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sábado, 24 de noviembre de 2018

El rostro, en el ombligo de la madrugada… lacl / That's The Way Of The World - Richard Tee






                              A mi padre, un Luis Amado...
Porque en fecha análoga lograste tu anhelado salto de desencarnación.

El me mira.
Desde el fondo de la noche
me mira.
Es el rostro inasible de la noche.
Inverosímil todo intento de prescribir
si es rostro de mujer o rostro de hombre.
Porque es el rostro de lo trascendente,
del paso más allá
de nuestra desarropada ambivalencia,
de nuestra inconclusa aspiración amorosa
en la unión de los contrarios,
falo y vulva, curva y pulso, piel y ansia.
Es la cara perfectamente pespunteada,
erizando mi piel al toparme con sus ojos
cargados de iluminante oscuridad.
Cuando cierra sus ojos,
sus parpados sonríen,
en armonía con la elipse de sus labios
y su despeinada madeja de luceros.
Acaso sea la Diosa, el Niño o el Demiurgo.
Acaso sean los tres.
Mas, de poco valen deducciones
cuando saltas a su encuentro,
cuando te entregas al abrazo.
La noche toda es puro labios.

lacl, 24 / 11 / 2018, en el ombligo de la madrugada…


That's The Way Of The World - Richard Tee 






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