nunca será mía. Porque la poesía no es de nadie. A nadie le pertenece aunque, paradójicamente, a todos nos done sentido de pertenencia. Esta inscripción pudo ser estampada en una clausurada cueva, pudo ser hendida en la corteza de un árbol, pero fue escrita sobre un muro de piedra. Porque la poesía, a pesar de su origen anónimo, busca senderos para incidir en alma humana. Si no es alegre, si no convoca el optimismo, es porque nos muestra aristas y fisuras de nuestras almas que la vida corriente nos veda y porque nos invita a abrir y cruzar pórticos a un firmamento del que somos partícula, efímera sí, pero viviente.
lacl


DEMONIO DE LA COLINA DEL TIGRE
(siglo VIII, anónimo)

INSCRIPCIÓN

(En 778 aparecieron estos viejos versos sobre el muro
de piedra del Templo de la Colina del Tigre)

No soy sino un alma vagabunda:
no pude convertirme en espíritu inmortal.
Para mí no aparece el claro sol:
los pinos verdes son mi pórtico.
Encerrado bajo un montón de tierra
no dejo de pensar en los míos.
¿Cómo matar mi pena, mis remordimientos?
Todo lo que ha nacido vuelve a su origen.
Anuncio a los vivos esta verdad:
no nos sacian las ofrendas de vino.
Que los que tienen cuerpo piensen en los huesos:
honor y gozo son palabras huecas.



La traducción es de Octavio Paz. Puede hallarse en sus Versiones y diversiones. La primera edición data de 1974, Ediciones Joaquín Mortiz, impresión que, por fortuna, cayó en mis manos recién salida del horno. Una edición más reciente, revisada y aumentada (cuyas dos primeras secciones son, afortunadamente, bilingües) es la de Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2000. Eso sí, desafortunadamente es más cara.


La reproducción corresponde a un texto del calígrafo Ouyang Xun (557-641)






Post Scriptum
28 de Septiembre, 2019

Galería de Orfeo

Nota Bene. Este es un blog sin fines de lucro, la música y contenidos audiovisuales que acá se comparten pertenecen a terceros, no tenemos ninguna intención de monetizar con tales contenidos; nuestro propósito al publicarlos acá es eminentemente cultural, humanístico o artístico.
Versos de la dinastía Tang






viernes, 7 de septiembre de 2007

LETRAS CONTRA LETRAS - Escribir danzando: Isadora Duncan, Mi vida, memorias. Registro audiovisual / Poemas de D. H. Lawrence. Conducta - Elemental - Veneno - A las mujeres por lo que a mí respecta - Beautiful Old Age, by David Herbert Lawrence.


















LETRAS CONTRA LETRAS

Escribir danzando: Isadora Duncan.

Isadora Duncan fue una persona de excepcional naturaleza, de una extraordinaria sensibilidad hacia todo aquello que comporta lo humano, visto en sus aspectos más sencillos y no por ello menos importantes para el cotidiano vivir; he dicho persona y no mujer ex profeso, pues en un siglo en el que, entre tantas querellas, se suscitó la guerra de los sexos, ella hablaba con un ánimo tan distinto al del común denominador de los hombres y mujeres contemporáneas, que realmente uno se sorprende cuando lee sus memorias, por la desbordante libertad de sus puntos de vista acerca de la danza y el arte en general, la sociedad, el amor, el erotismo, la educación de los niños y los patrones de la cultura moderna. Fue, eso sí, una mujer extraordinaria (y afortunadamente) femenina, de lo cual hace gala en sus memorias, libro que intitulara simplemente como Mi Vida. Se encuentra uno en ese libro con las evocaciones de alguien que no pretende convencer a nadie con sus puntos de vista; unas remembranzas escritas con una candidez y una franqueza extremas, que hacen de Mi Vida un memorial sutilmente honrado. Y es precisamente allí donde radica su encanto. Al leer sus memorias, se tiene la impresión de estar uno sentado en una sala cumpliendo un rito hoy algo extraviado de la vida moderna: el de prestar oídos a la escucha de la infidencia sincera del amigo o la amiga. Isadora nos avisa no ser una escritora profesional y es gracias a la sinceridad de su decir como logra llevarnos al terreno de la conversación. Mi Vida viene a ser una suerte de Ars Poética de la danza y del vivir.

El primer ejemplar de Mi Vida que cayó en mis manos, fue editado por Editorial Losada, del cual extracté hace mucho tiempo los textos que ahora colocamos en el portal. Está en algún lugar de mi biblioteca, la que, como membrana silenciosa, se ha ido expandiendo por todas las áreas de la casa; hasta hace poco lo tuve entre mis manos, pero en casa los libros caminan sus propios derroteros y juegan a las escondidas conmigo y entre sí. Así que, por el momento, no puedo añadir fecha de publicación y datos de la edición. En lo que aparezca Mi Vida, dejo los detalles acá. Tengo otra edición, también extraviada entre mis libros, que compré por pura prevención. Al encontrarla, señalaré también la fuente.

