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Extracto de un
añejo comentario, a propósito de los serenos de las ciudades de ayer, ambos,
meros recuerdos de un mundo en el que el tiempo era capaz de cubrir hasta a los
sueños de lo vivido de un ocre color y a las utopías de un prometido mañana de
una como acre e incierta fragancia. Mundo de ayer le llamaría Zweigg… Y sin
embargo, debo acotar que el sereno de esta madrugada vino envuelto en el traje
de un zancudo que más semejaba, con sus cantos, la barrena de un kamikaze
japonés de la segunda guerra…
(lacl)
“...pero el
cruce del azar me invita a dejarles algo aquí. Especialmente para los amigos de
la Península, pero también de todo el mundo en donde los becarios del desafuero
andan pregonando las mieles de un socialismo totalitario, cuyo mejor antifaz es
el de disfrazarse de igualitario...
Por cierto,
luego de varios meses de frustrada protesta ciudadana en nuestras calles, el
aire se ha vestido de pusilanimidad y silencio. No hay nada contra lo que no
pueda un Mundial de Fútbol...
Lo que me
lleva a recordar la figura del Sereno, ese caballero que, antaño, vagaba en
soledad por las calles, mientras vigilaba la correcta iluminación de los
candiles y que no se estuviera cometiendo alguna contravención o tropelía...
"...Las
tres en punto! Todo está en calma... Tranquilo y sereno..."
Así me ha
contado siempre mi madre que rezaba el sereno. Eran calles silenciosas, más
sosegadas que las de hoy. Y, sin embargo, un gran cepo tenía aprisionadas las
gargantas de todo un país… Y un solo hombre disponía la suerte de cada una de
ellas… Cosas veréis…
10 de
Noviembre 2014
Y dejamos aquí la imagen de un serenador...
Demolición de La Rotunda 1936
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