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sábado, 19 de mayo de 2018

Ghetto y capitalismo. / Britten - War Requiem (J.E.Gardiner, 1993) / Galería de imágenes.





La plaza pública me ha enseñado a mantenerme al margen, mucho es lo pútrido con lo que allí uno se topa. Pero esta nota salió al desgaire, casi sin quererlo, a la hora del pulmón y viendo correr las aguas desde la orilla...

Salud!
lacl



Ghetto y capitalismo.

El ghetto del Siglo XXI, es una nueva fórmula del fascismo que goza del visto bueno de los santos patrones del “mundo libre”. Hace poco una defensora de la red de disimulada izquierda que al presente asola algunas naciones de “Nuestra América” decía, con impudicia, que ya el fascismo no existe. Una militante, entiéndase, del sistema, no puede decir otra cosa. Pero resulta que lo que esa señora defendía (una funcionaria, a todas luces) es esa mutación tropicalizada del fascismo que, en las últimas décadas, señorea en algunas naciones de América vistiendo toga de altruista izquierda, mientras bajo su sotana porta (como siempre) bien dispuestas su hoz y su martillo para dominar al vulgo en general. Su método es primario: comienza siempre por el avasallamiento del lumpen-proletariat, en tanto pregona su populismo de albañal e impone la sempiterna fórmula de adoctrinamiento a que apelan los misioneros de la utopía totalitaria: la de imponer el ghetto a la masa, ya no a una etnia o a un segmento especifico de la población, sino prácticamente a la población entera (excepción hecha de los adalides del nuevo catecismo de salvación y su red de beneficiarios o, si se quiere, funcionariado).

Es una fórmula que en realidad no ha cambiado tanto, los “dignatarios” de la nueva ola son primates altamente primarios, como los de antaño. Les basta con argüir sobre los peligros y desafueros de un enemigo inexistente al que denominan con epítetos tales como “la derecha”, “el capitalismo salvaje” o “el liberalismo depredador” y señalarles como los causantes de las desgracias de su pueblo. ¿Por qué afirmo que es un enemigo inexistente? Pues, porque tal rivalidad es ficticia. El fascismo populista de la izquierda imperante hoy en día en “Nuestra América”, tal como la denominara Martí, no puede respirar sin las plutocráticas dosificaciones que les llegan de sus tratos con esa porción del mundo a la que ellos tildan y etiquetan como “liberalista salvaje”. Les ha funcionado. ¿Por qué? Porque el dinero no tiene corazón y los gobernantes modernos (píntense como se pinten, de derecha, de izquierda, de centro, de alto o de bajo) en realidad no son otra cosa que operadores bursátiles. En el fondo muy poco les importa el componente básico de las naciones, como lo es su humanidad. Les importa un comino si hay hambre desatada en otras esquinas del orbe. Lo que les mueve y motiva es el provecho. Léase, el provecho para su mesa. Un provecho que analizan con pinzas e instrumentos quirúrgicos a fin de evaluar sesudamente cómo sacan partido de cada situación que les presenta ese tablero de ajedrez que llaman el concierto de las naciones. Entonces vemos de pronto una mefistofélica escena ante nuestros incrédulos ojos: la derecha y la izquierda y hasta el ombligo, pasan a ser divas de una ópera bufa cuyo argumento no hace juego con el libreto. Sobre las tablas son rivales disputándose el amor del pueblo, pero a trastiendas pactan lo que la una le da a la otra en su mercado negro. Esa es la vapuleada realidad.

(lacl, 19/05/18)


  Britten - War Requiem 
(J.E.Gardiner, 1993) 

Impresiona esta versión del Réquiem de Guerra. 



Galería de imágenes 






Fotos de la Guerra de Secesión en la EEUU de América 



Mussolini



Kim Il Sung (Stalin detrás suyo, el poder tras el poder)


Gulag 



Escena del film Andrei Rubliov, de Tarkovski, al igual que la foto de inicio.


El hombre cruzado de brazos en medio del saludo nazi: August Landmessser


Sobran las palabras...


Goebels


Rodin: Los burgueses de Calais


En Caracas asalto y saqueo a la Seguridad Nacional   Archivo fotográfico Biblioteca Nacional



JFK, breve momento antes del magnicidio


Hitler, en fotograma de John Heartfield (Helmut Herzfeld, que así se llamaba antes de su apurada "emigración" de la Alemania Nazi)


1 comentario:

EWO, Montiel dijo...

Lamentablemente amigo Alejando, somos el relleno del sándwich. Poco importa lo que se escriba como respuesta objetiva de compromiso intelectual alertando lo inalertable. El mundo se mueve según los intereses más mezquinos de acuerdo a las potenciales pérdidas, que actores interesados perciban en su manipulación de su día a día sin importar costos humanos; al final, la guerra no es un negocio "innoble" que haya que obstaculizar en su desarrollo por la obtención de beneficios compartidos de botín, como objetivo de bandos interesados que luego disfrutarán en la perseguida "paz" como buenos humanitarios y samaritanos.