La idea del Imperio
es una bruma,
un misterio,
una apariencia.
Mapa ilusorio
que se desvanece
bajo los azotes
del inflexible Cronos.
Los agudos estadistas
se esmeran por fijar
el tinglado de “nuestros
dominios” y por delimitar
los linderos en los
confines de una tierra
que ondula como una
despedazada bandera.
Hasta esos confines
despedimos legiones
de pretorianos
-compuestas por
gentes de la más
diversa ralea-
para sofocar fuegos,
amaestrar pueblos,
civilizar bárbaros.
Y nadie se atrevería
a preguntar cuál
es la dosis de sangre
necesaria para juntar
la argamasa que une
las piedras con que se
erigen nuestros templos.
.
© Luis
Alejandro Contreras, Días de Bruma, Apuntes y fragmentos de vida, amor y muerte
de un amanuense griego al servicio del Imperio (bid &co. editor, Colección
Poetas del Hispanomundo, Caracas, 2013).
Desconozco los autores de las fotos,recogidas en la red...
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