Vistas a la página totales

viernes, 31 de agosto de 2018

Anselmo di Testarutto, principista. / Nóirín Ní Riain & the Monks of Glenstal Abbey - The Beatitudes





Por defender a un amigo de lo que -no sé con qué altruistas intenciones- una dama afirmaba, intentando soliviantar mi afecto por él, me he ganado una pasajera y efímera fama de contar con malas pulgas. Por cierto que en otra ocasión fuimos testigos de las muy malas pulgas y ofensivas palabras que esa dama fue capaz de proferir hacia otra dama que quiso abordarla en el ágora.

Tiempo después, por defender mi derecho a expresar libremente mi pensar pero, sobre todo, por defender mi derecho a no permitir que se tergiversara ese sagrado ejercicio, acaso, me he ganado el derecho de extender esa brevísima, efímera y circunscrita mala fama, debido a que clausuré el trato con quienes tales artes permiten en sus casas. Esa es su derecho, como lo es el mío el de cerrarles mis puertas en la cara.

Si por defender a equilibrio y ponderación, me llevan al estrado bajo el impulso de lo que no es más que otro de los síntomas de la “sagrada enfermedad del opinar”, (*) no tendré objeción alguna en declarar mi culpabilidad. Soy principista. Y los principios no bajan la cerviz, no se arrodillan, ni besan enfangadas suelas. No es una cuestión de egos encumbrados, sino de justeza de vivir. Los principios no se amoldan a esa enfermedad del opinar, sino a la honra, aquella honra que no viene del prurito o los prejuicios, sino del más alto gozo y culto de la vida en el espíritu. No soporto bajezas. Y jamás he escrito ni escribiré libelos o falsos panegíricos.  

Apotegmas contra la peste, Anselmo di Testarutto, Turín, 1935.
(*) Heráclito.

*******


Para los que han hecho de la vida en el espíritu un templo de piedra y argamasa yo soy y seré ¡agnóstico!

Apotegmas contra la peste, Anselmo di Testarutto, Turín, 1935.

*******


Qué patéticos son los artistas y escritores que no logran respirar a sosiego cuando no se les masturba de continuo el ego. No quiero nada con sus lienzos ni sus letras, pobres inadvertidos, pústulas a punto de reventar. Son tan ignaros y tan ajenos al Eros, que terminan siendo incapaces de advertir que todo pujo por masturbar el huero emplumamiento del yo es como intentar hacerle el amor a una careta. Cuán lejos andan de la piel, filtro del alma.


Anselmo di Testarutto, Apotegmas contra la peste, Turín, 1935.

*******

"...Acercarse a la gente no es acercarse al poder.
Acercarse al poder no es acercarse a la gente..."


Anselmo Di Testarutto, Apotegmas contra la peste. Turín, 1935.




Nóirín Ní Riain and the Monks of Glenstal Abbey - The Beatitudes 





No hay comentarios.: