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lunes, 19 de febrero de 2024

Guarida de los poetas. ¿QUE ES LO QUE NO HA IDO BIEN? Robert Graves. / LA DIOSA BLANCA.



Hace muchos años que era mi deseo colocar aquí este ensayo de Robert Graves que a mí tanto me place leer. Graves es uno de los poetas que más claramente ha versado sobre los temas poéticos y su significación para con la humanidad, su peso específico en el orden espiritual y anímico de aquello que conocemos como civilización humana. Comenzando por su estudio mitográfico sobre los orígenes de la poesía y el tributo a la DIOSA BLANCA como generatriz propiciadora de todo poema. El ensayo presente es, en cierta forma, una síntesis de lo que plantea en el referido estudio, el cual aconsejamos a todo lector que desee adentrarse en aguas más profundas. Robert Graves siempre tuvo una posición muy clara en torno a los ámbitos de la actividad Non servil que ocasiona toda creación poética y de la actividad servil que, como tal, signa el jornal de cada día en toda polis. Cuando se refiere al poder del dinero se refiere es a quienes viven solamente enfocados en su producción sin más. De allí la aclaratoria que hiciera en el prólogo a LA DIOSA BLANCA y en diversas entrevistas y escritos, donde aclaraba que el dinero lo obtenía con actividades dirigidas a ese fin, como por ejemplo la escritura de novelas con las cuales poder sufragar la manutención de su familia y la suya propia. Pero en lo que toca a poesía siempre apartó el tema del dinero y creo que lo hizo bien, pues como me apunta siempre mi adorado tormento: no hay que confundir los fines con los medios, el dinero es un medio, no un fin...
lacl.


¿QUE ES LO QUE NO HA IDO BIEN? Robert Graves.

Se le puede seguir la pista a la raza humana desde unos seis millones de años hasta el hombre primitivo (impropiamente llamado homo oreobates o el “escalador de montañas”) que se encontró fosilizado hace unos pocos años en un depósito de lignito en Italia. Unos cuantos millones de años detrás de él encontramos otro antepasado: un lagarto de tres ojos que aún existe. Detrás suyo llegamos eventualmente a los orígenes unicelulares que ni siquiera poseen variantes masculino-femeninos. Una pregunta de mucho interés que se plantean los científicos, los historiadores y los filósofos más importantes es: ¿cómo pueden ser detenidos los grandes cambios en las condiciones de la vida terrestre causados por la mecanarquía incontrolada, antes de que la raza humana sea exterminada? Los peligros se diagnostican fácilmente pero ¿quién tendrá el poder de corregirlos? 

Puesto que estos peligros han sido introducidos sobre todo por los europeos y puesto que la prehistoria europea está basada directamente en los mitos griegos, el mejor enfoque a la pregunta ¿qué es lo que no ha ido bien? es quizá a través suyo. El mito de origen más antiguo preservado por Plinio en su Historia Natural, por Homero en la Ilíada y por Apollonius  Rhodius en su Argonáutica, hacen que Eurinome (la que gobierna todo) sea la responsable de la creación del mundo desde el Caos. En The Greek Myths he reescrito la historia de la siguiente manera: 

Al principio, Eurinome, diosa de todas las cosas, ascendió desnuda desde el Caos, pero no encontró nada firme para descansar sus pies y separó por eso el cielo del mar bailando sobre las olas. Bailó hacia el Sur y el viento que se levantó detrás de ella le pareció algo nuevo e insólito con el cual podía empezar su obra de creación. Dando vueltas, pudo atrapar este viento del Norte, lo frotó entre sus manos y he aquí, la gran serpiente Ofión! Eurinome, para calentarse, bailaba con más y más desenfreno, hasta que Ofión, poniéndose sensual, se enroscó alrededor de esas piernas divinas e hizo el amor con ella. Este viento del Norte, que también se llamaba Bóreas, fertiliza y por eso las yeguas vuelven sus patas traseras al viento y crían potros sin la ayuda del caballo. Del mismo modo Eurinome se encontró encinta. 

