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viernes, 22 de febrero de 2019

La ciudad de los espejismos, José Antonio Ramos Sucre, El cielo de esmalte. / Preludio de José Antonio Ramos Sucre - Adagio J.S Bach - Concierto de Brandeburgo nº 1 / Bach, Matthäus-Passion BWV 244. Karl Richter (1971)





La ciudad de los espejismos, José Antonio Ramos Sucre, El cielo de esmalte.

    Yo cultivo las memorias de mi niñez meditabunda. Un campanario invisible, perdido en la oscuridad, sonaba la hora de volver a casa, de recogerme en el aposento.

    Ruidos solemnes interrumpían a cada paso mi sueño. Yo creía sentir el desfile de un cortejo y el rumor de sus preces. Se dirigía a la tumba de un héroe, en el convento de unos hermanos inflexibles, y transitaba la calle hundida bruscamente en el río lánguido.

    Yo me incorporaba de donde yacía, atinaba un camino entre los muebles del estrado, sala de las ceremonias, y abría en secreto las ventanas. Porfiaba inútilmente en distinguir el cortejo funeral. Una vislumbre desvariada recorría los cielos.

    No puedo señalar el número de veces de mi despertamiento y vana solicitud. Recuperaba a tientas mi dormitorio, después de restablecer el orden en las alhajas de la sala. Un insecto diabólico provocaba mi enfado ocultándose velozmente en la espesura de la alfombra.

    La ruina de las paredes había empolvado la sala desierta. Mis abuelos, enfáticos y señoriles, no recibían sino la visita de la muerte.

    Yo no alcanzaba a desprenderme de los fantasmas del sueño en el curso de la vigilia. La mañana invadía de tintes lívidos mi balcón florido y yo reposaba la vista en una lontananza de sauces indiferentes, en un ensueño de Shakespeare.


Imagen: Cartier-Bresson


Preludio de José Antonio Ramos Sucre - Adagio J.S Bach - Concierto de Brandeburgo nº 1

Bach, Matthäus-Passion BWV 244. Karl Richter




miércoles, 20 de febrero de 2019

BRINDIS DE AÑO NUEVO, un poema de Job Pim, desde la cárcel, y una anécdota de mi madre. / Guarida musical. Venezuela habla cantando, Conny Méndez - De Conde a Principal, Aldemaro Romero. - Yo soy Venezolana, Conny Méndez. - De Conde A Principal C4 Trío / Estampas




BRINDIS DE AÑO NUEVO, un poema de Job Pim y una anécdota de mi madre.

“…El venezolano, decía siempre mi madre, cuenta con un sentido del humor del que quisieran gozar en otros pueblos. De todo hacemos guasa y ni siquiera durante los malos tiempos cejamos en ese temple, creo que en ello tiene que ver mucho nuestro clima, esta eterna primavera…”

Habiendo cuenta de que, al parecer y a pesar de los pesares, nuestro gentilicio comienza a reconciliarse con su terrena condición y, viendo como vemos, brotar por doquier, agudas chanzas, lances e invenciones que surgen de la imaginería colectiva, queremos recordar a uno  de nuestros grandes humoristas, aunque lo hacemos rescatando un poema de su serie “Graves”, dado que es una semblanza poética de su estadía en la prisión de La Rotunda.

A sus “Graves” anteponía los “Agudos”, en donde se muestra la convivencia de esos dos tonos de nuestra colectiva singularidad, signada por la ligereza, el solaz, la picardía y el gusto de vivir, de cara al contraste de la fatalidad, una fatalidad mayormente creada por obra de esa contingencia que hace que todo un pueblo sufra por causa de un malestar que ataca a quienes, atrapados en el delirio de una inexistente grandeza, logran sembrar en plazas y mentideros el desvarío y la barbarie, contra viento y marea. Y es que, bien mirado, la mayoría de los hombres, me parece a mí, se contentaría con vivir al son de la “dulzura ambiente”, en lugar de embarcarse en los empeños de querer modelar y cambiar la vida del resto de la humanidad. Porque esa es una enfermedad que ataca a pocos, pero que contamina a muchos…

Luego de ese “Brindis de año nuevo” dejo una semblanza de mi madre, pues creo que viene al pelo, como le gustaba a ella decir.

Agrego algunas imágenes de las Obras Completas de Job Pim y un par de La Rotunda, la prisión de la era gomecista...

