"Nada fracasa tanto como el éxito."
Gracias Borges, por recordarnos el irónico puntillismo de Chesterton. (lacl)
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Pregunta y respuesta final de la tercera conversación que mantuvieron Fernando Sorrentino y Jorge Luis Borges.
Fernando Sorrentino: ¿Le parece paradójico que un mismo pueblo haya dado a Schopenhauer y a Hitler?
Jorge Luis Borges: El pueblo alemán es ciertamente, con el pueblo inglés, uno de los pueblos más curiosos del mundo. Por ejemplo, como usted dice, produce a Schopenhauer; produce la música de Alemania; y, al mismo tiempo, es dócil a un hombre como Hitler. Wells creía que la humanidad podría salvarse por la educación. Esta idea podríamos parodiarla con el verso de elliot algo así como
¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido en conocimiento?
¿Dónde está el conocimiento que hemos perdido en información?
Desde luego, yo no veo otro camino que el conocimiento y que, inclusive, la misma información, que pueden llevarnos a la sabiduría. Sin embargo, sí ha habido un país en el cual ha habido información y en el cual ha habido conocimiento, ese país ha sido Alemania. Y, no obstante, ese país se ha dejado engañar por los argumentos realmente pueriles de Hitler. La verdad es que yo no doy con la razón de esa contradicción. Pero esa contradicción existe. Lo que también se da en los alemanes -y lo que ciertamente no se dio en Schopenhauer- es el respeto de la autoridad, una suerte de respeto chino de la jerarquías, el hecho de darles una gran importancia a los títulos de las personas. Creo que, en ese sentido, somos mucho más escépticos que los alemanes: comprendemos que las jerarquías se deben a las circunstancias y que las circunstancias se deben al azar. En cambio, los alemanes que han producido filósofos escépticos, suelen no producir gente escéptica. Los alemanes aceptan la autoridad, y una sentencia como la de Schiller, die Wellgeschichte ist das Weltgericht, es decir, "la historia universal es el juicio final", parece corresponder a una admiración del éxito que me parece típicamente alemana. Y que sería lo contrario de aquella frase de un pensador inglés que dijo: "Nada fracasa tanto como el éxito". En cambio, usted ve que los alemanes son admirables soldados mientras creen en la posibilidad de la victoria, pero parecen incapaces de luchar por una causa perdida. La escuadra española, después de la derrota de Cuba, salió precisamente para hacerse hundir. En cambio, usted recordará que la escuadra alemana se entregó en 1918 a la escuadra inglesa, cuando sabía que el combate era vano.
Datos del libro: Fernando Sorrentino. Siete conversaciones con Jorge Luis Borges. Librería Editorial El Ateneo Buenos Aires 1996.
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