Notas sobre música, amor y ego.
El músico no debe ser esclavo de su amor a la música, ha de
ser su amante como sólo se puede ser amante: incondicional. Ese es otro orden
de esclavitud.
lacl, 09 de Enero, 2019
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Se cae con frecuencia en el error de creer que se ama al
conferir toda preeminencia al cómo se ama. Cuando en el amor el estilo no lo
impone el amante, sino lo amado.
lacl, 09 de Enero, 2019
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Creo que he querido referirme más a los ensueños que, en
nombre del amor, se instituyen como el amor más puro, cuando no son más que
amor a un envanecido y siempre disimulado yo. Cuando el amante se entrega, lo
hace sin condiciones, lo hace porque ha sido secuestrado, no se gobierna, lo
gobierna lo amado. Y cuando canta eso que le mueve, por él habla un sentir
profundo, que le trasciende. No hay cabida para ocultos altares donde se
sublime, a trastiendas, un duendecillo llamado yo.
lacl, 09 de Enero, 2019
Otra serie.
Otra serie.
La palabra es, ante todo, música. Quien no se permita el
encanto de su concierto, jamás amará su lengua.
lacl, 08 / 06 / 2018, amanecer.
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Mañaneo
Es el alba y trinan los
pájaros,
en medio de esta
apabullante sequía.
Salgo al sereno y veo
la montaña desecada,
sedienta.
Los pequeños arbustos
no han soportado la
sequía,
sólo los grandes
árboles
mantienen en pie su
verde rebeldía.
Camino entre unas
palmas
y un enjambre de
abejas, sin embargo,
hace su deleite entre
un nuevo racimo,
sumando su murmullo al
mañaneo.
Paso con el debido
cuidado.
Su industriosa artesanía
resulta más cardinal
que el paso del
transeúnte.
Anuncian la alegría.
lacl, 08 / 06 / 2018, amanecer.
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El mundo solía ser comedia con algo de drama. Ahora es,
meramente, farsa.
lacl, 08 / 06 / 2018.
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Al ser humano, por regla general, le
encanta el atajo, la economización. Pero uno intuye que probablemente se ha
operado un cambio de polo en la esencia de su coexistir. Ha trasladado la
fuente de poder del pecho al cerebro. Y el cerebro es, al parecer, más
fácilmente adoctrinable o sobornable. De allí que se contente con vivir con
onomatopeyas, adefesios y muletas de palabras, que nada significan.
Antes, se podía complacer con echarse en
una hamaca a contemplar el horizonte o el alto vuelo de los zamuros. Mientras
ello sucedía, se generaban pensamientos donde la palabra no dicha tenía su
derecho a mecerse entre los vaivenes y murmullos del tiempo que acompasaba el
chinchorro.
Ahora son la prisa y la economización de
la vida espiritual o sensitiva las que todo lo gobiernan. Ya nadie recuerda que
lo que había que economizar era aquello que corresponde a nuestra lidia con la
materia. ¿Para qué? Para tener tiempo para el chinchorro, para el sentir, para
la palabra, para el pensado sentir.
La inopia del espíritu seduce. Son falsos sus brillos.
Pero engañan.
lacl, 08 / 06 / 2018, amanecer.
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Voir un ami pleurer - Jacques Brel - (Avec paroles)
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