Salud!
lacl

BRINDIS DE AÑO NUEVO
                                                           The year is dying in the
                                                           Night: ring out wild bells
                                                           And let him die. Tennyson

Mozo que en esta noche de Año Nuevo
por la plaza pletórica circulas,
y la fuga del año te divierte,
sin ver que algo de ti también se fuga;
tú que auguras el año venidero
de placer y fortuna,
y cuando dan las doce campanadas
y el cañonazo clásico retumba,
sientes un raro anhelo de expansiones,
de fraterna ternura,
y en medio de los seres de tu afecto
alzas la copa embriagadora, escucha:
Muy cerca de tu dicha, a pocos pasos,
en ese antro dantesco, La Rotunda,
allí en esa anacrónica Bastilla
donde el buitre feudal los tiempos burla,
hay hombres que se arrastran esta noche
entre un chocar de hierros que espeluzna:
segregados del mundo sin derecho,
sin sentencia ni culpa;
muertos para el bullicio de la vida,
vivos para el silencio de la tumba.
Hombres de cuyos ojos apagados,
en esa hora hará brotar la angustia
el manantial de lágrimas
que no logró arrancarles la tortura.
Que están pensando en un hogar en sombras,
y en una anciana de pupilas turbias
que alza las flacas manos suplicantes
hacia un Dios de piedad que no la escucha.
Mira un momento las humanas larvas
que desde sus covachas se saludan:
--¡Otro Año Nuevo hermano!
--¡Dios nos saque con vida de esta tumba!
¡Que ni siquiera pueden abrazarse,
confundir su amargura,
ni decirse la mágica palabra,
ni mirar cómo rasga la penumbra,
la generosa chispa que se enciende
cuando dos pechos de varón se juntan!
Piensa en esas gargantas
que una mano fantástica estrangula;
en esas frentes donde sopla el hálito
que las almas arruga;
en esos hombres que esta noche lloran
en la torre feudal de una República,
en el trágico pozo
donde un sátrapa bárbaro sepulta
a los que haciendo un masculino gesto
dieron la espalda a la ralea eunuca…
Piensa un instante, y luego,
Bebe tu copa y tu festín reanuda.

La Rotunda, diciembre 13, 1919 (pp.35-36)  

Francisco Pimentel Agostini (Job Pim)


*******

Mi mamá me dice esta noche:
¡Qué cosas tiene la mente! Ahora como duermo menos por la noche, la cabeza me da vueltas y comienza a recordar, en los entresueños, pasajes absolutamente olvidados.  Recuerdo, por ejemplo, a mi madre diciéndome: “para tu nacimiento, en La Pastora, tuve la asistencia del doctor Porras”. Lo había olvidado por completo. Lo que no recuerdo son las esquinas de la calle donde estaba ubicada la casa, seguro luego lo recuerdo. Es donde hicieron el pasaje Brasil.
Luego me relata los jocosos versos de Job Pim (Francisco Pimentel) “contra” Leo (Leoncio Martínez) para “reclamarle” sus laboriosos afanes cuando, con motivo de haber creado la revista Fantoches, se la pasaba con un delantal salpicado de tintas. Tales afanes, reclamaba Job Pim, le hacían ver como un gandul ante los amigos.
La letra de las obras de Job Pim es ínfima y mi mamá tiene que apoyarse en una lupa para leerlo, pero cuánto lo disfruta. Me dice, al final, uno sí que despilfarra el tiempo, deberíamos haber leído más…

lacl, 03 de Junio de 2016
















miércoles, 13 de febrero de 2019

Guarida de los poetas: Hermosa Edad de Oro, David Herbert Lawrence / Una sosegada lectura, una traducción, el original y una galería de imágenes…



Fotograma del film Andrei Rubliov


Hermosa Edad de Oro, David Herbert Lawrence



Lo he querido divulgar pues me parece un hermoso trabajo visual y musical, amén de que me parece que ha sido leído con justeza. He aquí una versión que toma muy en cuenta lo que apunta aquel lema italiano que reza: traduttore = traditore. Es imposible trasladar un poema de manera exacta a otra lengua. Sólo nos resta intentar ser lo más fidedignos que nos quepa en nuestra manera de interpretar aquello que deseamos compartir. Vivimos, como dijera Rilke, en un mundo interpretado. Me anticipo a decir que me he tomado una licencia poética con el título del poema... 

