BRINDIS DE AÑO NUEVO, un poema de Job Pim y una anécdota de
mi madre.
“…El venezolano,
decía siempre mi madre, cuenta con un sentido del humor del que quisieran gozar
en otros pueblos. De todo hacemos guasa y ni siquiera durante los malos tiempos
cejamos en ese temple, creo que en ello tiene que ver mucho nuestro clima, esta
eterna primavera…”
Habiendo cuenta de que, al parecer y a pesar de los pesares, nuestro gentilicio comienza a reconciliarse con su terrena condición y, viendo como vemos, brotar por doquier, agudas chanzas, lances e invenciones que surgen de la imaginería colectiva, queremos recordar a uno de nuestros grandes humoristas, aunque lo hacemos rescatando un poema de su serie “Graves”, dado que es una semblanza poética de su estadía en la prisión de La Rotunda.
Habiendo cuenta de que, al parecer y a pesar de los pesares, nuestro gentilicio comienza a reconciliarse con su terrena condición y, viendo como vemos, brotar por doquier, agudas chanzas, lances e invenciones que surgen de la imaginería colectiva, queremos recordar a uno de nuestros grandes humoristas, aunque lo hacemos rescatando un poema de su serie “Graves”, dado que es una semblanza poética de su estadía en la prisión de La Rotunda.
A sus “Graves”
anteponía los “Agudos”, en donde se muestra la convivencia de esos dos tonos de
nuestra colectiva singularidad, signada por la ligereza, el solaz, la picardía
y el gusto de vivir, de cara al contraste de la fatalidad, una fatalidad
mayormente creada por obra de esa contingencia que hace que todo un pueblo
sufra por causa de un malestar que ataca a quienes, atrapados en el delirio de
una inexistente grandeza, logran sembrar en plazas y mentideros el desvarío y
la barbarie, contra viento y marea. Y es que, bien mirado, la mayoría de los
hombres, me parece a mí, se contentaría con vivir al son de la “dulzura
ambiente”, en lugar de embarcarse en los empeños de querer modelar y cambiar la
vida del resto de la humanidad. Porque esa es una enfermedad que ataca a pocos,
pero que contamina a muchos…
Luego
de ese “Brindis de año nuevo” dejo una semblanza de mi madre, pues creo que
viene al pelo, como le gustaba a ella decir.
Agrego algunas imágenes de las Obras Completas de Job Pim y un par de La Rotunda, la prisión de la era gomecista...
Salud!
lacl
BRINDIS
DE AÑO NUEVO
The
year is dying in the
Night:
ring out wild bells
And let him die. Tennyson
And let him die. Tennyson
Mozo que en esta noche de Año Nuevo
por la plaza pletórica circulas,
y la fuga del año te divierte,
sin ver que algo de ti también se fuga;
tú que auguras el año venidero
de placer y fortuna,
y cuando dan las doce campanadas
y el cañonazo clásico retumba,
sientes un raro anhelo de expansiones,
de fraterna ternura,
y en medio de los seres de tu afecto
alzas la copa embriagadora, escucha:
Muy cerca de tu dicha, a pocos pasos,
en ese antro dantesco, La Rotunda,
allí en esa anacrónica Bastilla
donde el buitre feudal los tiempos burla,
hay hombres que se arrastran esta noche
entre un chocar de hierros que espeluzna:
segregados del mundo sin derecho,
sin sentencia ni culpa;
muertos para el bullicio de la vida,
vivos para el silencio de la tumba.
Hombres de cuyos ojos apagados,
en esa hora hará brotar la angustia
el manantial de lágrimas
que no logró arrancarles la tortura.
Que están pensando en un hogar en sombras,
y en una anciana de pupilas turbias
que alza las flacas manos suplicantes
hacia un Dios de piedad que no la escucha.
Mira un momento las humanas larvas
que desde sus covachas se saludan:
--¡Otro Año Nuevo hermano!
--¡Dios nos saque con vida de esta tumba!
¡Que ni siquiera pueden abrazarse,
confundir su amargura,
ni decirse la mágica palabra,
ni mirar cómo rasga la penumbra,
la generosa chispa que se enciende
cuando dos pechos de varón se juntan!
Piensa en esas gargantas
que una mano fantástica estrangula;
en esas frentes donde sopla el hálito
que las almas arruga;
en esos hombres que esta noche lloran
en la torre feudal de una República,
en el trágico pozo
donde un sátrapa bárbaro sepulta
a los que haciendo un masculino gesto
dieron la espalda a la ralea eunuca…
Piensa un instante, y luego,
Bebe tu copa y tu festín reanuda.
La Rotunda, diciembre 13, 1919
(pp.35-36)
Francisco
Pimentel Agostini (Job Pim)
*******
Mi mamá
me dice esta noche:
¡Qué
cosas tiene la mente! Ahora como duermo menos por la noche, la cabeza me da
vueltas y comienza a recordar, en los entresueños, pasajes absolutamente
olvidados. Recuerdo, por ejemplo, a mi
madre diciéndome: “para tu nacimiento, en La Pastora, tuve la asistencia del
doctor Porras”. Lo había olvidado por completo. Lo que no recuerdo son las
esquinas de la calle donde estaba ubicada la casa, seguro luego lo recuerdo. Es
donde hicieron el pasaje Brasil.
Luego
me relata los jocosos versos de Job Pim (Francisco Pimentel) “contra” Leo
(Leoncio Martínez) para “reclamarle” sus laboriosos afanes cuando, con motivo
de haber creado la revista Fantoches, se la pasaba con un delantal salpicado de
tintas. Tales afanes, reclamaba Job Pim, le hacían ver como un gandul ante los
amigos.
La
letra de las obras de Job Pim es ínfima y mi mamá tiene que apoyarse en una
lupa para leerlo, pero cuánto lo disfruta. Me dice, al final, uno sí que
despilfarra el tiempo, deberíamos haber leído más…
lacl, 03
de Junio de 2016
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