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miércoles, 28 de julio de 2021

Guarida de los poetas: De tal palo, tal astilla: Arseni Tarkovski y Andrei Tarkovski. Poemas en El espejo,

 


Nota bene: los videos se puede observar en YouTube al hacer clic en "mostrar en YouTube". 

No tengo ningún interés pecuniario o comercial al divulgar estos segmentos de una película que es una obra maestra; mi único interés es darlo a conocer entre quienes todavía no conozcan la filmografía de ese maestro que ha sido Andrei Tarkovski. 



De tal palo, tal astilla. Los poemas de Arseni Tarkovski no son menos contundentes que la obra fílmica de su hijo Andrei. Parecieran estar escritos con el filo de una navaja en el cielo de los oscuros pensamientos, otorgándole súbita luz al alma que los escucha. Acá dejamos las versiones de los poemas de Arseni que Andrei incorpora a su film "El espejo" y que el mismo Andrei lee, convirtiendo esas escenas en sublimes momentos en los que el arte se despliega en la psique del contemplador. Versiones de Irina Bogdaschesvski. Creo que en un futuro no muy lejano me intentaré una versión personal. 

Salud, lacl.

*******

 

POEMAS DE ARSENI TARKOVSKI QUE SU HIJO ANDREI TARKOVSKI DESPLIEGA Y LEE EN SU FILM EL ESPEJO, OBRA MAESTRA.  



I. 


Los primeros encuentros


Cada instante de nuestros encuentros

celebramos, como una presencia Divina,

solos en todo el mundo. Entrabas

más audaz y liviana que el ala de un ave;

por la escalera, como un delirio,

saltabas de a dos los escalones, y corrías

a través de las húmedas lilas, llevándome lejos,

a tus dominios, al otro lado del espejo.


Cuando llegó la noche, recibí la gracia,

las puertas del altar se abrieron,

y brilló en la oscuridad, en el espacio

la desnudez, y se inclinó lentamente,

y despertando, pronuncié: "'¡Benditas seas!",

y enseguida percibí la insolencia

de esta bendición. Dormías,

y para pintar tus párpados de aquel azul eterno

las lilas se inclinaron hacia ti desde la mesa.

Tus párpados azules ahora estaban

serenos, y tibias tus manos.


En el cristal se percibía el pulso de los ríos,

el humo de los cerros, el resplandor del mar,

y una esfera en la palma de la mano sostenías,

de cristal, y dormías en el trono,

y ¡oh Dios Santo! eras mía solamente.


Al despertarte, había transformado

el común lenguaje cotidiano

y con renovada fuerza se colmó la garganta

de vocablos sonoros, y la palabra "tú", tan liviana,

quería decir "Zar" ahora, revelando su nuevo significado.

De pronto, en el mundo todo ha cambiado,

hasta las cosas simples, como la jarra, la palangana,

cuando se erguía en medio de nosotros, cuidándonos,

el agua, dura y laminada.


Fuimos llevados hacia el más allá,

y se abrían ante nosotros, como por encanto,

las ciudades milagrosas, y nos invitaban a pasar,

la menta se extendía bajo nuestro pies,

las aves seguían nuestro camino,

los peces remontaban nuevos ríos,

y el cielo se abrió ante nuestros ojos...

Mientras seguía nuestra huellas el destino,

como el loco, armado de una navaja.




II.


Te esperé ayer desde el alba,

se dieron cuenta de que ya no vendrás.

¿Te acuerdas qué tiempo tuvimos?

Fue una fiesta. Yo salí sin abrigo.

Llegaste hoy, y nos han preparado

un día singularmente sombrío,

la lluvia y una particular hora tardía.

Y corren las gotas por las ramas heladas

que ni las palabras podrían frenar,

ni secar siquiera un pañuelo.



III.


No creo en los presentimientos, tampoco me asustan las señales,

no huyo ni del veneno, ni de las calumnias.

