(Las mejores flechas son siempre ciegas.)
Marina Tsvietáieva a Rainer Maria Rilke, al final de una carta del 12 de Mayo de 1926.
Hoy volvemos con algunos poemas de Marina Tsvietáieva a esta guarida de los poetas. Pueden leerse rápidamente, pues he transcrito los más breves. Sin embargo, en el aire queda flotando el resabio de una vida intensa, y en esas líneas se respira, además, el presagio de una vida trágica. Una tragedia impuesta por ajenas manos.
Forman parte de una edición antológica de sus textos en prosa y poesía, amén de fotografías, cartas y documentos, publicada por Galaxia Gutenberg en 1999, libro intitulado Un espíritu prisionero, en alusión al relato homónimo - el más extenso- que incluye la referida edición. Seguiré transcribiendo y editando algunos de estos poemas y quizás hasta la detallada carta dirigida al tristemente célebre Beria, en la que Marina intercedía por su marido y su hija, presos en Luvianca.
(lacl)
POEMAS DE MARINA TSVIETÁIEVA
A mis versos escritos tan temprano,
que no sabía yo que era poeta,
brotados como chorros de una fuente,
como chispa de un proyectil,
llegados como diablos diminutos
al templo del incienso y del sueño,
a mis versos de muerte y juventud -¡Intactos! ¡No-leídos! ¡Solos!
Dispersos entre el polvo de las tiendas,
donde nadie los ve ni los verá.
Como a vinos excelsos, a mis versos
también les llegará su hora.
Marina Tsvietáieva, Koktebel, 13 de marzo de 1913
***
Mi día es desordenado y absurdo:
al pordiosero le pido para pan,
al rico le ofrezco una limosna,
enhebro el rayo en una aguja,
al ladrón confío la llave,
con cascarilla doy color a mi pálido rostro.
El pordiosero no me da pan,
el rico no acepta mi dinero,
el rayo no entra por la aguja.
El ladrón entra sin llave,
y yo, tonta, me deshago en lágrimas -
por un día vano e inútil.
Marina Tsvietáieva, 27 de julio de 1918.
***
Si un alma nace con alas -
¡qué le importan palacios o chozas!
¡Gengis khan y su horda!
Tengo dos enemigos en el mundo,
gemelos, indisolublemente unidos:
El hambre del hambriento - y el hartazgo del ahíto.
Marina Tsvietáieva, 18 de agosto de 1918.
***
Para Alía
1
No sé dónde estás tú y dónde estoy yo.
Las mismas canciones, los mismos afanes.
¡Tan unidas en la amistad!
¡Tan cercanas en la orfandad!
Y estamos tan bien juntas tú y yo.
Sin hogar, sin descanso y sin amparo...
Dos pájaros al despertar - cantamos.
Dos peregrinas que alimenta el mundo.
2
Juntas erramos por las iglesias
grandes - y pequeñas, parroquiales.
Juntas erramos por casas y lares
pobres - e ilustres, señoriales.
Dijiste un día: - ¡Cómpramelo!
Mirabas feliz las torres del Kremlin.
Tuyo es el Kremlin desde siempre - Duerme, mi primogénita terrible y clara.
3
Debajo de la tierra la hierba intima con fósiles de hierro -
Así:
Lo ven todo dos grietas
muy claras en el abismo celeste.
¡Ah, Sibila! ¿por qué para mi niña - un destino como éste?
Suerte rusa ¿por qué para ella?
Y un siglo entero: Rusia, serbal...
Marina Tsvietáieva, 24 de agosto de 1918
Stravinsky - Pastorale
Y para compensar la balanza va está pastoral...