Más tarde asumió la forma de una paloma que incuba sobre las olas y al llegar el tiempo apropiado, puso el huevo universal. A su ruego, Ofión se enroscó siete veces alrededor de este huevo hasta que el cascarón se dividió en dos. Cayeron entonces sus hijos que son todas las cosas que existen: el sol, la luna, los planetas, las estrellas, la tierra con sus montañas y sus ríos, sus árboles, hierbas y creaturas vivas. 

Eurinome y Ofión vivieron sobre el Monte Olimpo donde él la enfureció al jactarse de que había creado el Universo. Al instante le golpeó la cabeza con su talón, le sacó los dientes de una patada y lo expulsó a las cuevas oscuras bajo la tierra.

Parece ser que no hubo dioses (pero sí diosas) en Europa, hasta la invasión de Creta por una flotilla de semitas patriarcales. Este hecho está conmemorado en el mito de cómo Zeus, en forma de toro, transportó en su lomo a la diosa Europa, nadando desde Palestina hasta Creta. En realidad no la secuestró: ella era nativa de Creta y la pintura que originó el mito la mostraba montada sobre él como prueba de su dominación.  Más tarde, una horda de nómadas patriarcales del Asia Central, invadió Grecia y tomó posesión de ella en nombre de su poderoso dios del trueno, Zeus, Grecia era un país agrícola y la agricultura estaba bajo el control de la diosa Deméter “Madre de la Cebada”. También estaba muy adelantada en la artesanía regida por la diosa Atenea. Atenea, igual que Hera, la diosa más importante del Peloponeso, provenía de Libia y tenía un culto totemista: su tótem era un búho, el de Hera un pavo real. 

Hubo un periodo en el cual seis estados griegos matriarcales bajo el dominio de Hera y seis patriarcales bajo el dominio de Zeus formaron una federación, pero luego estalló la guerra civil. El mito muestra a un Zeus impotente que fue atado a su trono por instigación de la diosa Hera, pero muy pronto liberado por un monstruo llamado Briareus —es decir, un grupo de aliados extranjeros de Macedonia y Magnesia. Zeus se vengó de sus enemigos: colgó a Hera de un gancho en el Olimpo con un yunque atado a sus pies y humilló en forma parecida a las otras deidades. Esta parece haber sido la ocasión en que Atenea —que no había participado en la guerra- fue obligada a renunciar a su control de la alfarería y el tejido y admitir que había nacido por segunda vez de la cabeza de Zeus como la diosa de la sabiduría. 

El balance original de seis contra seis en el consejo divino de dioses y diosas, cada uno con su representante humano, fue destruido al principio de la era clásica con el desplazamiento de Hestia (Vesta), la diosa del hogar, por Dionisio, el dios de los misterios; las mujeres en el divino consejo de los dioses fueron reducidas a una minoría de cinco contra siete y aunque aún se les permitía participar en sus secretos misterios femeninos, no tomaron ninguna parte activa en el gobierno. Los estados habían sido gobernados con tiranía por herencia divina y fue hasta mucho tiempo después que el balance inconstante de partidos políticos que dependían de los votos, reemplazó la tiranía. Fue Pericles el que estableció el diseño. Su consejera no era ni una reina, ni una sacerdotisa, ni su esposa, sino una amante sin título. 

