La tormenta se avecina,
capítulo 2
Vale la pena mirar. La pugna
de movimientos anti democráticos por controlar el mundo en la primera mitad del
siglo XX. Con una Sociedad de Naciones impertérrita ante sus desmanes. La
guerra civil de España como laboratorio. Y el natural desastre como resultado.
Mirémonos en ese espejo...
Visión macro con respecto a
estos asuntos. Mirada fría y desapasionada. Es nuestra humilde recomendación.
Hay que mirar desde muy arriba, bien lejos de cada facción. Yo no abogo por
partidarismos políticos, que siempre son tan volubles.
Para lo que quiero señalar,
muy poca (o casi ninguna) importancia tienen los ideales políticos que, de
bando y bando, se alzaban en confrontación durante aquella hora de la historia
española. Lo que quiero señalar es que los movimientos totalitarios auspiciados
por clanes lo que buscan son, precisamente, escenarios como el español de
aquella convulsa década del 30, para llevar agua a su molino. Lo reitero,
mirémonos en ese espejo.
Y hagámoslo aquí
o allá.
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El presente capítulo versa de
los movimientos fascistas de derecha, como el fascismo italiano y el
nacional-socialismo alemán. Pero no se hallan tan lejos de los totalitarismos
de izquierda, como pudiera pensarse a priori.
Al moverse el péndulo, se
hallan en un punto muy, pero muy cercano al que ocupan las expresiones
totalitarias que dicen sustentarse en un ideal comunista. Allí la distancia
entre izquierda y derecha es nominal y artificiosa: no existe. Guardan
asombrosas similitudes entre unos y otros. Aherrojamiento de la
propia ciudadanía, vasallaje de otros pueblos, colonialismo “del
bueno”, genocidio, confiscación programada, “control” de la población,
organización social clasificada al subdividirla en ghetos, lavado de cerebros
por medio del adoctrinamiento forzado, un metódico sistema carcelario,
etcétera.
Quizás quepa señalar alguna
diferencia sustancial: administrar las carencias es la base de los
totalitarismos que toman como punto de partida el marxismo. No hay ninguno que
se haya salido del libreto. Prometen la expropiación de una desigual riqueza.
Lo que nunca declaran sus propiciadores a los desposeídos es que el partido y,
sobre todo, el comité central, es el que se va a apropiar de todos los bienes
para el supuesto reparto "igualitario", reparto de bienes que nunca
se cristaliza. Lo único que reparten es un vil y grosero conductismo perpetrado
por un lavado de cerebros que llaman re-educación, el cual sustenta sus bases
en un terror coercitivo. A quien no se ponga en la fila se le
"corrige".
Pero este documento se basa,
principalmente en los movimientos fascistas de derecha de principios del Siglo
XX.
Hay otros documentos
interesantes sobre el acenso del totalitarismo de izquierda, dignos de mención
en publicación aparte.
Salud!
lacl
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