Y como siempre digo, es una versión provisional, hasta tanto revise un poco más ciertos término sobre los que se apoya Lawrence para expresar su sentir.  

Salud!
lacl

Hermosa Edad de Oro, David Herbert Lawrence

Ha de ser amable el ser viejo
estar colmado de la paz que viene de la experiencia
y de la marchitada maduración del cumplimiento.

La marchita sonrisa de integridad que sigue a una vida vivida 
indoblegables y sin amargura ante aceptadas mentiras,
ellos madurarían, cual manzanas, y perfumados serían cual manzanas de oro en su vejez.

Sosegada sería la gente anciana, como manzanas,
cuando uno está cansado de amar.
Fragante cual hojas amarillentas, y difusa con el fino
sigilo y deleite del otoño.

Y una niña alcanzaría a decir:
Debe ser maravilloso vivir y madurar a la vejez.
Mira mi madre, ¡cuán rica y paciente es! -

Y un hombre joven podría pensar: Por Jove!

Mi padre ha encarado todas las estaciones, ¡pero ha sido una vida!


Notas:
1. Para verter el término pippin a otra lengua ha de tomarse en cuenta que, siendo una codiciada variedad de las manzanas, también significa “una persona o cosa excelente”, de allí que hayamos optado por acuñar la frase “manzanas de oro” por pippins, entendiendo aquí el término “oro” desde una perspectiva alquimista y de transmutación en búsqueda de la perfección del ser.


2. Por Jove! Es como decir: Por Júpiter! Jove es uno de los nombres o atributos de Júpiter. Dios romano equivalente al Zeus griego.

3. Me he tomado una licencia poética con el título del poema...

…….

Beautiful Old Age, David Herbert Lawrence

It ought to be lovely to be old
to be full of the peace that comes of experience
and wrinkled ripe fulfilment.
The wrinkled smile of completeness that follows a life
lived undaunted and unsoured with accepted lies
they would ripen like apples, and be scented like pippins
in their old age.
Soothing, old people should be, like apples
when one is tired of love.
Fragrant like yellowing leaves, and dim with the soft
stillness and satisfaction of autumn.
And a girl should say:
It must be wonderful to live and grow old.
Look at my mother, how rich and still she is! -
And a young man should think: By Jove
my father has faced all weathers, but it's been a life!











martes, 12 de febrero de 2019

Un templado frenesí, lacl / Schubert's Fantasy in F minor for Piano Four Hands, D940 / Gustav Klimt: Schubert at the Piano, 1899; destroyed by fire in May 1945



Gustav Klimt: Schubert at the Piano, 1899; destroyed by fire in May 1945




¿Es posible vivir (o padecer) una experiencia extrema del sentir, esto es, un arrebato, una exaltación, en el meollo de la delicadeza o el sigilo de la dulzura?  ¿Cómo es posible? Me refiero a si puede aparecer Dionisios en el centro de las estancias de Apolo, sin que lleguen a enfrentarse. ¿Será eso posible? No lo sé, no puedo corroborarlo, pero eso es lo que siento cada vez que escucho esta fantasía de Schubert: un arrebato en el tiento, un templado frenesí, una sutileza dándole fuste al desborde del sentir. 






lunes, 11 de febrero de 2019

La lucha por la existencia espiritual versus una Filosofía del Resentimiento, lacl (Konrad Fiedler, Herbert Read) / To Hell with Culture (2014) - a film about Herbert Read, art and anarchism / Britten: War Requiem / John McLaughlin - Stella by Starlight & My Favorite Things - Live at Berklee Valencia Campus






La lucha por la existencia espiritual versus una Filosofía del Resentimiento, lacl



“…La actividad artística comienza en el momento en que el hombre se encuentra frente a frente con el mundo visible como con algo terriblemente enigmático… En la creación de una obra de arte el hombre se entrega a una lucha con la naturaleza no por su existencia física, sino por su existencia espiritual…” (*)

Konrad Fiedler

Con esta sucinta y contundente cita abre su libro “Imagen e idea” Herbert Read. Ese acrisolado planteamiento lo he llevado desde mis años mozos inscrito en el reverso de mis pensamientos, que es como decir que lo llevo estampado en la frente de mi sentir. Read confiesa que es a partir de Fiedler que él desarrolla su teoría de que el arte ha sido, es y será una herramienta fundamental del asentamiento de la conciencia humana. Nunca pude conseguir los textos de Fiedler. Ahora, pasados los años, quizás pueda lograrlo apoyado en los recursos de la digitalización.