La posición de la mujer empeoró aún más cuando la religión de los griegos, adoptada sin cambio radical por sus conquistadores romanos, fue reemplazada por el cristianismo. El dios toro semítico. El, a quien Teseo el Ateniense destronó en nombre de Zeus —cuando mató al minotauro en Knosos— había sido primero el dios de los judíos, luego el dios de los cristianos y después el dios de todo el mundo greco-romano. La ineptitud o la falta de deseo de la mujer para controlar la dominación masculina sobre las artes, las ciencias, la industria, las finanzas y la política, ha permitido que se produzca ahora la más reciente y la más sórdida conspiración de palacio contra Zeus. Los dioses interesados ya no son dioses amigables o nobles sino la chusma del Olimpo: sobre todo el pseudo-Hermes, dios de la diplomacia secreta, el pseudo-Apolo, dios de la ciencia y la tecnología incontrolada, el pseudo-Ares (Marte), dios de la policía secreta y la mafia-khaki, y Plusio, descarado dios de la fortuna que no hace nada para distribuir comida superflua a pesar de que era hijo de Deméter, diosa de la cebada y de Iasión (curandero). 

El Dios cristiano, a quien esta junta de conspiradores divinos está desplazando y al cual millones de hambrientos llaman en vano, no se puede defender recurriendo a la mujer. Como Zeus, se había merecido el odio perpetuo de Hera, y como Jehová, había escondido su matrimonio con la diosa Ashera con quien originalmente compartió el templo de Salomón en Jerusalén. Los hombres están perdidos sin el amor mágico y protector de la mujer y ambos sexos pierden poder a menos que puedan tomar refugio en las artes manuales y en el compañerismo constante. Las máquinas, que se suponen que asisten al hombre ahorrándole tiempo, destruyen la habilidad natural y reducen al hombre y a la mujer a algo poco mejor que una máquina. Los placeres de antes desaparecen: muy pocas casas tienen jardines, poca gente sabe cocinar, pocos leen, pocos juegan, pocos toman paseos largos, pocos piensan por sí mismos, pocos tienen convicciones religiosas y pocos aman seriamente. Muy poca arte gráfica salvo la comercial, se exhibe hoy en día; casi no se escriben poemas salvo como ejercicios experimentales sobre lo incomprensible o lo obsceno; la música se escucha con demasiada frecuencia y a todo volumen por la radio y es muy poca la gente joven que aún puede cantar las canciones tradicionales de sus padres. 

El indiscriminado uso de la invención científica que no le da importancia a las consecuencias y se interesa únicamente en la ganancia comercial, está envenenando la tierra, el mar y la atmósfera a un grado tal que amenaza con destruir muy pronto a las poblaciones de centenares de millones de individuos.  ¿Qué es lo que no ha ido bien?  La substitución del matriarcado por el patriarcado condujo a la substitución del patriarcado por la democracia, de la democracia por la plutocracia y de la plutocracia por la mecanarquía disfrazada de tecnología. 

Hoy en día, la tecnología está en guerra abierta contra la artesanía y la ciencia en guerra secreta contra la poesía. El significado original de estos términos ha sido olvidado desde hace mucho tiempo. Artesanía en anglosajón significa ‘inteligencia’ con ‘astuto’ (crafty) como su adjetivo. El vocablo era aplicado sobre todo a la destreza manual para producir objetos útiles. Pero en los términos ‘artesanía y oficio’, el vocablo oficio toma una posición menos importante porque arte, su equivalente normando-francés, abarcaba la producción de una gama de objetos más nobles, de la misma manera que la palabra sajona ‘taburete’ (en alemán stuhl) llegó a significar una silla humilde sin respaldo,  mientras que ‘silla’ (en griego kathedra) era lo que la gentileza normando-francesa usaba como símbolo de  su propia importancia -un taburete con respaldo, con brazos y banqueta. Esta distinción social entre el taburete y la silla aún existe; se le ofrece a uno el taburete del arrepentimiento o el taburete del tonto, pero también la cátedra de la filosofía. 

