Tito Salas.
Fue el primer texto que abrí de
sus obras completas. Me dije lo que siempre me he dicho con esas coincidencias
nada coincidenciales: “palabra cierta” (como estilaba decir mi madre cuando sucedían
asombrosas sincronicidades), vista la hora que vivimos, no sólo en Venezuela,
que ha pasado, según entiendo, a ser la segunda nación con mayor cantidad de
emigrados en el imberbe siglo, luego de Siria, sino en gran cantidad de países de
todos los rincones del orbe.
Me puse a la tarea de recoger
alguna documentación visual y auditiva para esta publicación y la verdad es que
he pasado la mañana estremecido. Pues lo primero con que me topé en mis
pesquisas fue con la emigración a Oriente, masiva y forzada, de miles de ciudadanos
de Caracas, ante la inminente y amenazante llegada del sanguinario Boves a la
ciudad, en 1814, recogida en el cuadro de Tito Salas. A mi memoria también vinieron
aquellas obras de Arturo Michelena y Cristóbal Rojas donde afloran la miseria, las
carencias y la enfermedad, como para recomponer un macro cuadro que nunca ha
salido de mis pensamientos desde la primera vez que me tocara contemplarlas en
el Museo de Bellas Artes o la Galería de Arte Nacional. Ello, sin dejar de pensar en aquel par de cuadros instalados en la memoria: la del asesinato del Mariscal Antonio José de Sucre en Berruecos y la mirada contemplativa del Generalísimo Francisco de Miranda en la prision de La Carraca, Cadiz, España, imágenes que agregaremos al final de la galería.
Luego, como por cosa de los hados,
doy con esa pieza que tanto me hizo sufrir cuando era un infante: el Popule Meus de Jose Angel Lamas. Pocas
cosas recuerdo de mi infancia que me transmitieran tanta tristeza como esta Misa
de Lamas, nuestro músico fallecido precisamente en el año de 1814. No me queda lugar a dudas, esa música hablaba (y aún habla
hoy) de la pasión por la que tuvieron que pasar nuestros ancestros en los años
de la colonia, signados por la más inaudita de las injusticias, que luego serían coronadas y potenciadas con la
hecatombe de la guerra independentista: crueldades, degüellos masivos, saqueos,
violaciones, hurtos de reliquias sagradas…
Crueldad puntillosamente
esbozada por Ramos Sucre en la breve estampa que hoy ha asaltado no sólo la vista
de mis ojos, sino aquella vista memoriosa que nos versa de una ruinosa
colectividad que crece como una tiña, parasitaria de otra que como verde fronda,
también (debemos acotarlo), se ha dado de suyo en nuestra tierra de gracia.
No es que nos plazca recrearnos en la lobreguez, es lo que nos ha tocado ver.
No es que nos plazca recrearnos en la lobreguez, es lo que nos ha tocado ver.
Salud!
lacl
EL EMIGRADO. José Antonio Ramos Sucre, Las formas del fuego.
Quedé solo con mi hijo cuando
la plaga mortífera hubo devastado la capital del reino venido a menos. El no
había pasado de la infancia y me ocupaba el día y la noche.
Yo concebí y ejecuté el
proyecto de avecindarme en otra ciudad, más internada y en salvo. Tomé al niño
en brazos y atravesé la sabana inficionada por los efluvios de la marisma.
Debía pasar un pequeño río. Me
vi forzado a disputar el vado a un hombre de estatura aventajada, cabellos
rojos y dientes largos. Su faz declaraba la desesperación.
Yo lo compadecí a pesar de su
actitud impertinente y de su discurso injurioso.
Pude alojarme en una casa
deshabitada largo tiempo y acomodé al niño en una cámara de tapices y
alfombras. El padecía una fiebre lenta y delirios manifestados en gritos.
El mismo hombre importuno vino
a ofrecerme, después de una noche de angustia, el remedio de mi hijo. Lo ofrecía
a un precio exorbitante, burlándose interiormente de mis recursos exiguos. Me
vi en el caso de despedirlo y de maldecirlo.
Pasé ese día y el siguiente
sin socorro alguno.
Yo velaba cerca del alba, en
la noche hostil, cuando sentí en la puerta de la calle, una serie de
aldabonazos vehementes.
Me asomé por la ventana y sólo
vi la calle anegada en sombras.
Mi hijo moría en aquel
momento.
El hombre de carácter cetrino
había sido el autor del ruido.
POPULE MEUS de José Ángel Lamas
Popule Meus - José Angel Lamas (1775-1814)
(Orfeón Lamas, 1960)
Galería de refugiados, emigrados y exiliados.
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