El adagio suele muchas veces apoyarse en la ironía. Implica
siempre una lectura entre líneas. Es, por lo usual, el producto de una centella,
relámpago o iluminación, aunque a veces pueda haberse tomado toda una vida para
hacer aparición.
Amén de ello, escribo desde la
más humilde esquina del mundo y sin mayores pretensiones, toda vez que la más
nimia pretensión concerniente a nuestro humano obrar me luce baladí, siendo que
nuestro paso por el cosmos es, como mínimo, efímero; sólo tiene valor, en mi
sencilla opinión, para nuestro paso por la vida. Sirve de acodo, memorioso y (¿por qué no?)
amoroso acompañante...
Salud!
lacl
* El adagio nace como la flor
y como flor se va con el viento...
(a Maruja, mi madre)
lacl, 07 de Diciembre, 2018.
* No eres tú,
ante el espejo,
sino tu sombra,
la que mira
ante el espejo,
sino tu sombra,
la que mira
lacl, 06 de Diciembre, 2016. Amanecer.-
* El cuerpo es casi todo agua,
el alma es casi toda memoria...
lacl, noviembre de 2014
lacl, noviembre de 2014
* El oficio de poeta no es mostrar caminos, sino ante todo
despertar la nostalgia.
(Hermann Hesse)
(Hermann Hesse)
Porque del útero de las nostalgias nacen, como surtidores, nuevos brotes de savia, con sus penas y alegrías, pero en estado de gracia. La gracia de haber sido vividas a henchido pulmón...
(lacl, 9 de diciembre de 2014)
* Tarde llego a casa, bueno, no tan tarde, pero sí al borde
de la ambarina boca que desde el cielo me lanza la pregunta: ¿aún respiras?
Primero de Septiembre de 2012
*******
Adagios del amanecer. A modo de respuesta a un escrito de
noches pasadas...
.
* No se puede escribir a futuro. Quien lo hace lo que crea
son pamplinas, bienes de consumo.
* No se puede escribir razonando más allá de lo que pide la
mano.
* No se puede escribir pensando en lo futuro. A menos que
se quiera escribir un farragoso tomo de hermenéutica.
* Cuando uno escribe lo hace en presente continuo, aun
cuando la memoria y el imponderable porvenir le asistan como apuntadores.
* Memoria y anticipación suelen cantar a sottovoce.
* Y, sin embargo, se escribe a futuro. A un porvenir que no
pertenece a nuestro diario mundo.
lacl, 05 de Diciembre de 2018
Y aquí dejamos la razón de estos adagios del amanecer...
Y aquí dejamos la razón de estos adagios del amanecer...
El rostro, en el ombligo de la madrugada
El me mira.
Desde el fondo de la noche
me mira.
Es el rostro inasible de la noche.
Inverosímil todo intento de prescribir
si es rostro de mujer o rostro de hombre.
Porque es el rostro de lo trascendente,
del paso más allá
de nuestra desarropada ambivalencia,
de nuestra inconclusa aspiración amorosa
en la unión de los contrarios,
falo y vulva, curva y pulso, piel y ansia.
Es la cara perfectamente pespunteada,
erizando mi piel al toparme con sus ojos
cargados de iluminante oscuridad.
Cuando cierra sus ojos,
sus parpados sonríen,
en armonía con la elipse de sus labios
y su despeinada madeja de luceros.
Acaso sea la Diosa, el Niño o el Demiurgo.
Acaso sean los tres.
Mas, de poco valen deducciones
cuando saltas a su encuentro,
cuando te entregas al abrazo.
La noche toda es puro labios.
lacl, 24 / 11 / 2018, en el ombligo de la madrugada…
Post Scriptum, a propósito de El rostro, en el ombligo de
la madrugada:
En realidad, llevaba muchas jornadas en silencio. Pero,
unos días antes del último sábado de Noviembre sentí la voz de mi mamá, la de
siempre, diciéndome: “el sábado cumple tu papá un año más de su partida”. Y, entonces,
nos largaríamos en conversa sobre lo vivido, los ancestros, los derroteros de
la vida vivida, las locuras de familia, con sus alegrías y tristezas. Tuve la
fortuna de cultivar esa conversa con ambos, de manera íntima y personal, quiero
decir, siempre juntas, pero no revueltas y, a veces, juntas y muy revueltas. Lo
cierto es que ese día me decía yo: mi mamá me hubiera pedido que le ordenara
una misa en la iglesia de San Luis o en cualquiera otra. Y en el pensamiento se
me quedaron ellos rondando, la una rezándole al otro en su partida.
Por la noche, antes del amanecer, sin darme cuenta salieron estas impensadas y algo extrañas líneas, entre la sombra y el clarear, sobre los mismos pasajes memoriosos de aquella hora de su despedida, la despedida de mi padre, en aquella mañana de cielo verde (era también un sábado), de un verde nunca antes ni después visto por mis ojos, signo claro, para mí, de que mi padre ya se había ido y esa era su forma de despedirse, mientras yo, ante la llamada de mi madre, iba en camino hacia la casa.
Lo cierto es que no reparé en nada de ello cuando se redactara esa glosa de arriba, que intitulara como "El rostro, en el ombligo de la madrugada", pues no fue un gesto adrede. Pero al pasar de los días me he dado cuenta de que era una manera de orarle a Luis Amado, y de orarle en las voces de Maruja, quien siempre andaba canturreando, de un lado para otro, como un pájaro.
Por la noche, antes del amanecer, sin darme cuenta salieron estas impensadas y algo extrañas líneas, entre la sombra y el clarear, sobre los mismos pasajes memoriosos de aquella hora de su despedida, la despedida de mi padre, en aquella mañana de cielo verde (era también un sábado), de un verde nunca antes ni después visto por mis ojos, signo claro, para mí, de que mi padre ya se había ido y esa era su forma de despedirse, mientras yo, ante la llamada de mi madre, iba en camino hacia la casa.
Lo cierto es que no reparé en nada de ello cuando se redactara esa glosa de arriba, que intitulara como "El rostro, en el ombligo de la madrugada", pues no fue un gesto adrede. Pero al pasar de los días me he dado cuenta de que era una manera de orarle a Luis Amado, y de orarle en las voces de Maruja, quien siempre andaba canturreando, de un lado para otro, como un pájaro.
That's The Way Of The World
Real Time Live In Concert 1992 In
Memory of Richard Tee Richard Tee, Steve Gadd, Ralph MacDonald, John Tropea,
Will Lee, Ronnie Cuber.
Acerina, Danzones Clasicos.
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