LA PUERTA DE ATRÁS
Los párpados se caen por su propio peso,
largas han sido las horas de vigilia,
larga ha sido tu jornada de desvelo
buscando la gruta de entrada
al reino del ensueño.
No desmayas,
mantienes la faz erguida
y la mirada tendida
hacia un horizonte vibrante,
más allá de todo muro,
más allá de toda loma,
más allá de todo obstáculo.
De pronto, se hunde tu cerviz
y notas cómo se abre la puerta
justo en las espaldas de tu pensamiento
y se presenta un mundo inmensurable,
espacio de vida insospechada,
impensada,
desconocida,
en la que no cabe la palabra consciente,
en la que no cabe tu lenguaje ni tu logos;
una vida posterior, pero
-a un tiempo mismo- anterior,
una vida presente
y que no conoces.
Y se enciende una luz
en el plexo de la oscuridad,
una luz que no alumbra
pero que ilumina, descubriéndote
que debes cerrar los ojos
y entregarte,
pues sólo así
podrás girar tus pasos y encaminarte
hacia el Sol de tus preguntas,
hacia la Noche de las respuestas.
lacl, tras la vigilia, a poco de la llegada del alba, 31 de diciembre de 2024.
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