Esta breve glosa fue subida a mi página personal hace casi un lustro. Me vi forzado (o, mejor, impulsado) a escribir y subirla desde un celular... Acá la dejo.
(lacl)
* * * * *
(18 de noviembre de 2011)
Me llevo bajo el brazo todos
los poemas del Chino. El cielo pronostica lluvia, una lluvia morosa para tocar
a la puerta. Ella, las nubes y yo lo sabemos; lo hemos conversado
previamente.
Excusa suficiente para el
alargue de mi partida.
Contra toda apuesta, logro
emprender mi derrotero bajo nubes presagiosamente plomizas.
A medio camino, en un paraje
lujuriosamente verde para una ciudad que fervientemente acalla los dislates de
la savia y bajo un cielo ennegrecido, me detengo y abro el libro...
Me regala un poema de
palabra justa, precisa, irreemplazable; por cierto, sin acentos, gesto que
agradece quien escribe desde un instrumento que nada pareciera saber de su
existencia o sus tonalidades. Claro, en contrapeso, el Chino ha colocado un par
de voces con enhe ...
Pero apartando estas
minucias, el poema es todo un regalo para estas turbias soledades que semejan
jornadas alumbradas por faros de luz sin alma ni calor...
Al leerlo, casi puedo decir
que siento una jovial y luminosa envidia. ¿Puede haber algo tan pertinente para
el pecho como un aguardado tiempo de vendimia?
TIEMPO DE VENDIMIA
Bajas como gaviota en
celo
En el primer peldanho de la
escalera
nos besamos hasta
manhana
Luego subes
cuidadosamente
para no tropezar con la
luna
.
(Escrito desde mi celular, para algo tiene que servir... Pido excusas si
se presenta un desliz...)
* Ed. de Fundarte, Víctor Valera Mora, Obra completa, 1994.
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