Hoy, cuando reviso mi pasado, me veo cruzando aquella misma esquina, emocionado de saber que hubo, hay y habrá algunas gentes con sentido común.

Por aquellos días -entre los 70 y 80- rebatía yo, reiteradamente, a algunos compañeros que creían, a pie juntillas, que caballeros como Marx y Engels y su clan de gorreros -ese séquito ataviado de ideólogos con gríngolas- eran (y, lamento confesarlo, al día de hoy algunos aún enarbolan esa prédica) los seres llamados a transformar al hombre y su legado, en un paraíso en la tierra, gracias a fórmulas traídas de los cabellos y por medio de las cuales se diseña la creación de un nuevo súper hombre, modelando a la masa como se amasa la plastilina, para forjar  muñecos dúctiles a los manejos de quienes les quieren siempre sumisos y sumidos en el papel de pasivos actores de la escena.

Con el paso de los días aprendí que esa “Filosofía del Resentimiento” que les anima (no puedo denominarla de otro modo) es el único móvil de una secta de pseudo revolucionarios de una no sé si bien o mal llamada izquierda. Le acomoda bien a los holgazanes del espíritu y de la obra esa tal “filosofía”. Jamás en sus vidas se leyeron unas tres líneas de Marx ni de Proudhon. Lenin les pareció siempre un ladrillo. Trotsky, un marciano equivocado. Tampoco es que haga mucha falta, pero (¡cojones!) que los mismos defensores de las tesis del socialismo totalitario no se lean a sus príncipes y adalides es como para mandarlos al carajo sin mediar otra palabra. Les basta apuntalarse con aires de sapiencia en su “Filosofía del Resentimiento” para imponer la promesa de un Paraíso que no existe ni en la más abandonada y soledosa confesión en alguno de esos súbitos y fortuitos encuentros ante el rostro que les devuelve el espejo del baño, ese rostro que les acusa como una patada en el ombligo de su miseria. Pero ellos han aprendido a no contemplarse en ningún espejo, y pueden justificarlo alegando que no hay tiempo para las petulancias del ego. Son unos relamidos sinvergüenzas.

Esa “Filosofía del Resentimiento” no es más que un burdo falsete, un ejercicio neo-positivista del confort ataviado con ornatos de temple igualitario. Y no hay cultor de tal escuela (aunque es una escuela que no se ha incluido de manera correcta en la carga académica de las universidades) que no sea, en realidad, otra cosa que un vivián, un holgazán o un embaucador cuyo verdadero catecismo se levanta de un sucinto manual de slogans y consignas de ocasión. Jamás se les ha cruzado por la cabeza que el trabajo creativo es el único resorte que logra mover almas y montañas.

Cuando decimos que es por el camino del arte que el hombre puede realmente transformar, para bien, su humana realidad, es porque el hacer y el quehacer estéticos forman parte esencial de toda vida, son componentes vitales de la intimidad que se asoma a contemporizar con el entorno, con ese enigma que encarna en madre natura.

He de volver sobre mis pasos, pues me ataca la sensación de que no he seguido insistiendo, como debiera -al menos, para mi propio sendero y beneficio-,  sobre la importancia que cobra, al día de hoy y en este preciso instante, nuestro abocamiento a una educación por y para lo bello. Porque hemos lanzado al “almacén de inservibles” todo trabajo, actividad u obra que nazca del culto del espíritu, de la sensibilidad, de nuestra facultad de conmovernos, de esa soberanía interior a la que se le eriza la piel con los cantos del viento en las florestas, es que hemos perdido la ruta. Es un trabajo y tiene mil veces mayor carga de valor para nuestra subsistencia que cualquiera otra actividad servil.

Lo que acentúa Read del pensamiento de Fiedler es, por una parte, la visión del arte como una necesidad, en el sentido de un espíritu necesitado de expresión, en contraste con la burguesa noción del arte como un pasatiempo, y –a no dudarlo– la existencia de una imaginación espiritual. Ello me llevaría luego a enlazar estos planteamientos con aquella idea de una poesía y un arte necesarios que Rainer Maria Rilke le esboza a Frank Kappus en las denominadas “Cartas a un joven poeta”. Se escribe por necesidad, le dice Rilke a Kappus. Si luce como una perogrullada, es una perogrullada olvidada: nuestro fuero interior necesita de algo más que pan y vestido. Borges lo expresa como una misión del vivir: “Revelar belleza”, expresó. A lo que luego agregaría: “Y sólo se puede revelar belleza que uno ha sentido”.

