(dos
de la tarde de un caluroso
dos de
mayo en la ciudad,
en un
restaurante solitario…)
Hay una gran desolación
en nuestros corazones
no encuentran espacios
dignos de contemplación
en este exuberante jardín
de flores recortadas
por un impostor ataviado
de gnomo encantador
se sueñan entonando una balada
en medio del desierto
y no encuentran un solo pedazo
de tibia arena
preservada de humana razón,
un fragmento de suelo vivo
en salvaje y abrasadora soledad...
hacen silencio hacia fuera
porque en ellos persiste el canto
de una comunión,
porque en ellos se mantiene
la esperanza de volver
a la tierra con el único fin de
lamerla
o, con su venia, sentarse a
escuchar
el canto de pájaros esquivos
en el fondo, quieren amarse unos a otros,
corazones hombres, corazones mujeres,
sin que ello tenga que significar
el extravío de la senda individual,
pues
sólo pueden amarse
en lo que tienen
de piedra
luz
y
árbol,
en lo que tienen de
arroyo,
fuego
y
sombra;
pero el corazón del hombre solitario
sueña (y en su sueño se queda)
su
amor por una mujer que tenga
de mujer la infancia de
las
cosas y la
serpenteante
hembrura de la luna
entre las nubes
y el corazón de la mujer ensimismada sueña (y en su sueño se queda)
el querer amar a un hombre
que porte en su pecho
el rumor del viento.
Tan sólo eso.
Somos niños
Somos niños, niños
Hay una gran desolación en nuestros corazones.
Somos niños, niños
Somos niños
lacl, texto inédito, forma parte de un viejo cuaderno intitulado Mientras dure. .
Tom Waits - No Visitors After Midnight
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