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lunes, 29 de febrero de 2016

Fragmentarias. Nietzsche. La mujer de la República platónica.


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La mujer de la República platónica. Sobre el particular, no hay ninguna ofensa contra la mujer heroica de la poesía, tampoco contra la mujer ateniense. La voz de la naturaleza habla a través de ellas con un sabio sentido (Pitia, Diótima). Tácito. Que el lugar ocupado por la mujer en Grecia haya sido antinatural es algo que se rebate por los grandes hombres que de ellas nacieron. Es difícil corromper a la mujer: permanece igual: insignificancia de la esencia de la familia. El niño es educado para el Estado. Si el Estado es malo y es enajenado de su determinación cultural, la educación de la familia es una ayuda necesaria.  Esto es lo afeminado en nuestra cultura, lo que afemina la concepción del mundo: los hombres griegos son crueles como la naturaleza. Las representaciones ilusorias de las mujeres son distintas que las de los hombres: dependiendo de que unas u otras venzan en la educación tendrá la cultura algo femenino o masculino. El amor fraterno de Antígona. Para el Estado la mujer es la noche: dicho más exactamente, el sueño: el hombre es la vigilia. Ella no simula, es siempre igual, una recaída en la naturaleza curativa. En ella sueñan las generaciones futuras. ¿Por qué la cultura no ha sido femenina? A pesar de Helena, a pesar de Dioniso.
 
Lugar correcto de la mujer: despedazamiento de la familia. ¿No es en eso el hombre peor a causa de las horribles exigencias que el Estado le plantea? La mujer tiene que dar a luz, y por eso tiene que vivir,  como la planta, de la mejor profesión del hombre, Láthe biósas. * No trabajan, son holgazanes según Hesiodo.  

 * Láthe biósas. “Pasa desapercibido mientras vivas”. Ese es el ideal del sabio epicúreo.

Friedrich Nietzsche. Fragmentos póstumos sobre política.

Editorial Trotta, Madrid, 2004.

Portada de otra gran obra suya, aún cuando el propio Nietzsche la rechazara: El nacimiento de la tragedia.





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