Habitación a media luz. Dirijo la vista hacia el espejo.
Un celaje como de firmamento, pero sin los tonos de la noche azulada, sino más bien tocado por un cálido matiz que rememora el sabor de la Tierra, gira ante mis ojos, en rotación.
Me digo: se ha abierto una puerta. Podría pasar a otro tiempo, a otra isla.
Pero, al decirlo, espanto el arcoiris, que huye hacia el fondo.
Para viajar hay que saber guardar silencio, hablar -incluso, escuchar- con los ojos.
lacl, 24 de Noviembre, 2021
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