Extraordinario legado. Miyó Vestrini zurciendo en torno al traducir. Con dos de los nuestros: Julieta Fombona y Juan Luis Delmont.
El mundo, la sociedad, el entorno en que se vive, pueden cambiar o migrar por obra de la fuerza. En tan sólo tres o cuatro décadas una promesa puede ser convertida en purgatorio, por decir lo menos ácido y realista de aquel mirar que contempla lo grotesco donde se vaticinaba una Arcadia. Eso dicen algunos especialistas en el arte de enajenar colectividades para convertirlas en un pais de siervos. Estamos en el año 85. Estertores de un dilapidado siglo 20. Pero es un drama en creativa ebullición. Un "drama en gentes", parodiando a Fernando Pessoa. Una colectividad intentando traducirse, mientras los sastres especialistas en púrpura (ahora recuerdo a García Lorca) tramaban cambiar el tablado para montar su "nuevo" y desalentador sainete...
Encomiable la labor de Letra Muerta, al haber realizado la transcripción de esta publicación.
Un extracto de la antesala que proponía Miyó Vestrini, el cual habla en cierta manera de una parte de nuestra psique colectiva:
"... Juntos, están compartiendo la lengua de Jacques Lacan. Traducen lo que muchos estiman intraducible: los seminarios que el maestro dictó durante treinta años. Proeza que, según ellos, no lo es. De hecho, ningún traductor serio reconoce hacer buenas traducciones. Forma parte del imposible. De todos modos, estas traducciones son las oficialmente aceptadas. ¿Cien puntos para el país? ¡Ridículo!, responden al unísono: el país no necesita calificaciones. Está lleno de excelencias. El problema es que los venezolanos, y el propio estado, pensamos en términos negativos..."
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Para quienes deseen conocer la fuente de este trabajo. El enlace en el que publicaron este diálogo de traductores es el siguiente:
https://letramuertaed.com/miyotraduccion/#comment-8836
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