¿Qué es el trance poético?
Si no pienso en ello acaso lo sepa
en mi intuición,
pero si me lo preguntan, no lo sé.
Me lo figuro como un olvido de sí,
pero solamente es posible
un olvido de sí internándose
en ese sí interior.
Uno se adentra en la Gruta
y al entrar pierde el olvido,
deja de llamarse fulano,
entra en contacto con lo hondo
y, acaso, oscuro,
con sombras que iluminan
en la oquedad
que da la espalda al otro mundo,
aquel del día en que se desplaza
nuestra incertidumbre,
repleta de palabras huecas al vuelo
y despintadas vanaglorias.
Y sólo por eso
los párpados aman ese momento
en el que bajan el telón de fondo,
pues llegada es la hora del mirar,
llegada es la hora de la escucha.
lacl, al cruzar la curva de la medianoche, enfilado a otra Primavera
9 de febrero de 2024
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