Quiero dar las gracias a Mery Sananes, quien en el albor de los años ochenta, puso en las manos de unos desorientados estudiantes de Letras, no sólo ese libro, sino algunos otros que no dudo en catalogar hoy, como libros de cabecera. A mí particularmente me dejaron honda huella El Coloso de Marussi, de Henry Miller, editada en español -si mi memoria no me falla- por Seix Barral, y esa sucinta obra maestra del espíritu que es la Pequeña Crónica, de Ana Magdalena Bach, editada por Editorial Desorden.

Quiso el azar que por aquellos días, amén de las lecturas de de Mi Vida y El Coloso de Marussi, cayeran en mis manos libros como Las Bacantes de Eurípides, Los Griegos y lo Irracional, de Dodds y el Nacimiento de la Tragedia de Nietzsche (gracias a Hanni Ossott, María Fernanda Palacios y López Pedraza, entre otros). Es inenarrable la conmoción espiritual que me causó el haber podido comprobar que lo que Isadora dedujo de la contemplación de las imágenes de la danza griega, afortunadamente preservadas en las piezas arqueológicas, fuera en cada una de esas obras igualmente reseñado: que la experiencia dionisíaca se manifestaba en las Bacantes como un arrebato o secuestro de la psique en la que el cuerpo toma una peculiar postura, con la cabeza cayendo hacia atrás. Aquel que guste de la lectura, compare lo que Isadora dijo sobre los griegos y lo dionisíaco con lo que Lawrence Durrell cuenta a Miller en una carta y que éste coloca al final de su Coloso de Marussi. Las coincidencias son más que evidentes. No hay edad ni era para que Dionisos haga su aparición. Simplemente viene y toma lo que es suyo.

Como colofón, no quiero pasar por alto lo siguiente: en lo que a este servidor respecta, los cursos más valiosos de la escuela de Letras de la UCV, fueron los conformados por aquellos temas y materias que se impartían bajo el título de Lecturas Dirigidas. Eran una gracia para quienes se hallaban en su propia búsqueda. En su momento fueron ejemplo de la libertad con que se puede y, es más, se ha de abordar el vivir.

No deseamos extendernos más sobre el tema que nos ocupa, sino darle la palabra a Isadora. Hoy reproducimos brevemente algunos pasajes de Mi Vida, con la doble intención de, primero, acercar a Isadora al lector que desconoce sus memorias y a lo que acaso fue su principal obra, la de revolucionar la danza, ensanchando su significación espiritual para la vida del hombre y, segundo, rendirle un muy humilde homenaje, en la complicidad de aquellos que han tenido la fortuna de leer sus memorias y de quienes captaron el verdadero sentido que escondían sus palabras, en cierta forma muy distante del abundoso ficcionario literario de nuestros días.

Bien, los dejo con Isadora…

Salud!

Luis Alejandro Contreras


Mi Vida


Sobre la educación o un tipo distinto de educación...

"...La mejor herencia consiste en dar a los niños la mayor libertad para desenvolverse por sí mismos..."

" ...Pasaba días y noches en el estudio, buscando aquella danza que pudiera ser la divina expresión del espíritu humano a través del movimiento corporal. Permanecía horas y horas, inmóvil y estática, con las dos manos cruzadas sobre mis senos, cubriendo el plexo solar. Mi madre se alarmaba al verme tanto tiempo inmóvil, como en éxtasis; pero yo pude, al fin, descubrir el resorte central de todo movimiento, el cráter de la potencia creadora, la unidad de donde nace toda clase de movimientos, el espejo de visión para la creación de la danza. De este hallazgo nació la teoría en la que fundé mi escuela. Las escuelas de baile enseñaban a sus alumnos que ese resorte se hallaba en el centro de la espalda, en la base de la espina dorsal. “De esta base –decían los maestros de baile-, brazos, piernas y troncos brotan en libre movimiento”. El resultado era la impresión de muñecas articuladas. Este método producía un movimiento mecánico artificial, indigno del alma. Yo, por el contrario, busqué el manantial de la expresión espiritual para encauzarlo en los canales del cuerpo, inundándolo de una luz vibrante; la fuerza centrífuga que reflejaba la visión del espíritu. Al cabo de muchos meses, cuando había aprendido ya a reunir todas mis fuerzas en ese centro, me di cuenta de que, según escuchaba yo la música, las vibraciones de esta música afluían al manantial único de luz que había dentro de mí y que en este manantial se reflejaban en una visión espiritual. No era un espejo del cerebro, sino del alma, y según fuera la visión reflejada podía yo expresar en forma de baile las vibraciones musicales. He procurado siempre explicar a los artistas esta primera teoría básica de mi arte. Stanislavsky da cuenta de ella en su libro MI VIDA EN EL ARTE. Me parecía dificilísimo explicar todo esto con palabras; pero cuando me hallaba en clase ante los niños más pequeños y pobres, les decía: “Escuchen la música con sus almas y ahora, mientras escuchan, ¿no sienten dentro de ustedes mismos a un ser interior que se despierta y que les hace levantar la cabeza, elevar los brazos y marchar lentamente hacia la luz?” Y todos me comprendían.
Este despertar es el primer paso de la danza, tal como yo lo concebía.
A partir de la primera lección, el niño más pequeño comprendía que todos sus movimientos y que sus andares mismos poseían una fuerza espiritual que no existe en los movimientos nacidos del ser físico o creados por el cerebro. Es esta la razón por la cual todos los niños de mi escuela han podido, frente a los auditorios numerosos del Trocadero y del Metropolitan Opera House, mantener un dominio magnético reservado únicamente a los grandes artistas; pero, según iban creciendo estos muchachos, la influencia contraria de nuestra civilización materialista mataba aquella fuerza natural que dentro de ellos alentaba, y perdían su inspiración..."


