LA FRÍA TELERAÑA
Robert Graves
Los niños están mudos para decir cuán caluroso es el día
Cuán calurosa es la esencia de la rosa de verano
Cuán intimidantes las zonas oscuras del cielo crepuscular
Y los erguidos soldados marchando al redoble
Pero nosotros tenemos arengas para enfriar el agrio día
y prédicas para apaciguar el cruel perfume de la rosa
Conjuramos letra a letra la noche intimidante
Conjuramos a los soldados y al sobresalto
Hay allí una aireada red de lenguaje envolviéndonos,
Retrayéndose del estentóreo goce o del excesivo miedo:
Nos volvemos verde-mar y al final fríamente morimos
Salados y en volubilidad.
Mas si dejamos que nuestras lenguas pierdan el dominio propio,
Deshaciéndose del lenguaje y de su aguado abrazo
Antes de nuestra muerte, en vez de cuando ella venga,
De cara al amplio resplandor del infante día,
Arrostrando la rosa, el oscuro cielo y las baterías,
Nosotros enloqueceremos, sin duda, y así moriremos.
Robert Graves
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The Cool Web, Robert Graves.
Children are dumb to say how hot the day is,
How hot the scent is of the summer rose,
How dreadful the black wastes of evening sky,
How dreadful the tall soldiers drumming by.
But we have speech, to chill the angry day,
And speech, to dull the rose’s cruel scent.
We spell away the overhanging night,
We spell away the soldiers and the fright.
There’s a cool web of language winds us in,
Retreat from too much joy or too much fear:
We grow sea-green at last and coldly die
In brininess and volubility.
But if we let our tongues lose self-possession,
Throwing off language and its watery clasp
Before our death, instead of when death comes,
Facing the wide glare of the children’s day,
Facing the rose, the dark sky and the drums,
We shall go mad no doubt and die that way.
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