Algunas imágenes visuales, podría pensarse, no hacen juego con el título que lleva esta glosa. Pero es que, bien mirado, el tema de esta glosa son los amores perdidos, cuando no los amores contrariados...
El olvido monta vigilia, guardián celando toda sublevación del alma pero, aún así, no logra abatir los pensamientos memoriosos.
De allí que hayamos seleccionado el segmento de Pergolesi (Tan felices a veces) y el Aria de Handel para acompañar esta glosa de Ramos Sucre
Salud!
lacl
MIÉRCOLES DE CENIZA
Sobresale
en el concurso
de los fieles
ingenuos por la
severa majestad que
levanta su hermosura decaída.
Lucen las galas últimas de la juventud con el doliente esplendor de la tarde, y
aridece y blanquea sus cabellos el implacable otoño que arranca las hojas
trémulas. Las melancólicas memorias
de sus años juveniles
sugieren la nostalgia
de espléndidos festejos en un
castillo señorial abandonado, y a oscurecer de lágrimas sus ojos viene, en el
umbral de la vejez, un mensaje del pasado radiante en el recuerdo de anticuadas
músicas.
El
olvido, inexorable centinela,
custodia su ventana,
y ya ante
ella no sucumben
las demandas suplicantes, como
olas rumorosas y
humildes al pie
de una roca
inaccesible. Esquiva su alma
a la mundana
agitación, y moderada
por el desengaño,
vuela como la enlutada golondrina a recogerse en el
ambiente místico del templo. Allí queda cautiva de la música que surge y se
dilata cual la humareda lenta del incienso, y abomina del siglo entre un rumor
de fúnebres latines.
Ocupa su alma el pensamiento de lo que es
divino e inmortal desde que tuvo el espejo para su belleza mustia la censura
pesimista de la calavera, y viste desde
entonces los sombríos colores que simbolizan
la desolación de
nuestra vida y
que son propios
para lamentar el estrago
irremediable del tiempo.
La injuria de los
años no oscurece
el espejo de
sus ojos que alumbran
con vivo esplendor,
como en virtud
de un rito
perenne. Ellos prestan
a su rostro religiosa gravedad y
la exhiben agotada y penitente cual si extenuara su vida el culto de un numen
adusto.
Arrepentida de profanos
coloquios y ávida
de dolores, guarda
para la cruz
inflexible la confidencia de
sus cuitas. Con
desear para su
frente, por piadosa
imitación, la corona
de sangrientas espinas ahuyenta el recuerdo de las fiestas. Para expiar
las mundanas ilusiones satisface el extremo
de la enmienda
y eleva sobre
el yermo de
su vida, para
alumbrar el resto de su viaje, el
cirio de cadavérica luz.
G.B. Pergolesi "Lieto cosi talvolta", Simone Kermes
Pergolesi - Adriano in
Siria - "Lieto cosi talvolta"
Dramma per musica -
Napoli, 1734
Simone Kermes - soprano
Le Musiche Nove,
Claudio Osele
O sleep, why dost thou leave me (Handel) Julianne Baird
O sleep, why dost thou leave me,
Why thy visionary joys remove?
O sleep, again deceive me,
To my arms restore my wand'ring love!
.
O sleep, why dost thou leave me From Handel's Semele
Julianne Baird with Brewer Chamber Orchestra under Rudolph Palmer
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