La eternidad es una burbuja que lo contiene todo. Pero, ¿qué hay afuera?
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Un adagio, breve texto escrito sobre una factura, la cual había dejado dentro de una antología el textos poéticos y en prosa de Ezra Pound.
Al pie de la factura hay otro más conciso:
"El presente es la eternidad."
Y de inmediato unas frases que comenzaron una glosa que tuvo que continuarse en el reverso de la hoja; una de esas anotaciones al vuelo, mientras uno vaga por la ciudad, se interna en sus mentideros...
Acá la dejo:
El presente es la eternidad.
Si aceptamos que los ríos de lo que fue y de lo que será nacen en su lecho, lo más sugestivamente hermoso de la aporía o paradoja del móvil de Zenón de Elea, esto es, sobre el infinito que contiene lo finito es que, de algún modo, prefigura ya la tesis de la imposibilidad de todo programa, intento o anhelo esbozada por Kafka. Es cierto, cruzamos la ciudad para abrir un negocio, sentarnos detrás de un escritorio, recibir o impartir lecciones. Pero, realmente, ¿hemos estado allí? ¿no ha sido una ilusión? ¿Quién ha llegado a casa, desde su penumbra diaria, con el legado de una insólita rosa convertida en ofrenda en la mano?
lacl, presumiblemente escrita el día en que fue registrada esta facturada, 12 / 06 / 2013.
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