¿Es posible vivir (o padecer) una experiencia extrema del
sentir, esto es, un arrebato, una exaltación, en el meollo de la delicadeza o
el sigilo de la dulzura? ¿Cómo es
posible? Me refiero a si puede aparecer Dionisios en el centro de las estancias
de Apolo, sin que lleguen a enfrentarse. ¿Será eso posible? No lo sé, no puedo
corroborarlo, pero eso es lo que siento cada vez que escucho esta fantasía de
Schubert: un arrebato en el tiento, un templado frenesí, una sutileza dándole
fuste al desborde del sentir.
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