Un modo de abandonar la discusión… Una glosa lejana...
En memoria de Nāgārjuna...
En memoria de Nāgārjuna...
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No puedo ser un literato, tal como no podría ser un
profesional en nada de lo que predica la embaucadora civilización del
siglo XXI. Y aunquecumpla un rol, también yo soy un embaucador
(lamentablemente para quienes creen en mí). La literatura de hoy se alimenta
con un noventa por ciento de mentiras. Y ya debería bastarnos con que
el mundo se alimente con un noventa por ciento de mentiras. Así
que, harto como estoy, no puedo escribir mentiras. Tal como no se
debería hablar por hablar, tampoco deberíamos escribir por escribir. El
ingenio puede ser nuestro mayor enemigo, representando el papel de un
acicalado Narciso que en nada nos compromete. ¿ De qué vale exhibir la
belleza de la imaginación si ella ha de quedar prisionera entre las
desérticas regionesde un escindido pensamiento, desterrada del alma ? Tampoco me vanaglorio ni me quejo de vender el zumo de
mis días a una secta cuyo culto es el de arrasar, como una
aplanadora, todo intento de vivir en
libertad. Tengo las noches. Dispongo de su silencio, del de la luna y las estrellas; dispongo del susurro
de los grillos (hay grillos en mi balcón y, en ocasiones, se alojan
debajo de mi cama) y tengo el eco de mi canto cuando estoy tan conmovido
que no puedo cantar. Además, tengo mis amigos y, en ocasiones, canto
con ellos. Tenemos la fortuna de poder celebrar la fiesta de la
memoria y el olvido. Y luego dispongo de nuevo del silencio del tiempo, derramándose como un arroyo solitario. En cuanto al amor, no puedo
pedirle nada. En estos días él está tan agobiado como lo está el maltrecho
y apertrechado corazón del hombre. Y no puedo culpar a la mujer por
tener que cerrar filas en esta agónica lucha, en la que todos buscan imponer
una egótica victoria. Prefiero convivir con un pretendido diez por ciento de
verdad o, al menos, con un diez por ciento de no mentira.
Ni quiero ni debo escribir mentiras.
(contracorrientes, sentencias en incertidumbre, lacl, Col. Manoa, BID&CO Editor, Caracas 2006 y 2013)
(contracorrientes, sentencias en incertidumbre, lacl, Col. Manoa, BID&CO Editor, Caracas 2006 y 2013)
Abandono de la discusión, Nāgārjuna
POST SCRIPTUM
(De la magnífica traducción de Juan Arnau, Universidad de Michigan)
Obra acrisolada, que merece un comentario aparte. Compré tres veces este libro, en un momento y una oferta que lo hacían posible, dos
para ser regalados y un tercero para el goce de este servidor. Sus destinatarios serían dos muy queridas personas, mi hermano y compadre Mario Amengual y nuestro querido maestro Rafael Cadenas. La ocasión era propicia, pues el afectuoso gesto coincidía con el bautizo, en la librería El Buscón de Las Mercedes, de un libro de Mario y dos de este servidor con palabras de nuestro maestro. Por cierto que esa noche del bautizo me fue imposible darle el presente a Cadenas (a Mario le había dado el suyo esa misma tarde, antes del comienzo del evento); eso lo haría tiempo después, en otro de nuestros ocasionales encuentros y en un aparte con algo de mayor intimidad. Se sorprendió ante tal libro y en breves minutos me regaló una clase magistral sobre la importancia de esta obra, amén de una amena semblanza sobre Nāgārjuna.
En este momento, no tengo mi ejemplar a la mano. Supongo que andará dialogando con otros compañeros en
algún lugar de mi itinerante biblioteca. Pero ya aparecerá. Por lo momentos, dejaremos acá una
de sus objeciones que ya tenía anotada.
ABANDONO DE LA DISCUSIÓN (Vigraha_vyāvartanī) – NĀGĀRJUNA
[Objeción]
Si dices que ninguna cosa tiene
naturaleza propia (svabhā_va), entonces tus palabras (vacana)
carecerían de naturaleza propia, y no estarías en posición de negar la
naturaleza propia de las cosas.
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