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lunes, 31 de marzo de 2025

Hermann Hesse Palabras preliminares a un ensayo titulado RECUERDO DE UNA PEREGRINACIÓN y otros fragmentos de PEQUEÑAS ALEGRÍAS. lacl. / Wynton Marsalis y sus amigos / Hermann Hesse, acuarelas de un paseante



LETRASCONTRALETRAS

Hermann Hesse 

Palabras preliminares a un ensayo titulado RECUERDO DE UNA PEREGRINACIÓN.

"...En mis mocedades, hace unos 25 años atrás, crucé en cierta ocasión los valles de Engadina y Bergell, vecinos al lago de Como por el paso de Albula. Era pleno verano. He encontrado el breve ensayo que escribí en aquellos días después de la excursión. Fue una peregrinación por una Europa sin guerra, por los Grisones sin polvo, por una Italia sin automóviles. En aquel entonces era todavía una delicia andar a pie días enteros por una carretera. En aquel entonces ignoraba que la mayoría de esas mis pequeñas alegrías de viajar pertenecían a un mundo en decadencia y muy pronto no las encontraría por ninguna parte. Tampoco sabía que en algunos años estallaría una guerra que destruiría y empobrecería nuestras vidas, que a pesar de esta desgraciada experiencia, quienes participaran en ella, lo harían encantados, con entusiasmo, y finalmente, se obstinarían en no extraer ninguna enseñanza de ello. En aquel entonces andábamos por el mundo ignorantes y despreocupados. Sí, era una época maravillosa y me alegro de haber vivido esos tiempos de paz holgazana. Esa Paz no era nada desagradable como me quisieran hacer creer más tarde ciertos colegas cuando predicaban sobre la "bendición de la guerra". ¡Basta de consideraciones! Les transmitiré lo que escribí en 1905 sobre esa pequeña peregrinación..."

Hermann Hesse 

NOTA BENE (lacl)
Es un ensayo temprano, que ocupa varias páginas y que simplemente rememora un viaje a pie que se emprende simplemente por el gusto de viajar, por el gusto de ver, por el gusto de sentir el mundo e integrarse a él. La de Hesse podemos considerarla un alma afín a la de ese viajero incansable que fue Stevenson.
Este ensayo forma parte del libro PEQUEÑAS ALEGRÍAS. Hermann Hesse fue un gran ensayista y da gusto leerle. Dada su extensión no tengo tiempo para transcribirle y colocarle acá. Lo que sí puedo decir de ese ensayo es que probablemente sea uno de aquellos textos que generarán aburrimiento a la gente moderna o a la gente joven acostumbrada a andar con una pantalla en las manos, intercambiando contenidos colmados de falsedad y extravío. 
Pero me he tomado el tiempo de transcribir las palabras liminares de ese libro, puestas allí a modo de  prologal epígrafe: 

"...Hasta donde recuerdo siempre consideré como función del poeta el recordar, el no olvidar, el guardar en palabra lo perecedero, el evocar el pasado a través de la invocación y la descripción plena de amor. Pero debido a la antigua tradición idealista, también se me ha pegado algo de la misión que tiene como maestro o censor y predicador. Sin embargo, siempre me he dejado llevar menos por el sentido de la enseñanza y más por el sentido de exhortar a qué se dé alma a la vida. 
La reflexión no es investigación o crítica. Solo es amor. Es el estado supremo y más deseable de nuestra alma: amor sin avidez..."

Hermann Hesse, inscripción liminar a su libro PEQUEÑAS ALEGRÍAS.

Y agregaremos finalmente un fragmento de ese capítulo intitulado como el libro, PEQUEÑAS ALEGRÍAS:

"...Paulatinamente se va educando el ojo, sin esfuerzo, para servir como mediador de muchas pequeñas sensaciones, para la contemplación de la naturaleza, de las calles, para captar la gracia innumerable del diario acontecer. De ahí hasta la visión educada para el sentido artístico resta sólo el trecho más corto del camino; lo principal es el comienzo, el abrir los ojos.

Un trozo de cielo, una tapia de jardín desbordada de verde ramaje, un brioso caballo, un hermoso perro, un grupo de niños, un bello rostro de mujer… son espectáculos que no debemos dejar escapar. El que se ha iniciado en este ejercicio es capaz de descubrir en la ruta diaria cosas preciosas, sin necesidad de perder un minuto de tiempo. Este ejercicio no fatiga nuestros ojos, sino que los fortalece y los renueva, y no sólo ellos salen ganando. Todas las cosas poseen una faceta bella, aun las cosas feas o desprovistas de interés; sólo hace falta saber mirar. "

Hermann Hesse.


Wynton Marsalis y sus amigos

Wynton y sus amigos se entregan a la música con alma de niños juguetones. Y tocan como si estuvieran en una pequeña habitación. Logran ese espíritu de intimidad que sólo la música logra instalar en el corazón de cada ser que escucha...
(lacl)




Hermann Hesse, acuarelas de un paseante 





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