‘Tecnología’ es un nombre griego compuesto que significaba originalmente ‘el asunto de la artesanía’ pero que ahora significa ‘la aplicación de la mecánica a la manufactura’, y la ‘manufactura’ que originalmente significaba ‘hecho a mano’ y casi siempre implicaba labor dura, ha llegado a abarcar la producción de bienes por medios casi totalmente mecánicos. Así pues, un jersey hecho en la casa ya no puede llamarse una manufactura —es un producto de la artesanía. En cuanto a la guerra secreta entre la ciencia y la poesía, uno debe estudiar sus significados originales para que tenga algún sentido. Ciencia que significa el arte de saber es el equivalente latín de la palabra griega ‘filosofía’ que significa ‘amor a la sabiduría’. Y poesía (es extraño el número de científicos que lo ignoran) proviene del verbo griego poiein que significa ‘hacer’  o ‘fabricar’, lo cual explica maker, la antigua palabra anglo-escocesa para poeta, como en el famoso Lament for the Makers de Dunbar. La verdadera poesía hace que ocurran cosas. Muchos poetas jóvenes e ignorantes deben haber leído la Poética de Aristóteles esperando encontrar allí una discusión sobre la teoría poética; pero Platón, el maestro de Aristóteles había desterrado a todos los poetas de su república ideal y pretendía que el mito poético griego era absurdo en vez de ser historia tribal o cívica cristalizada en una forma dramática. Por eso la Poética de Aristóteles discute cómo son las cosas o cómo deberían ser para que sucedan —por todos los medios menos el poético. El poder de la verdadera poesía, al contrario de la versificación académica, es de una clase tal que los científicos no la pueden reconocer: el poema cuando alcanza un grado intenso, funciona en la quinta dimensión sin tomar en cuenta el tiempo. Varios descubrimientos matemáticos conocidos tales como los cuaternios de Rowan Hamilton, que lo iluminaron repentinamente un día mientras atravesaba el parque Fénix en Dublín, derivan claramente de un pensamiento pentadimensional: no están construidos sobre ninguna teoría parecida sino que dan un salto hacia el futuro. Sin embargo, los científicos desecharían como ‘ilógico’ un proceso similar al escribir poemas: es decir que el poema resultante no tiene ningún sentido en prosa lo suficientemente claro como para permitir una traducción exacta a otro idioma. 

Hace algunos años fui invitado a dar el Discurso de Blashfield en Nueva York y tomé el tema de Baraka —Baraka es el sentido musulmán de santidad que se adhiere a los edificios o a los objetos después de años de uso amoroso por gente de buen corazón. Baraka puede parecer un tema tonto o sentimental pero poca gente práctica negará que el domar una guitarra nueva o una máquina de escribir o un coche y, por así decir, humanizarlos para que no los decepcione, toma mucho tiempo, aunque uno haya usado la misma marca durante años. Un ingeniero de barco, especialmente si éste es escocés, a menudo establece una relación tan amistosa con sus máquinas que éstas de algún modo continúan funcionando después de haber sido dañadas casi irremediablemente. 

La ciencia ha llegado a implicar la creencia de que si arregláramos nuestra vida civilizada, cada ciudadano podría disfrutar de las mismas esferas mecánicas de ame­nidades y tendría todo el tiempo libre que necesitara: un tiempo libre que ahora generalmente ya no se pasa yendo a los pubs, a los cines o a las salas de variedades, sino oyendo la radio y viendo la televisión en casa. En alianza con ciencia y el dinero, la tecnología produce millones de objetos idénticos y espiritualmente muertos que por regla general tardan mucho más tiempo en humanizarse que lo que duran.  Los oficios no mecánicos, ejercidos por individuos o por un grupo muy unido, producen objetos que contienen elementos de vida en ellos. 

Lo peor que uno puede decir sobre la ciencia moderna es que carece de conciencia unida o por lo menos que se le ha obligado a aceptar el poder de Mammón. Mammón —o por lo menos el Mammón de la perversidad talmúdica— explota los descubrimientos de la ciencia para el beneficio de los financieros internacionales, permitiéndoles acumular más y más dinero con la esperanza de controlar eventualmente todos los mercados y los gobiernos del mundo. 

En tiempos antiguos, el uso de un descubrimiento científico estaba muy bien protegido por razones sociales —sino por los mismos científicos por sus gobernantes. Así pues, la máquina de vapor inventada en el Egipto ptolemaico que servía para bombear agua hasta la cima del famoso faro en la isla de Faros, pronto fue abandonada, aparentemente porque fomentaba la pereza entre los esclavos quienes previamente habían subido odres de agua hasta el faro. Lo mismo ocurrió con la temprana invención del molino de agua para moler el trigo: permaneció sin ser explotado por los romanos por las mismas razones que las de la bomba de Faros —hasta entonces, el trigo había sido molido en molinos manuales por los esclavos. Aún más notable fue la invención medieval de la batería eléctrica por los sufíes de Bagdad y su abstención de utilizarla comercialmente para dar luz, calefacción y fuerza, por miedo a que interfiriese con las artesanías tradicionales. También podemos citar el relato de Suetonio, de cómo un inventor anónimo vino hacia el emperador Tiberio y le ofreció enseñarle una nueva clase de vidrio. Dejó caer un pedazo al suelo de mármol frente al trono de Tiberio como por accidente.  Cuando el pedazo rebotó, Tiberio le preguntó al hombre si había divulgado el secreto de su fabricación a alguien y si era así ¿a quién?  El hombre juró que sólo él lo sabía y Tiberio lo condenó a muerte diciendo que esta clase de vidrio sería tan valiosa en la fabricación de joyas y vajillas que muy pronto el valor del oro se depreciaría y alteraría la economía imperial. 

Los aztecas mexicanos conocían la rueda. La usaban en los juguetes de los niños, pero la prohibían en los caminos por miedo a que pudiese ayudar a un ataque sorpresivo en la capital. A pesar de que las pirámides medievales, cerca de la ciudad de México, han sido cortadas con tal exactitud que sólo pudieron haber sido hechas con el uso de rayos láser, este secreto no fue divulgado entre los conquistadores españoles y tomó cinco siglos para descubrirlo de nuevo.

No hubiera sido necesaria la guerra entre la ciencia y la poesía ni entre la tecnología y las artes si el poder del dinero no hubiera forzado a tantos científicos y tecnólogos pobres y casados romper con lo que debería haber sido el juramento hipocrático de usar sus talentos solamente para el beneficio del hombre. El poder del dinero también aterroriza ahora a los periódicos más importantes a través del mundo. Hace poco traté de descifrar la decisión de la corporación Rio Tinto-Zinc/Torio de hacer un reclamo en el parque nacional Snowdonia -un distrito de antiguas tradiciones poéticas- para la minería del cobre de muy bajo grado, aunque el RTZT ya tenía 900.000.000 de toneladas cobre de alto grado en la isla de Bouganville  de Nueva Guinea. Sin embargo, cuando cité un reportaje que había salido en el Times hacía dos años (27 de agosto de 1950) sobre el alto contenido de uranio en las piedras de Dolgellau, que se ajustaba con el proyecto de RTZT ningún periódico de Londres, ni siquiera el Times, lo publicó. ¿Quizá una censura de la seguridad? Las cifras eran 2.8 partes por tonelada de óxido de uranio presente en un millón de toneladas de piedra....  El Times rehusó publicarlo alegando que sus abogados consideraron la carta difamatoria. Cuando les pedí detalles, no me los dieron.

Hace poco el mismo monopolio poderoso también ganó una base legalizada en el distrito de los lagos, un campo abierto con asociaciones poéticas más recientes, pero cuáles son los minerales o la tierra valiosa que se proponen extraer allí, no lo sé. En todo caso, aquí vemos a la ciencia, manipulada por Mammón, trabajando secretamente contra la poesía, que es como empezó a este argumento.


Robert Graves.

¿Qué es lo que no ha ido bien?

Ensayo incluido en el libro Los dos nacimientos de Dionisio, Barcelona, Editorial Seix Barral, 1980.


La diosa blanca












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