Sobre el Ballet (viendo a la Pavlova)

"...Me senté, y llena de estupefacción estuve tres horas contemplando las proezas de la Pavlova. Se diría que su cuerpo era de acero y elástico; su hermoso rostro tenía los rasgos severos de una mártir; no se detenía ni un momento. Toda la tendencia de su entrenamiento consistía, al parecer, en separar el alma de los movimientos del cuerpo. El alma, por el contrario, sólo padece cuando se la mantiene tan rigurosamente separada del cuerpo por una disciplina muscular de aquel género. Era precisamente la contradicción de todas las teorías en que fundamentaba yo mi escuela. Mi escuela, en la cual el cuerpo se hacía transparente y era intérprete del alma y del espíritu..."




Sobre la opulencia y el sentido cabal del arte...
"...he llegado a convencerme de que la atmósfera constante de lujo nos lleva a la neurastenia...”

"...Hemos dado una representación gratuita. El pueblo se sentía transportado, con lágrimas que corrían por sus mejillas, y se ha preocupado por nuestro arte. En el pueblo de East-Side hay muchas reservas de vida, de poesía y de arte que están esperando la mano que las despierte. Construyan para ellos un gran anfiteatro, la única forma democrática del teatro, donde todos puedan ver lo mismo, sin palcos ni plateas. Miren ahí arriba a la galería. ¿Creen justo que se coloque a seres humanos en el techo, como moscas? ¿Y así quieren que aprecien el arte y la música?
Construyan un teatro sencillo y bello. No es necesario que lo cubran de oro, ni de adornos costosos. El arte bello viene del espíritu humano y no necesita ornamentos exteriores. En nuestra escuela no tenemos trajes ni adornos, sino únicamente la belleza que brota del alma exaltada y del cuerpo, que es su símbolo, y si mi arte les ha enseñado algo aquí, espero que lo enseñará también en otro sitio. Tenemos que buscar y encontrar la belleza en los niños; en la luz de sus ojos y en la gracia de sus manos extendidas en adorables movimientos. Les han visto unidos de las manos, atravesando la escena, más bellos que todos los collares de perla de todas las mujeres que suelen situarse en esos palcos. Son mis perlas y mis diamantes. No quiero otros. Den la belleza, la libertad y la fuerza a los niños. Den al pueblo el arte que necesita. La gran música no debe guardarse para el gusto de los hombres cultos. Debe obsequiarse gratuitamente a las masas; les es tan necesaria como el aire y el pan, porque es el vino espiritual de la humanidad..."



