Selene se levanta el ruedo para bailar su epifanía. Viene asomando su rostro, a cada jornada, con menos pudor, cual la amante que se prepara para la fusión del abrazo que, en el ombligo de la oscuridad, por nadie podrá ser visto, sino imaginado. El abrazo no visto, el de la fusión de los amantes silenciosos, busca en sus eclipses engarzar su amor en el reverso de la solapa del otro. Y es así como Selene nos inicia en un amor sin aspavientos.
lacl, 19 01 2019
Selene impúdica - Galería
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