La muerte no existe en el mundo, todos son inmortales,

todo es inmortal, no hay que temer a la muerte

ni a los diecisiete años, ni a los setenta.


Existe solamente la realidad y la luz.

No hay en este mundo ni oscuridad, ni muerte.

Estamos todos reunidos en la orilla del mar,

y soy de aquellos que recogen las redes,

cuando viene, en cardumen, la inmortalidad.


Sigan viviendo en la casa, y ella no se destruirá.

Convocaré a cualquiera de los siglos,

entraré en él, y construiré allí mi morada.

Por eso están conmigo sus hijos y sus mujeres comparten mi mesa,

pues, la mesa es una sola para el bisabuelo y para el nieto.


Lo venidero acontece ahora, y si yo levanto la mano,

quedarían cinco rayos de luz para todos ustedes.

Mis clavículas apuntalaron, como vigas, los días del pasado,

medí los años con cadenas de agrimensor, horadé el tiempo,

como si fuese los Urales, y elegí el siglo según mi estatura.


Bajamos al sur y levantamos el polvo de las estepas...

El pasto alto se alborotó, bromeó el grillo, tocó las herraduras,

nos auguró el futuro con sus bigotes,

y me amenazó, como un monje, con la perdición segura.


Até mi destino con las correas a la silla de montar,

aún erguido en los estribos, cabalgo como un muchacho en los tiempos venideros;

me satisface mi inmortalidad, para que mi sangre corra de siglo en siglo..

Por un rincón seguro de dulce tibieza pagaría obstinado con mi vida,

si ella no fuera una aguja voladora, que me tira, como a un hilo, por todo el mundo.



IV.


El hombre tiene un solo cuerpo,

como una celda incomunicada,

el alma ya está harta

de esa envoltura apretada,

con los ojos y los oídos

de tamaño tan escueto,

con la piel -pura cicatriz-

que viste el esqueleto.

A través de la retina vuela

hacia el manantial del cielo,

hacia el eje helado,

hacia la carroza de pájaro,

y oye desde las rejas

de su prisión viviente,

el parloteo de bosques y prados,

la trompeta de los siete mares.

Es un pecado tener el alma sin cuerpo,

es lo mismo que un cuerpo sin camisa,

como si no tuviera ni obra, ni proyecto,

ningún designio, ni una sola línea.

Puros enigmas sin ninguna clave.

Pues, quién volvería hacia atrás

después de haber bailado

donde nadie bailaría jamás.

Y sueño con un alma diferente,

vestida de otra manera,

que arde, recorriendo siempre

el camino entre la timidez y la espera,

como una llamada seca, sin reflejo,

que corre al ras del suelo

y como un recuerdo, nos deja

el ramo de lilas en la mesa.

Corre, niño; no te apiades

de Eurídice desdichada,

echa rodar por el mundo

tu aro de cobre con una vara,

mientras, apenas audible

pero respondiendo a cada paso,

la tierra suena en los oídos

tan alegre y austera.

...



ARSENI TARKOVSKY (RUSIA, 1907-1989) 

Traducción de Irina Bogdaschevski.

FUENTE: BLOG EL PLACARD. Diciembre 10  2011

https://elplacard.blogspot.com/2011/12/poemas-de-el-espejo-arseny-tarkovsky.html?m=1



Una anotación sobre los enlaces:


La escena que corresponde a la Guerra Civil Española. El espejo, de Tarkovski, es una obra maestra, ardua obra, muy difícil es comprenderla, porque es un poema visual, antes que un filme...


Siempre he pensado que "El espejo"  film de Andrei Tarkovski, culmina donde comienza la Divina Comedia de Dante, internándose uno en una selva oscura, pues el espectador va acompañando al ojo de la cámara, cuando ésta inicia su sendero tras los árboles, que se van haciendo más  y más tupidos a medida que la el ojo contemplador se adentra en el bosque. El espectador se transforma, así, en un silente protagonista de la obra, el espejo.







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