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Poemas de D. H. Lawrence

La impecable traducción de Behavior (Conducta) es obra de Hanni Ossott, forma parte de una selección poética que editó la Universidad de Los Andes y que, como cosa rara, no encuentro en mi biblioteca. Por fortuna lo tenía copiado y, en lo que caiga ese libro nuevamente en mis manos, reproduciré algunos otros poemas. Ojalá y reediten ese trabajo. Voces como las de Lawrence son y serán siempre indispensables para el ser humano. Palabra que lleva al lector a la escucha de su propia voz, es gracia lograda no sólo en su poesía sino, igualmente, en su narrativa, en la que el discurso íntimo hace las veces de un salón de espejos (Mujeres Enamoradas, El Arco Iris, Sol) y en su asombrosa obra ensayística (La Educación del Pueblo, Apocalipsis, Fénix, Studies in Classic American Literature). Recuerdo que Hanni se quejaba un poco de la adrede imperfección que mostraban los poemas de Lawrence, de la inusitada longitud de sus versos (tanto, que el formato de esta página no me permite reproducirlos exactamente). Recuerdo también que en el prólogo expresaba algo así como que provocaba corregirlos. Afortunadamente privó la Lawrenciana “imperfección” y, repito, el resultado fue un hermoso libro, bilingüe para más fortuna, pues Hanni Ossott, amén de prodigiosa poeta, fue una extraordinaria traductora. Debemos dar gracias a Rafael Cadenas por el resto de las traducciones de poemas de Lawrence vertidas a continuación de Conducta, tarea realizada de manera igualmente cabal. Tales poemas corresponden al libro intitulado Pensamientos. La primera edición de tal traducción vino a ver la luz en el cuerpo de aquellos inseparables y leales amigos que resultaban ser los Cuadernos de Difusión editados Fundarte. Luego vino otra publicación de Pensamientos, a los que se añadían otros poemas bajo el título de Mira, lo hemos logrado, editados por el sello La Liebre Libre. Perdí la cuenta de la cantidad de ejemplares que compré y regalé de tales trabajos. Tal fue el impacto que la poesía de Lawrence causó en mí (y, estoy seguro, en algunos de mis amigas y amigos). Más recientemente, BID & CO Editor ha publicado una compilación del trabajo de traducción de Cadenas, El taller de al lado, obra que recomendamos ampliamente. El prefacio de Lawrence a sus Pensamientos es joya que no tiene desperdicio, ofrenda de desprendimiento, auto de fe; y la edición de Fundarte trae una de las notas introductorias más lacónicamente perfectas de nuestra literatura, nota que lamentablemente fue expurgada de ediciones posteriores, a pesar de ir en perfecta armonía con aquello revelado por la poesía de Lawrence.


Lawrence, al igual que Hesse, dedicaba tiempo a la pintura. Obra de Lawrence sobre un cuento de Bocaccio.


Conducta

Está bien ser disciplinado en todos los usos sociales
y tener modales para todas las ocasiones
tal como tenemos vestidos.
Me es absurdo exhibir mi alma desnuda a la mesa de té.

Si estamos apropiadamente vestidos y disciplinados en la calle o en el comedor
entonces la privada intimidad de la amistad será real y preciosa
y nuestro desnudo contacto será raro y vívido y tremendo.

Pero cuando todo el mundo anda dando vueltas con el alma medio desnuda o completamente
en promiscua e íntima apelación
entonces la amistad es imposible
y el desnudo abrazo un anticlímax, ridículo y humillante.

Elemental

¿Por qué la gente no deja de ser amable
o de pensar que es amable o de querer ser amable
y se hace un poco más elemental?

Pues el hombre está hecho de elementos.
Fuego, y lluvia, y aire, y viviente marga
y nada de esto es amable
sino elemental,
el hombre está desviado del lado de los ángeles.

Yo quisiera que los hombres regresaran a su equilibrio entre los elementos
y fueran un poco más fogosos, tan incapaces de mentir como el fuego.
Quisiera que fuesen leales hacia sus propias variaciones, como lo es el agua,
que atraviesa todos los estados de vapor y correntada y hielo
sin perder la cabeza.

Estoy cansado de la gente amable,
de algún modo son una mentira.

Veneno

Lo que ha matado a la humanidad -porque el grueso de la humanidad está muerto-
es la mentira;
la mentirosa afectación de parecer sentir lo que no sentimos.

A las mujeres por lo que a mí respecta

Los sentimientos que no tengo no los tengo.
Los sentimientos que no tengo, no diré que los tengo.
Los sentimientos que uno dice que tiene, no los tiene.
Los sentimientos que te gustaría que ambos tuviéramos ninguno de los dos los tenemos.
Los sentimientos que la gente debe tener, nunca los tiene.
Si la gente dice que tiene sentimientos, Ud. puede estar seguro de que no los tiene.

Si quieres, pues, que tú o yo sintamos algo
es mejor que abandones toda idea de sentimiento.



El poema del video… 

Beautiful old age

Beautiful Old Age
It ought to be lovely to be old
To be full of the peace that comes of experience
And wrinkled, ripe fulfilment.
The wrinkled smile of completeness that follows a life
Lived undaunted and unsoured with accepted lies.
If people lived without accepting lies
They would ripen like apples, and be scented like pippins
In their old age.
Soothing, old people should be, like apples
When one is tired of love
Fragrant like yellowing leaves, and dim with the soft
Stillness and satisfaction of autumn.
And a girl should say:
It must be wonderful to live and grow old.
Look at my mother, how rich and still she is! -
And a young man should think: By JoveMy father has faced all weathers, but it's been a life!


 ISADORA







David Herbert