Volvamos con Read:

“…Lejos de ser un juego, un gasto de energía sobrante, como pretendieron antiguos teóricos, el arte en el albor de la cultura humana fue la clave de la supervivencia, fue un aguzamiento de las facultades esenciales para la lucha por la existencia…” (*)

Tal parece que muchos de los “modernos teóricos” piensan de manera similar a esos "antiguos" que nos refiere Read en ese libro que hoy debemos rescatar. Yo estoy cada día más convencido de que el ser humano no saldrá jamás del atolladero que él mismo se ha creado, si no es cabalgando sobre una educación por y para el arte. Y que todo aquello que se asemeje a una filosofía del resentimiento no es más que un cascarón vacío.

Salud!
lacl, 11 de Febrero, 2019.

(*) Herbert Read, Imagen e idea, FCE, de la edición de 1975.





Konrad Fiedler


To Hell with Culture (2014) - a film about Herbert Read, art and anarchism  /  Britten: War Requiem  /  John McLaughlin - Stella by Starlight & My Favorite Things - Live at Berklee Valencia Campus















lunes, 4 de febrero de 2019

Los dolores del alma, Días de bruma, lacl, fragmentos / Epitafio de Seikilos - Música de la Antigua Grecia





Los dolores del alma
nos ponen a caminar,
con sigilo, sobre una
intangible soga
ensangrentada.
Y, aceptado el reto,
nos corresponde
llegar a la otra orilla.


*  *  *

El boceto anterior es una secuela o respuesta a este otro fragmento del manuscrito:


He pasado muchos
días conmovido
(y triste, por qué
no decirlo),
al ver cómo
se extingue
la llama
de mi hermano,
pero confortado
en la certeza
de haber podido
constatar
que estamos hechos
de algo más
que piel
y huesos.
Que el espíritu
se sobrepone
a la carne.
Y que el soplo
que nos anima
es potencia
silente, tan sólo
porque somos
sordos
de corazón
a lo largo
de nuestra vida,
salvo en regaladas
y milagrosas
ocasiones en que
nos permitimos
prestar oídos
al cosmos.
Rómulo
ha vuelto
al origen…


*  *  *

Días de bruma

Apuntes y fragmentos de vida, amor y muerte
de un amanuense griego al servicio del Imperio

Simónides Románico - Roma - Circa 248 DC

Hermes Alejandrino, Custodio

luis alejandro contreras, bid&co. editor. Colección Poetas del Hispanomundo. Caracas, 2013


* * * * * * * 


Epitafio de Seikilos - Música de la Antigua Grecia

Agregamos la nota colocada en la publicación original de este registro en la red youtube:


El Epitafio de Sícilo (en griego πιτάφιος το Σεικίλου) es la más antigua melodía escrita que se conoce. Es parte de una inscripción griega escrita en una columna de mármol puesta sobre la tumba que había hecho construir un tal Sícilo para su esposa Euterpe, cerca de Trales (en Asia Menor), actual ciudad de Aydın, a unos 30 km de la ciudad costera de Éfeso (en Turquía), y datada en el siglo I aproximadamente.



Fue descubierto en 1883 por Sir W. M. Ramsay en Turquía y conservado en un museo de Esmirna hasta que se perdió durante el Holocausto de Asia Menor (1919-1922), en el que la ciudad de Esmirna fue devastada. Posteriormente se rencontró, desgastada en su base y con la última línea del texto borrada, en poder de una mujer del pueblo que la usaba para apoyar una maceta. Hoy se encuentra en el Museo Nacional de Dinamarca, en Copenhague.

La melodía, escrita en modo frigio en la adaptación escrita e hipofrigio en la reproducción de audio y género diatónico, se desenvuelve en un ámbito de octava justa. La canción es melancólica, clasificada como skolion o ‘canción para beber’.
Se desconoce la velocidad (tempo) de la canción, ya que no está explicada en la notación. Todavía se considera a este escolión de Síkilos como la composición musical conservada completa más antigua que se conoce.


Interpretación:

Gregorio Paniagua: lira

Beatriz Amo: voz


Taller de Música y Canto de la Biblioteca Pop. Diego Pombo