Quisiera poder decir que tiempo y 'tempo' son
caudal del que dispongo a manos llenas, pero la verdad es que, en los últimos
años, tiempo y 'tempo' me han sido como expoliados. No sé, a ciencia cierta, si
es un problema un tanto más imputable a una pérdida de capacidad en lo que toca
al roce que con el tiempo exterior ha de tener mi esencia o si se trate quizás
de un caso de extravío en el laberinto del ‘tempo’ interior. Lo cierto es que
la tesitura de mi alma no se explica la ausencia de ese gozoso fenómeno como de
estiramiento del durar en el que, en tiempo pasado, tanto me recreara de un
modo natural. En mi descargo voy a decir que tengo la impresión de que el
afuera ha operado como un Atila invasor, un Barrabás que nos ha hurtado el
gusto por todo detenimiento; un afuera que corre ahora, a nuestro alrededor,
como un carrusel que asedia y envuelve nuestra visión, colmándola de
desafueros. Constatar que se han robado algo así como el alma del colectivo ha
resultado para un servidor, más que un trance doloroso, un acto asqueroso. La
náusea es el plato de la hora. Y pretenden que de ese plato hagamos ingesta
generosa. Pero nada de generoso puede haber en un complot que pretenda que
vileza sea la carta magna de nuestro diario trajinar. Nos cuesta respirar, en
lo colectivo y en lo personal. Dicho esto, una vez que rescate ese eslabón
perdido (si es que lo rescato, aspiración cardinal), nada habrá de ser más
natural que la vuelta al gusto y regusto por toda demora que nos incite, aquí o
allá, a volar…
(lacl, 01 de Julio, 2017, 10:00 pm)
*******
En virtud de lo dicho en las últimas líneas de la semblanza de arriba, dejamos acá estos vuelos... Nada como estos aires para demorarnos a gusto.
En virtud de lo dicho en las últimas líneas de la semblanza de arriba, dejamos acá estos vuelos... Nada como estos aires para demorarnos a gusto.
GILBERTO GIL E CAETANO VELOSO
No hay comentarios.:
Publicar un comentario