Rilke, uno de los Sonetos a Orfeo.
Correcciones. Un boceto de D. H. Lawrence.
Sobre mesura y desmesura de la escritura. Extracto
de una conversa. Narciso versus despojo.
Comentario previo: La
escritura es un oficio interior, silente, mandatorio, pertinente, inevitable,
necesario, sin el cual uno no podría respirar. La escritura es ejercicio de la
soledad, incluso si se cumple en medio de una plaza o de una taberna colmada de
comensales y borrachos, pues quien escribe está encapsulado y separado de lo
inmediato (aun cuando de un modo tácito y mágico se sienta conectado con el todo), necesita entrar y
permanecer en su esfera, contra viento y marea. Pero ello no lo logra por mera
voluntad, sino por llamado.
Cuando la escritura
se despliega cavilando en cómo va a lucir en el afuera, estampada en la página,
o en cómo va sonar en los oídos o repercutir en voces de terceros ya no es meramente
escritura, sino ejercicio de encabalgamiento.
lacl, 08 / 08 / 2018.-
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Extracto
estas palabras de una conversa de hace unos años…
“…sospecho
que el asunto de las egolatrías es un padecimiento que campea en todo lugar
donde el espejo de Narciso hace su aparición. Y para nadie es un secreto que el
mundo de la escritura no es el único pasto donde se ceban los fuegos fatuos de
la petulancia.
Edward
Said narraba que, en cierta ocasión, se organizó una junta o congreso de
intelectuales y escritores de los E.E.U.U., con la finalidad de determinar,
entre otras cosas, los parámetros que definen el perfil de un escritor. Y
cuenta Said que la cosa terminó asumiéndose una postura similar a la postura
que habían fijado los intelectuales y escritores en la Unión Soviética, y por
la cual se llegó a la conclusión de que “un escritor es toda persona que afirme
que lo es”. Ante una expresión tan hegemónica de la subjetivación, creo que
sólo se puede largar una lacónica sonrisa. Es el mundo en que vivimos.
Para
mí un escritor es alguien que escribe bien. Creo que debo agregar que es
alguien que escribe bien para mí, pues no puedo asegurar que escriba bien para
otros… Otro asomo del subjetivar…
Comentario
aparte, yo adoro las conversas. De ellas surge todo lo bueno y todo lo malo que
el individuo patrocina de cara al ser colectivo. Y adoraría -como adoro- poder
siempre charlar con los amigos, a “calzón quitao”, de aquellas cosas que
motivan nuestra vida y nuestros actos, entre ellos, los que asoman la pluma o
el lápiz sobre un papel. Y eso me parece, si no más substancial que la
confrontación que puede darse en los (no sé si bien llamados) jamming poéticos,
al menos sí lo considero un paso previo al cultivo de las justas en las que la
palabra toma la palabra para desplegarse como objeto estético.
¿Qué
puede tener de bueno, por ejemplo, un taller literario? ¿Que los integrantes se
caigan a interminables lecturas de sus conatos con la palabra o que se dediquen
a cultivar el arte de conversar sobre el cómo y el porqué de estar todos
sentados en medio de la nada, navegando sobre un inmenso peñasco en un mar de
éter que nadie entiende? Sin
descrédito del compartir lecturas de nuestra propia brega con la palabra
preferiré, una y mil veces, el cultivo de la colectiva y divagadora conversa
que nos sirve de puente para tendernos nuestras incertidumbres.
Con
respecto a los tráficos de influencia o las estrategias mercantiles para
masajear egos o aupar quehaceres estéticos, poco puedo agregar. Testigos de
ello hemos sido. Y bien lejos quiero y voy a estar de quienes así viven su
vida… Allá quienes anteponen intereses personales o pecuniarios en un quehacer
que uno no puede concebir sino como abnegado y desinteresado, tal como toda
obra estética nos significa. Y aclaro que, en lo personal, no puedo concebir
ninguna estética sin asidero ético y sin una yesca siempreviva en el espíritu.
Cuando un escritor o un trabajador del intelecto antepone egolatrías, intereses
personales o monetarios al hecho cierto de que el bien de la lectura -que como
tantos bienes de la humanidad- sea un bien que se le dosifica o se le embarga a
las colectividades, ello le sustrae todo mi respeto…”
lacl, en alguna fecha incierta
del 2015
Tao Te Ching, Lao Tse.
Garcia Lorca Poeta en Nueva York ORIGINAL
Apollinaire, caligrama
Monteverdi - Madrigali & Canti of War and Love
Lewis Hine, el atento mirar sobre lo desatendido.
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