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La muerte no tiene fin porque la mar es el morir.
lacl, adagios del amanecer, 05 08 2021
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Al culto le toca, en veces, como al luto, ir por dentro.
lacl, adagios del amanecer, 05 08 2021
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Somos esta transpiración silente o acaso susurrante que nos une...
lacl, adagios del amanecer, 05 08 2021
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La vista duele ante las desmesuras que contempla. ¿Cómo no va a ser, si le duele hasta la blancura?
lacl, adagios del amanecer, 05 08 2021
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En lo que concierne a credulidad son muy escasas las reservas de esperanza.
lacl, adagios del amanecer, 05 08 2021
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Los perversos creen que sus días son infinitos; los inocentes saben que su noche les libera.
lacl, Adagios del amanecer, 9 de agosto de 2021
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Anotaciones Android
Sobre la burocracia de los partidos.
Los gobiernos son temporales, aunque suelen instalarse en el poder o intentan hacerlo siempre, para apoderarse de las funciones del estado; se supone que el estado sea una noción supra temporal y superior a la idea de gobierno, pero los políticos y sus ya acostumbradas mafias son los primeros en caerles a patadas a cualquier noción institucional que pueda fungir en servicio del ciudadano. Quienes hacen que las tareas en pro del ser humano funcionen son las personas, individualidades que, sumadas una a una, se juntan para que las cosas marchen y no esas sectas que llamamos partidos, con su burocracia de relojería y su pacto para el hurto organizado y vestido de institucionalidad.
Cuando se comprenda (si es que se comprende) que el individuo, esa maravillosa e indivisa noción que comporta la persona humana, es una entidad superior a toda propuesta de organización y a cualquier resquicio en el que se enquista el "espíritu de competencia" acaso los partidos pasen a transformarse o convertirse en movimientos verdaderamente encausados en pro del humanismo. Quizás sea algo que no se logre nunca debido, precisamente, al estupidizado y enfermizo espíritu de competencia.
lacl, Anotaciones Android, 10 de Agosto, 2021.
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Retrospectiva. A propósito del arte, lacl - Man Ray.
Hace varios años divulgué, en una página personal, un álbum de fotos sobre la exposición de Man Ray y su arte realizada en Bogotá. Conté con la fortuna de viajar por esos días a la bella ciudad. Cuando alguien me preguntará la razón de tomarle fotos a las fotos o de reproducir el arte en mí página personal, esto fue lo que respondí:
" Por eso la he subido. Porque me pareció necesario. Un siglo no es prácticamente nada en la vida del hombre, visto como especie. Pero algo me dice que, cada vez, hay menos libertad para el insubordinado albedrio de las artes expresado en gentes que se juntan por pura necesidad de conjunción. Los grandes movimientos estético-poéticos que germinaron en y con la vertiginosa modernidad, murieron al cantar sobre la virulencia en que nacieron. El hombre se ve acorralado hoy más que nunca. Para el artista o el poeta eso no es nuevo; pero del mismo modo se ve siempre más acorralado. En la actualidad, un auténtico artista (sea un poeta, un pintor, un músico o un actor soñando con develar el humano sueño) tiende, por el natural impulso que ejerce una voraz deshumanización, a cultivar sus artes en un claustro, en honras al silencio y haciendo valer la soledad. No estoy diciendo que no haya quienes cultiven arte o poesía (yo intento ser uno), ni que no sientan la necesidad del conjuntarse, sino que me parece que un masificado, anónimo y robotizado mundo moderno acorrala de tal modo al individuo, que cada vez lucen más milagrosos esos fenómenos artísticos que se vieran a principios del siglo pasado. Vivimos en una edad media plena de luminosidades. No es una nostalgia de pasado, porque -siendo poeta o artista- jamás me habría visto yo en mis aguas siendo partícipe de un movimiento X o Z, no está en mi naturaleza. Pero sí pretende ser mi comentario un señalamiento a la inexorable pérdida de libertad en que vivimos. Disculpa una respuesta tan extensa, pero es que ahora entiendo por qué me embelesó tanto ese paseo por la muestra de Man Ray y los museos bogotanos. Salud! "
"...Me rebelé entonces contra mi aparato fotográfico y lo tiré. Tomé cuanto me caía en las manos, la llave de mi habitación de hotel, un pañuelo, lápices, una brocha, un pedazo de cuerda. No estaba obligado a bañarlas en el líquido. Los depositaba sobre papel seco y los exponía a la luz durante unos segundos, como si fueran negativos. Estaba muy excitado y me divertía muchísimo..."
Man Ray.
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